Image: Metáforas de Latifa Echakhch

Image: Metáforas de Latifa Echakhch

Exposiciones

Metáforas de Latifa Echakhch

La ronda

16 julio, 2010 02:00

Vista de la instalación.

MACBA. Plaza dels Àngels, s/n. Barcelona. Hasta el 6 de febrero.

Unos mástiles sin banderas inclinados en distintas direcciones, cruzándose, y unos cuantos juegos de naipes de la baraja española a veces aplastados por enormes trozos de hormigón salteados por la sala configuran la propuesta de Latifa Echakhch (Marruecos,1974) para el espacio de la Capella del MACBA. El museo parece haber decidido, después de no saber muy bien qué hacer con él, dedicar este espacio religioso a la realización de proyectos específicos. Así recupera un tipo de programación, el de un Project Room, que había tenido cierta notoriedad en la ciudad y que ha ido desapareciendo. Aunque aquí no hay proyectos curatoriales y el ritmo es de dos muestras al año, por lo que los mástiles y las piedras de Echakhch estarán nada menos que hasta febrero.

En sus propuestas, Latifa Echakhch acostumbra a reflexionar sobre cuestiones relativas a la identidad, a veces tomándose a sí misma como ejemplo de un origen compartido entre Marruecos y Francia. En el caso de los mástiles de banderas, Fantasía, la referencia a una especie de ONU ausente, en la que los colores de los países han desaparecido, es obvia. Más traído por los pelos es que también se refiera a la tradición marroquí de cabalgar y disparar al cielo. Para Eivissa las referencias de los naipes y los trozos de hormigón son más complejas. La baraja española se usa tanto aquí como en Marruecos y, por tanto, constituye un extraño elemento común que trasciende alambradas de espino, muros y vigilancia fronteriza, que viene a decir algo tan simple como que a un lado y otro se juega a lo mismo. Las piedras, por su parte, vienen de Ibiza, de las construcciones que Franco erigió para la tropa marroquí del dictador. A ello hay que sumar las vidrieras de la capilla teñidas con un colorante alimenticio común en Marruecos, alimentando así el choque cultural. La Ronda, título genérico de la propuesta, constituye un juego de significados que hay que desvelar y que, aparentemente, nos debe llevar a alguna reflexión crítica, si es que la presión de la realidad nos deja tiempo o ganas para jugar con metáforas.