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Enseñar a pensar

Arturo Sarmiento, aquel profesor de una provincia lejana, quería que leyéramos y recomendaba algunos títulos que la mayoría de la clase nunca leyó

Volver a Faulkner

Cada noche que escribía, el escritor necesitaba whisky, tabaco, lápiz y papel para marcharse al mundo que estaba inventado paso a paso