Exposiciones

Poesía desgarrada de Río Branco

3 octubre, 1999 02:00

Centro Cultural de la Fundación "la Caixa". Paseo San Juan, 108. Barcelona. Hasta el 5 de diciembre

En la instalación "Out of Nowhere", casi escondida por un antiguo espejo que ha perdido el azogue, se vislumbra apenas una fotografía de la película de Jean Cocteau "La Bella y la Bestia". Esta secreta cita me parece muy reveladora por parte de Miguel Rio Branco (Las Palmas de Gran Canaria, 1946), que escruta la bestialidad del hombre -es decir, lo que, en el placer y en el dolor, tenemos de animal- y la transforma en terrible belleza.
Reportero de la agencia Magnum, Rio Branco ha trabajado en diversos medios audiovisuales, como pintor, como director de fotografía en películas y documentales o como autor de cortos experimentales. Este bagaje de técnicas y referencias se pone de manifiesto en las tres instalaciones que muestra en esta exposición, en las que la música, a través de "bandas sonoras" que subrayan contenidos y marcan ritmos, juega asimismo un papel fundamental. Frente a la claridad de la presentación individualizada de las fotografías (forma expositiva a la que también recurre), en estos proyectos Rio Branco nos somete a un bombardeo de imágenes que se superponen y se simultanean, con lo que logra un gran efecto emocional e involucra muy directamente a los sentidos. Combina en otro contexto fotografías de su archivo, algunas ya publicadas o expuestas, que utiliza como palabras o como notas sonoras para sugerir un discurso poético y musical. Una poesía desgarrada y primaria sobre las experiencias más básicas del ser humano, las más brutales, sobre la vida y la muerte. "Entre los ojos, el desierto" (1997), la más reciente y la más lírica de las instalaciones, y quizá por ello la menos impactante, versa sobre la soledad, expresada en múltiples miradas perdidas, con el contrapunto de fotografías de paisajes desolados.

La mirada vuelve a ser protagonista en "Out of Nowhere" (1994) -una habitación de paredes negras tenuemente iluminada por unas bombillas colgadas del techo-, donde a la dificultad de ver las fotografías dispuestas en las paredes y a la imposibilidad de contemplar nuestro reflejo en los viejos espejos se impone la necesidad algo malsana de que los ojos acierten a discernir todos esos fantasmas palpitantes que recorren los muros. éste es un extraordinario compendio de imágenes sobre las luchas corporales, centrado en el boxeo y el sexo, en el que alcanza todo su esplendor el brillante uso de la saturación cromática de las fotografías de Rio Branco. En él domina el intenso rojo de la sangre, contrapuesto a las pálidas figuras de los recortes de periódico de los años 20, de los muertos: boxeadores, deportistas y víctimas de crímenes pasionales.

En "Breves reflexiones sobre una cierta bestialidad" (1990) se suceden, al compás de "La bella durmiente", crudas imágenes de cadáveres de animales, de sanguinolentos mataderos, que parecen obedecer a la máxima de Bataille según la cual "el cadáver es la más perfecta afirmación del espíritu". Otra vez el amor y la muerte se dan la mano y se escenifica el misterio del sacrificio.