Lo grotesco según Paul McCarthy
Brain Box Dream Box
2 diciembre, 2004 01:00Tokyo Santa, 1996
Nacido en Salt Lake City (Estados Unidos) en 1945 es uno de los referentes del arte norteamericano. Se le identifica con un tipo de producción muy arraigado en California, junto a artistas como Mike Kelley o Jason Rhoades, vinculados al entorno de la Universidad de California (UCLA). Su trabajo ha sido objeto de exposiciones de gran relevancia como la retrospectiva del MoCA de Los Ángeles, el New Museum neoyorquino o la Tate Modern de Londres, donde ha dispuesto sus archiconocidas esculturas flotantes.
Lo cierto es que la obra del americano ha llegado a Málaga y lo ha hecho en forma de una amplia y cuidada exposición donde se revisan desde las instalaciones y los vídeos hasta las posturas más tradicionales como los dibujos y la escultura. La exposición de Paul McCarthy -organizada en colaboración con el Van Abbemuseum de Eindhoven y comisariada por Eva Meyer-Hermann- nos acerca una obra extrema, casi siempre marginal, donde se cuestionan, con descaro, muchos de los planteamientos del arte y de la sociedad actual. En sus actuaciones, en sus instalaciones, incluso en sus dibujos, hay un juego de intenciones que busca la complicidad para que la forma artística desempeñe una función más allá de lo meramente presentado. En este sentido, como clara reacción hacia el frío minimal, la obra de McCarthy argumenta, con pasión y con fruición, exagera, potencia la expresión de cada una de las situaciones y provoca una fácil reacción; postulados todos que entroncan con una realidad artística que ha tenido fortuna y que posiciona los horizontes de la actualidad con los esquemas más asentados en los conceptos de una realidad cuestionada.
La exposición malagueña nos sitúa -en fondo y forma- en unas posiciones claramente transgresoras. Sus dibujos son mínimas posturas de un gran método provocador; escenas violentas donde lo grotescamente sexual incita una leve sonrisa, tenues esbozos donde se adivinan mayores proyectos, escuetas realidades de unos compromisos que aspiran a nuevas manifestaciones. En sus demás manifestaciones, McCarthy, subraya todo este rigor expresivo, se deja llevar por la pasión de la forma, acentúa el poder de lo grotesco, enfatiza una realidad a la que cuestiona abiertamente y deja expeditas una vías para que circule la provocación y capte el compromiso de un espectador que no puede quedar al margen. De esta manera, al artista insiste en acentuar los desproporcionados desajustes de una sociedad en decadencia. A Michel Jackson y a su mascota, el chimpancé Bubbles, -según un retrato famoso de Jeff Koons- les infiere un alto grado de desnaturalizada caricatura. La figura del entrañable Santa Claus es cuestionada hasta límites insospechados, lo mismo que realizara en aquella cáustica escena protagonizada nada menos que por el presidente de los Estados Unidos, la Reina Madre de Inglaterra y Osama Bin Laden. Muy a tener en cuenta son los vídeos. Brain Box Dream Box se completa con las cintas Black & White Tapes (1970-74), Sailor’s Meat-Sailor"s Delight (1975), Bossy Burguer (1991), Painter (1996) y Wild Gone Girls (2003), que acentúan el carácter general de la obra de McCarthy e inciden en su marginal posición.