En muy poco tiempo, el artista argelino Adel Abdessemed se ha convertido en uno de los más relevantes artistas de su generación. Así lo atestigua la exposición que le dedica ahora el Magasin de Grenoble.

Con un gesto mínimo, de corto recorrido pero de enorme carga semántica, el artista argelino afincado en París Adel Abdessemed, comparecía en todas y cada una de las salas del Arsenale en la Bienal de Venecia de 2007, la comisariada por Robert Storr. En los umbrales de cada espacio podía leerse, en letras de neón, la palabra Exile, (exilio) donde en realidad debería leerse Exit (Salida). Un guiño leve pero poderoso, de cierto calado poético pero estruendoso de todo punto, un trampantojo del significado con el que el artista hablaba de desplazamientos, voluntarios y forzosos, tan presentes en nuestro tiempo.

Hay una fuerte carga violenta implícita en el trabajo de Abdessemed, algo justificado al leer su historia personal. Criado en una familia bereber, abandonó Argelia cuando tenía 19 años después de que los integristas islámicos asesinaran al director de su colegio. Llegó a Francia, a Lyon, donde pasó tiempo durmiendo en gasolineras. Una vida azarosa a la que, sin embargo, no parece dar demasiada importancia cuando le preguntan sobre sus fuentes e influencias. Dice el artista que el Ulises de Joyce o la imagen de su madre cocinando juegan un papel similar que la compleja historia de su país. Robert Storr le calificó como un artista "nocional", capaz de cambiar con facilidad de registro formal sin adscribirse a uno concreto. Su trabajo toca muchos y muy diversos palos. Desde el minimal a la performance pasando por las referencias al arte feminista, su obra es toda una reflexión sobre la deriva de las teorías de la posmodernidad artística.

La exposición que ahora realiza en la ciudad francesa de Grenoble es prácticamente consecutiva de la que acaba de finalizar en el PS1 de Nueva York pero no se trata de una coproducción si bien ambas comparten las especifidades que han hecho de su trabajo uno de los más valorados en la escena internacional. Los suyos son gestos violentos cuyo eco semántico puede no ser correspondido. Así, en su video Birth of Life, un gato devora un ratón y Abdesssemed, cáustico, alude al ciclo renovador de la vida. El artista ha concebido su exposición en Grenoble como un conjunto homogéneo de piezas reunidas bajo el título Drawing for Human Park que se pueden ver en los espacios centrales de la institución francesa. El título de la muestra hace referencia a un mundo en permanente transformación que da lugar a nuevas formas de pensamiento que se desprenden de acciones y posturas ante la realidad de hoy.

Una de las piezas más relevantes es una gran superficie de madera adaptada a uno de los muros. En los días previos a la inauguración el artista se colgó de un helicóptero y, boca abajo, dibujó sobre dicha superficie de madera. El resultado no es una representación ideal de la realidad. Sencillamente es una experiencia perceptiva que alude en cierto modo al caos, al azar desaforado, a la naturaleza incontrolable…

Avanzamos y vemos, en 6 pantallas dispuestas sobre el suelo de diferentes espacios, imágenes de animales apaleados con martillos en México. Y es que el animal parece ser el leitmotiv predominante. Las referencias a las clases trabajadoras a partir del martillo son obvias y Abdessemed alude al poder que un día tuvieron los trabajadores, diluido como la ideología que entonces apoyaron y de la que eran imagen. Del mismo modo, los animales aluden al calendario del último bastión del comunismo, China. La lectura es clara: las autoridades pretenden abrir las fronteras al mercado neoliberal mientras la población es sometida a diferentes formas de violencia. Finalmente, en esta persistente alusión al mundo animal, Abdessemed presenta en una de las salas un gran luminoso que reza Anything can happen when your cameraman is an animal. Este es también el título de una fotografía en la que una novia abraza a un gorila.