Exposiciones

Martí Anson o la estética de la frustración

Mataró/Barcelona/05

5 enero, 2006 01:00

27.09.2005. Estudi de la Baixada d’en Feliu, Mataró / M.A. I, 2005

Toni Tàpies. Consell de Cent, 282. barcelona. hasta el 28 de enero. de 3.000 a 5.000 e

La galería Toni Tàpies presenta la exposición Mataró/Barcelona, de Martí Anson, que comprende, por un lado, una serie de fotografías de su estudio de Mataró tomadas en 2005, y, por otro, un vídeo sobre un trabajo para el CASM de Barcelona titulado Fitzcarraldo. 55 días trabajando en la construcción de un velero Stela 34 que se inició a finales de 2004. Este último consistía efectivamente en la construcción de un barco en el espacio del centro de arte, que el artista adoptó como lugar de trabajo. Anson explicaba que el interés no estaba en el barco, destinado a no navegar jamás, ya que una vez construido no salía por la puerta, sino en el trabajo. Los 55 días que duró la construcción fueron grabados íntegramente en el vídeo, del cual se exhibe ahora una selección. En la galería Toni Tàpies se establece, pues, una confrontación entre dos espacios, el estudio y el lugar donde se construyó el velero.

¿Qué sentido tiene la construcción en una institución pública de un barco inútil destinado al desguace? Pues creo que no tiene ninguno. En mi opinión se trata de un monumento al absurdo. Martí Anson (Mataró, 1967) proviene de la tradición conceptual y uno de sus intereses es la percepción. Como él mismo ha explicado en alguna ocasión, su obra plantea expectativas que después nunca se realizan. El público se sitúa ante una paradoja, espera que se produzca algo y no pasa nada. Espera descubrir un "no sé qué" y al final todo resulta abstruso y autista. La estética de Martí Anson es la de la frustración, el aburrimiento, el silencio.

Construir un velero inútil, siguiendo las instrucciones del fabricante, todo ello sufragado por una institución pública, es algo más que absurdo, es un absoluto disparate. Es un dislate el comportamiento de nuestras instituciones, que subvencionan estas obras, como lo es el sistema del arte, que mercadea con ellas; es un desatino que se repita el gesto de Duchamp, casi un siglo después, sin añadir nada de nuevo…

¿Y el público? Otro absurdo. El vídeo capta puntualmente la actitud de algunos espectadores. No sabría decir si son actores o ingenuos transeúntes, pero en todo caso en ellos me parece haber observado una mezcla de estupor y respeto religioso por aquéllo que se supone alta cultura. Es el respeto de aquél que se sitúa en una posición de inferioridad, de quien no pertenece a la selecta logia del arte y no está introducido en sus misterios. Sin embargo, en el vídeo hay un momento de un gran entusiasmo, cuando el artista y sus colaboradores empiezan a hacer añicos el barco terminado. En este punto culmina el proceso creativo, símbolo, tal vez, del trabajo del artista

Las fotografías del estudio, que constituyen la otra parte de la exposición, muestran un espacio deshabitado. En él sólo están los fetiches del artista: sus herramientas de trabajo, los carteles de sus exposiciones, sus objetos personales... Pero hay algo más: vacío. ¿Acaso se puede interpretar este vacío en paralelo al de la creación y el arte contemporáneo? A la luz del vídeo que hemos comentado, parece una hipótesis probable. Hace algunos días hablaba del arte contemporáneo como neurosis. Tengo la convicción que Martí Anson expresa este estado de las cosas. La suya es una expresión consciente del malestar y el sinsentido. Acaso la obra de Martí Anson sea, sin más, una estética de la facilidad y la pereza.