Kate Gilmore, gozosamente caótica
Kate Gilmore
10 diciembre, 2010 01:00Pot, Kettle, Black , 2010
La estadounidense Kate Gilmore (1975) toca en su trabajo un conjunto de palos muy bien definido, con el que se ha situado en un lugar preferente entre los artistas de su generación en el siempre competitivo escenario americano. Destaca, de un lado, la impronta de la acción y del arte conceptual, pues la artista realiza sus performances partiendo de un plan previo cuidadosamente diseñado. De otro, una reflexión sobre la figura de la mujer en el arte de hoy, visible en el vestuario con el que Gilmore se presenta siempre en sus trabajos. Y, por último, una tendencia ya consolidada a explorar las limitaciones físicas, narrativas y conceptuales de todo proceso creativo, premisa que constituye el esqueleto narrativo de su quehacer.Kate Gilmore participó el pasado invierno en 2010, la Bienal del Whitney que reivindicaba la pintura realizada por mujeres artistas como devolviendo la voz a quienes fueron silenciadas y relegadas al ostracismo en la Modernidad. Me pregunto si Gilmore pudo haberse impregnado de esa atmósfera a la hora de realizar el trabajo que aquí presenta, una acción desarrollada secretamente en el espacio de la galería en la que trata de colocar en una estantería un número de vasijas de diferentes formas y tamaños llenas de pintura de la que solo quedan vestigios derramados aquí y allá y su registro en fotografía y vídeo.
Describamos el escenario: una estantería de madera espera ser rellenada con vasijas de pintura como un lienzo vacío aguarda las acometidas del pintor. Los restos de la acción y la fotografía ofrecen una imagen frontal y ya cerrada, muy pictórica, mientras el vídeo muestra a la artista alzada sobre tacones imposibles yendo y viniendo con las vasijas tratando de darles cabida en baldas que fueron blancas y que ahora son sólo una turbia abstracción. Es el suyo un proyecto ambicioso y a la larga imposible, más gozoso que frustrante, pues la artista parece regodearse en la redundancia de una acción absurda y deliciosamente caótica.