Se acaba de inaugurar en Sudeley Castle (Gloucestershire) Material Worlds, una exposición de piezas de diseño instaladas en los jardines de este castillo y puestas a la venta por Sotheby's. Katherine Parr, la última mujer de Enrique VIII, vivió allí, y fue refugio de Carlos I durante la Guerra Civil. Tras muchas vicisitudes se convirtió en la residencia de Lady Ashcombe, que la tiene abierta al público desde 1970. Los elevados costes de mantenimiento -hace sólo tres años perdía, se ha dicho, 100.000 libras anuales- han obligado a esta familia a concebir soluciones imaginativas, más allá de la celebración de bodas y eventos. Tuvieron ya que vender obras importantes de su colección, entre ellas un Poussin y un Turner y no querían repetir esa experiencia. En 2005, cuando Mollie Dent-Brocklehurst, hija de Lady Ashcombe, era directora de la galería Gagosian en Londres, comenzaron a realizar exposiciones de escultura en el jardín, con un gran éxito de visitas. Al principio con patrocinio de empresas y el Arts Council; después se hicieron cargo de los gastos, sucesivamente, dos casas de subastas, Phillips de Pury and Co. y Sotheby's, que paga un alquiler y vende allí diseños exclusivos. La comisaria de diseño Janice Blackburn ha hecho una selección en la que destacan el quiosco hecho con flores de aluminio de Andrea Salvetti, la escultura de ramitas de fresno que se adhiere a las ruinas de Laura Ellen Bacon y la mesa de cristal con luces LED de Ingo Maurer en la capilla del siglo XV en la que está enterrada Katherine Parr.





Pieza de Laura Ellen Bacon en Sudeley Castle



Desde hace ya algunos años, los castillos se han revelado como espacios óptimos para el arte actual. La singularidad de la arquitectura, su ubicación habitual en entornos naturales y la posibilidad de interactuar con lo histórico hacen que los artistas se sientan muy atraídos por este tipo de proyectos. Los promotores de las intervenciones, a veces temporales, suelen buscar la puesta en valor del patrimonio y la dinamización (y rentabilidad) del mismo a través de la mayor afluencia de turismo. Por ejemplo, en 2005, The National Trust invitó a importantes artistas -Imogen Stidworthy, Richard Wentworth y Louise K. Wilson- a realizar intervenciones en tres lugares abiertos ya al público: Orford Ness (Suffolk), Felbrigg Hall (Norfolk) y De Greys Mausoleum & Dunstable Downs (Bedfordshire). Lo hizo en colaboración con English Heritage y Commissions East. En 2009, Tattershall Castle, en Lincolnshire, acogió obras de Sarah Price, Geraldine Pilgrim, Catherine Bertola, Linda Florence y el dúo KMA. Esta residencia fortificada del siglo XV, que fue edificada por Lord Cromwell, Tesorero de Enrique VI, se unió a un programa impulsado por Arts Council England y The National Trust que pretende dar a conocer mejor el patrimonio arquitectónico histórico del país.



Uno de los juegos de espejos de Richard Wentworh en Felbrigg Hall, Norfolk



Otros castillos son sede de colecciones o de programas más estables. Seguramente el más conocido sea el Castello di Rivoli, en Turín, cuyas piedras más antiguas datan del siglo X y que fue una de las residencias de la casa real de Saboya. Ya en 1984 se transformó en museo de arte contemporáneo, y ha ofrecido a lo largo de estos años una programación con gran eco internacional. Este verano puede visitarse la colectiva Tutto è connesso 2, con comisariado de Beatrice Merz y obras de la colección permanente, de Allora&Calzadilla, Elisabetta Benassi, Goshka Macuga, Anna Maria Maiolino y, Katerina Šedá que, como es habitual, han participado en la instalación de las obras en la primera planta del área palacial. Además, se presenta un proyecto de Andro Wekua, especialmente concebido para el lugar. Cerca de allí se encuentra el Castello di Rivara, construido a principios del siglo XIV y dedicado desde 1985 a centro de arte contemporáneo.



Castello di Rivoli



Otro de los más conocidos castillos puestos de actualidad a través del arte es Ujazdów, sede del Centrum Sztuki Wspólczesnej Zamek Ujazdowski, el más importante centro de arte contemporáneo de Varsovia. Erigido por los duques de Masovia en el siglo XIII, lleva algo más de veinte años desarrollando una prestigiosa labor de difusión artística de ámbito internacional y sostiene un programa de residencias, con becas para que artistas de fuera trabajen en Polonia y para que los artistas polacos lo hagan en el exterior. Tiene tantas exposiciones y actividades en curso que dejo que ustedes mismos las examinen a través del enlace que les facilito al final del post. Mencionaré sólo la ambiciosa colectiva sobre las relaciones entre arte y ciencia titulada Where Is the Green Rabbit?





