Tengo una cita por Manuel Hidalgo

Alessandro Baricco y 'Tres veces al amanecer'

17 diciembre, 2013 13:54

[caption id="attachment_284" width="150"] Alessandro Baricco[/caption]

La novela tiene tres partes, se construye sobre tres encuentros: un hombre mayor y una mujer joven; un hombre casi anciano y una adolescente, y un chiquillo y una mujer madura. Se da el caso de que el personaje masculino y el femenino son el mismo las tres veces, en distintas etapas de sus vidas que no están ordenadas cronológicamente.

Tres veces al amanecer (Anagrama) responde, pues, a una buena idea, a lo que llamaríamos una idea original. Alessandro Baricco (Turín, 1958) no sólo no la malogra, sino que la potencia, le saca todo su partido y la lleva a buen puerto: los espacios de la acción son reales, pero el escritor los tiñe de una cierta irrealidad, la irrealidad que también adquiere el tiempo ficticio –o de ficción- creado por el procedimiento estructural y narrativo elegido. Espacio y tiempo.

Pero la lectura del libro es muy fácil, no ofrece ninguna complicación. El lector disfruta, siempre con inquietud, de las tres historias, que pueden leerse autónomamente e incluso en otro orden. La ingeniosa idea de partida halla su culminación en las rimas internas, en los puntos de conexión –muy trabajados- entre las vidas y los personajes.

La arquitectura del libro no es, pues, habitual, pero sería demasiado calificarla de experimental, adjetivo que tampoco convendría a la escritura, que alterna largos diálogos –sin indicaciones, desnudos, muy buenos- con también largos párrafos descriptivos y también introspectivos. Con ingredientes policíacos, la narración presenta una atmósfera cuasimetafísica, dotada de una veta existencialista y de una poética casi vecina del onirismo y fraguada en torno a la luz y al amanecer, a la soledad y a la incertidumbre. Al peligro inminente.

Es mi primera y tardía incursión en el celebrado autor de Seda (1996), y me ha complacido mucho. Baricco tiene millones de lectores, y he tenido ocasión de saber que despierta suspicacias entre algunos críticos: ¿busca lo sorprendente a ultranza?, ¿es artificioso en pos de prestigiar su inventiva?, ¿pretende más de lo que da?...Por ahí van algunos tiros de cierta crítica hacia él, pero yo he leído Tres veces al amanecer desde la virginidad, con ojos frescos, y me han gustado mucho sus calidades. Las calidades, quiero decir, de sus materiales y de su ejecución.

No he encontrado fácilmente un párrafo, unas líneas a destacar y glosar. Todo fluye, todo forma parte de un sostenido continuo. Habla de la pasada juventud de la mujer, y la señala así: “Era cuando todo le daba miedo pero aún no le tenía miedo a nada”.

A Baricco le gusta “hacer frases”, compactas, cerradas. A veces son casi aforísticas. Otras veces, un verso breve. Y le gusta –y consigue- que no queden muertas en la página, que no sean sólo bellas mariposas pinchadas y listas para contemplar. Pueden dar que pensar. Es verdad que hay una edad en la que todo nos puede dar miedo, pero en la que aún no tenemos miedo a nada, ese miedo más concreto y seleccionado hacia algo que nos puede quitar la alegría, la paz y el sueño.

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