Image: Lawrence Weiner

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Arte internacional

Lawrence Weiner

Los Angeles Museum of Contemporary Art. Hasta el 14 de julio.

17 abril, 2008 02:00

Lawrence Weiner y uno de sus "Removal Paintings".

Los Angeles Museum of Contemporary Art

La suya es una de las obras más rupturistas de la segunda mitad del siglo XX. Lawrence Weiner recibe ahora su retrospectiva.

La exposición se ha organizado entre el Whitney Museum de Nueva York y el Museo de Arte Contemporáneo de Los ángeles y es uno de esos grandes proyectos itinerantes entre instituciones de peso a los que nos tienen acostumbrados los americanos. Está comisariada por las respectivas conservadoras de los dos museos, Anne Goldstein y Donna Di Salvo. Lawrence Weiner ha sido y es una figura de peso en el concierto internacional. Comenzó en los años sesenta a crear obras que se adscribían al debate recién abierto en torno a la naturaleza y el significado del arte. Fue entonces cuando lanzó una de las muchas máximas que han circulado por el mundo de la cultura desde hace casi medio siglo: "El arte es la relación de los seres humanos con los objetos y la de los objetos con los objetos en relación con los seres humanos". No menos importante sería aquélla otra, ya clásica, que rezaba: "a) el artista puede construir la obra, b) la obra puede ser fabricada y c) la obra no necesita ser construida". La idea que sobrevuela esta afirmación es que la idea de la construcción de la obra no indica cómo debería ser sino cómo podría ser si se hiciera. Estas condiciones han estado en la base de su trabajo desde finales de los sesenta, cuando el rechazo al objeto artístico monopolizaba el interés de los artistas.

La idea central del trabajo de Weiner, y de todos los artistas conceptuales, es la valoración de la idea por encima de su materialización física. La obra existe como idea y no hay necesidad de hacerla visible. Y en ese sentido de inmaterialidad, el conceptual se erige en herramienta fundamental desde los sesenta hasta ahora, en la que se vuelve a cuestionar el objeto de arte. Weiner es pionero en la utilización del lenguaje como material de trabajo. Y lo curioso es que las palabras, el lenguaje, sustituyen a la materia que se utiliza en la escultura. Muchos hablan, de hecho, de la condición escultórica de Weiner. En la instalación que realizó en el Palacio de Cristal de Madrid en 2002, Weiner alzó a la cúpula de cristal palabras que designaban materiales diversos como "diamante"; "acero" u "oro". Es una forma de hacer visible una idea sin necesidad de representarla físicamente. Pero es necesario tener en cuenta que, aunque el mensaje que plantee el artista de una forma verbal parezca accesible, no es el lenguaje en sí mismo el que encierra el significado sino la propia idea. En este sentido, la frase que da título a esta exposición californiana, "As far as the eye can see", ha sido ya utilizada en otra exposiciones de muy diferentes modos, porque, recordemos, "la pieza construida siempre nos dirá el aspecto que debería tener sino el aspecto que podría tener".

Esta exposición muestra muchas de las formas en que se pueden hacer visibles las ideas de Weiner pero muestra también obras anteriores al estallido del conceptual. Hacia mediados de los años sesenta el artista reflexionaba sobre la pintura pero no sobre las imágenes que ésta producía sino sobre el propio "discurso" de la pintura. En el MoCA se podrán ver piezas como los "Propeller Paintings", en las que Weiner adaptó formas extraídas de la televisión para crear, a su vez, otras formas de diferentes tamaños que vendía como si fueran de tamaño único. Ante esta aparente contradicción, los "Propeller Paintings" eran la sencilla representación de una idea conceptual. Y la apariencia física era, en definitiva, lo de menos.

Esta exposición de Weiner es fundamental para entender los procesos de gestación del arte de hoy. El artista, que además de en el Palacio de Cristal de Madrid, ha trabajado en otras instituciones españolas como el IVAM de Valencia y la influencia que ha ejercido en artistas posteriores, fundamentalmente a partir de los noventa, es incuestionable.