Eliana Perinat, pintura y narrativa

India, 2006

Susan Sontag, en su ensayo Ante el dolor de los demás, reconocía en la imagen construida del fotógrafo conceptual Jeff Wall Soldados muertos conversan (una visión tras la emboscada a una patrulla del ejército rojo cerca de Moqor, Afganistán, en el invierno de 1986) la posibilidad de representar el desastre sin fomentar la indiferencia. El ejemplo de la elipsis de Wall -sólo los muertos pueden hablar de los horrores de la guerra-, que antes de su resolución pasa por el estupor y la reflexión, garantiza la posibilidad de despertar empatía, iniciando una narrativa contraria a la imagen periodística como consumible de la sociedad mediática.

El hecho de que Eliana Perinat reconozca esta influencia, confirma su conciencia -antes intuida en la obra- de los escollos que plantea elegir como motivo la imagen del otro: emigrantes, espaldas mojadas, refugiados, víctimas de la globalización, como semejantes, sin caer en tópicos propagandistas, o bien, falsamente caritativos que conducen a la vacunación del espectador. Los cuadros de Perinat están inspirados en recuerdos biográficos y en imágenes periodísticas. Datados y localizados aluden a momentos: singularidades, cuya fuerza reside en aislar un detalle, envuelto en una vaga atmósfera dibujada, evocadora de un paisaje y un clima, que también es interior y rememorado. La alternancia entre líneas enérgicas y manchas, vacíos y pintura fluorescente, elegancia formal y recreación detenida, se combinan para devolver dignidad a los sujetos representados. Su maestría cromática se subraya en la serie de pequeño formato desde perspectiva aérea que, en su fragmentación, reúne instantes de dolor y gozo en la naturaleza, a lo largo del planeta. Completa la exposición la instalación de una jaima precaria, muy evocadora. Por tanto, individual destacada de la artista española nacida en Francia (París, 1964), cuya obra no se veía en Madrid desde 2003 bajo la firma Li Romaní.