Beat Zoderer
Una vista de ñla insdtalación de Beat Zoderer
Sirviéndose de una industriosa capacidad apropiadora, Beat Zoderer echa mano de todo tipo de materiales dotándolos de una nueva dimensión constructiva. Un variopinto catálogo formado por etiquetas, archivadores, cuadernos, azucarillos, gomaespuma y rollos de cinta de precinto, ha pasado por sus manos para ser empleado con una finalidad artística. Beat Zoderer (Zurich, 1955) atiende a materiales de genealogía pobre, pero poseedores de una prefabricada cualidad funcional, extrayendo sus versátiles posibilidades plásticas. Con este fin, el artista los yuxtapone y ensambla, los descompone y los acopla de nuevo, dando lugar a construcciones de gran atractivo visual. Sin perder de vista sus aplicaciones domésticas, como irreverente alumno de la Bauhaus, Beat Zoderer potencia las cualidades funcionales de los materiales, mientras, en un alarde de mañoso bricolaje, pone en entredicho su empleo, una vez manipulados. En el trabajo de Beat Zoderer, del cual en esta exposición se da excelente muestra, el distanciamiento irónico y el desenfado con el que aplica su pericia manual constituyen las ingeniosas estrategias con las que acomete tanto la manera de Mondrian o como la de Pollock. De esta forma, el op art, el movimiento abstracto, el minimalismo o el arte conceptual son reconstruidos a partir de un tacto rebelde que osa profanar hasta los más sagrados vocablos. Con este recurso manierista, aporta otras formas de concebir y representar, alejadas definitivamente de los presupuestos artísticos anteriores. Como alentado por Duchamp, este artista hace alarde de militancias ecologistas, reciclando para el arte contemporáneo los conceptos modernos. Del mismo modo que no hay material que se le resista, tampoco hay artista, por grande que sea su consideración, cuya obra no acabe siendo presa de su reparación y mejoramiento, sometida a los arreglos constructivos o deconstructivos de última hora. Buen conocedor de las artimañas de la simulación, en las pinturas y esculturas de Beat Zoderer nada acaba pareciendo lo que es o todo es lo que parece, según se miren sus siempre embelesadores juegos perceptivos, aquí acomodados al espacio de la galería en un work in progress para el que no hay principio ni fin conocido.