Vicario, juegos y poesía
Ring, 2002
Bajo el alegórico título Cabalgar el huracán, con sus últimos trabajos José Luis Vicario vuelve a sorprender. En esta ocasión, el artista anima al espectador a introducirse en un torbellino de imágenes repleto de paradojas visuales que no responden a otra razón que la de dilatar constreñimientos conceptuales y condensar esparcimientos formalistas. De esta manera, tras una esmerada resolución formal, José Luis Vicario ha logrado acotar un personalísimo territorio de actuaciones donde el arte es juego, reflexión, humor, emoción, absurdo, compromiso, poesía, conflicto y belleza. Diestro en el manejo de las técnicas y siniestro en el control del comportamiento de los materiales, consigue conjugar hasta tal punto medios plásticos y discursivos que sus obras, efectivas en todos los soportes, acaban resultando cautivadoras.Insinuante donde los haya, con dos extraordinarias obras que tambalean los más sólidos principios de la escultura, José Luis Vicario anuda tensiones y libera contrasentidos para provocar desórdenes y conciertos. La vibrante amalgama de cables de acero, argollas y cintas de terciopelo azul en la obra Maniobra clásica, y el pasional y tintineante lecho de lazos de contiendas en Ring, son un ejemplo de inteligencia y sensibilidad, una de las propuestas más atractivas y contundentes de la actividad artística del momento.