Arte internacional

Gerhard Richter y los límites de la pintura

Dusseldorf inaugura una gran retrospectiva de Gerhard Richter, probablemente el pintor más influyente de nuestro tiempo

17 febrero, 2005 01:00

K20 Kunstsammlung

Dusseldorf. Alemania. Hasta el 16 de mayo

No es la primera vez que nos referimos a Gerhard Richter en esta sección de exposiciones internacionales. En diciembre de 2002, hacíamos referencia a la presentación berlinesa de Eight Gray, la serie de piezas grises sobre metacrilato montadas sobre una estructura que se mostró en el Guggenheim de Berlín. Más tarde, justo un año después, El Cultural miraba a Londres y a la muestra Atlas, en la Whitechapel Art Gallery, una exposición que agrupaba un ingente número de las fotografías que inspiraron a su autor en el campo de la pintura. Esta vez, otra vez algo más de un año después, la K20 Kunstsammlung Nordrhein-Westfalen ha organizado una gran retrospectiva de la obra del artista de Dresde que viajará después a Múnich y más tarde a dos sedes japonesas: el 21st Century Museum of Contemporary Art de Kanazawa y el Kawamura Memorial Museum of Art in Sakura. Este proyecto cubre todas las grandes etapas de un artista crucial, etapas como las pinturas que parten de fotografías, las pinturas grises y sus abstracciones. La selección se completa con obras nunca vistas anteriormente y con algunos paisajes y abstracciones recientes.

La muestra, de alrededor de cien obras, se resuelve en torno al tema central en la obra de Gerhard Richter: los límites de la pintura. El pintor ha cuestionado tradicionalmente el valor de las imágenes transgrediendo en todo momento la condición principal de éstas que no es otra que la exploración de lo visible. La exposición va de arriba abajo y comienza en la segunda planta donde obras de todas las épocas de Richter conviven con obras pertenecientes a la colección del centro, una de las más importantes de Alemania. La planta primera alberga algunos de las grandes abstracciones, como Fausto, de 1980. También en esta sala se encuentra un gran mural titulado Strontium, una gran superficie cuadrada de 9 x 9 metros que tras su exposición en esta retrospectiva viajará al MoMA de San Francisco donde quedará ubicado indefinidamente. Además, como colofón a esta sala, el visitante podrá ver las piezas que componen Acht Grau las obras grises a las que antes hacíamos referencia, expuestas anteriormente en el Guggenheim de Berlín. Estas piezas juegan con la percepción del espectador. En Berlín estaban situadas de tal forma que la vista de la calle, a través de las ventanas que quedaban a la espalda del espectador, aparecía reflejada en las férreas monocromías grises. Acht Grau pertenece ahora a la colección del Guggenheim de Bilbao.