Zamek Ujazdowski



Menos renombrado, pero de mucho mérito por tratarse de una propiedad particular -del Duque de Devonshire- es el proyecto que se desarrolla en Lismore Castle, en Irlanda, que fue construido por el Príncipe Juan en 1185 y que tiene un brillante pasado artístico: aquí se encontraron el Libro de Lismore, un manuscrito iluminado del siglo XV, y el crucero de Lismore, del siglo XII. En los jardines hay piezas de importantes escultores como Franz West, Antony Gormley, David Nash, Richard Long o Roman Signer. Dentro del castillo hay una zona que funciona como museo y otra en la que se hacen exposiciones y talleres. Hasta el 30 de septiembre puede visitarse la exposición Still Life, comisariada por Polly Staple, directora de Chisenhale Gallery y ex-directora de Frieze Projects, con obras de Gillian Carnegie, Anne Collier, Mark Leckey, Sherrie Levine, Seth Price y Richard Wright.



Lismore Castle



En Alemania podemos resaltar el Schloss Ringenberg, que funciona como centro de exposiciones de arte contemporáneo desde 1979 pero es fundamentalmente una residencia de artistas alemanes y holandeses, regentado por la Derik Baegert, asociación sin ánimo de lucro fundada por el galerista Bodo Bratke en 1968. Realizan talleres, simposios y diversas actividades educativas. Ha puesto además en marcha un programa de residencias para comisarios. La fortaleza, con adiciones posteriores, se remonta al año 1223, cuando fue edificada por los Señores de Dingen; después fue la sede del Ducado de Kleve.



Schloss Ringenberg



El castillo de La Rochechouart es, como el de Rivoli, un museo en toda regla. Sus áreas más antiguas son del siglo XII pero el resto está a caballo entre la Edad Media y el Renacimiento. Es de propiedad pública desde 1836 y desde 1985 es la sede del museo departamental de arte contemporáneo. Su colección incluye unas 250 obras, algunas de ellas encargadas para el lugar a artistas tan destacados como Giuseppe Pennone o Richard Long, y aloja el archivos del dadaísta Raoul Hausmann. Buena parte de las salas se remodelaron a finales de los 90 con criterios de museología moderna, pero aún conserva salas antiguas en las que se invita a intervenir a artistas: Annette Messager, Christian Boltanski, Thierry Kuntzel, Anthony McCall… En estos días se ofrece una exposición de Aurélien Froment.



Escultura de Stephan Balkenhol en La Rochechouart



En las cercanías de París, el Château de Blandy-les-Tours ha sido recientemente restaurado como sala de exposiciones, tras dos siglos de abandono, y ofrece un programa de residencias a escritores y artistas. En la actualidad puede visitarse la exposición del artista egipcio Mataz Nasr, que hace referencia a los últimos acontecimientos en los países musulmanes.



Château de Blandy-les-Tours



En España no abunda el arte contemporáneo “castellano”. Pero es de destacar una muy temprana iniciativa, de César Manrique -como casi todo lo que hay en la isla-, para crear un museo de arte contemporáneo en el Castillo de San José, en Arrecife. La fortaleza del siglo XVIII estaba en ruinas y Manrique dirigió su recuperación, ocupándose además de dotar al museo de un núcleo inicial de colección, para lo que se organizó un Certamen Internacional de Artes Plásticas que ayudaría a seleccionar y adquirir obras de arte. Lamentablemente, el museo se quedó varado en esos años, y su colección se limita a los años 50, 60 y 70, con obras, por ejemplo, de Tàpies, Amadeo Gabino, Sempere, Mompó, Millares, Canogar, Rivera y Juana Francés, Mignoni, Gordillo, Úrculo, Guerrero, Yturralde, Zóbel, Torner... y de artistas canarios como el propio Manrique, Millares, Óscar Domínguez o Cristino de Vera.





Museo Internacional de Arte Contemporáneo Castillo de San José



Hace unos años, en 2008, se presentó en el pabellón de la Diputación Provincial de Zaragoza en la Expo un proyecto para convertir el Castillo de Sádaba, población con unos 1.600 habitantes, en centro de arte contemporáneo. La construcción, del siglo XIII, quería ser “una referencia artística y también visual y arquitectónica de la zona. Que cree marca". De la gestión integral iba a ocuparse el galerista Ricardo Ostalé, que pretendía que se financiase funcionando como marco de congresos de empresas o para “crear exposiciones para bancos" y que formase una colección basada en los cursos y talleres que allí se organizarían. No ha habido más noticias.



Castillo de Sádaba



La semana que viene viajaremos a algunos castillos que fueron residencia y taller de artistas: Picasso, Dalí, Zuloaga, Baselitz, Palazuelo...



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