El arte experimentó en la segunda mitad del siglo XX una evolución o, mejor dicho, una revolución que introdujo prácticas antes desconocidas: el arte de acción, la instalación, la obra conceptual desmaterializada, la imagen en movimiento, la pintura expandida... En mi opinión, una de las conquistas más impresionantes y quizá hoy no tan valorada como esas otras innovaciones mencionadas es el arte de la tierra, el Land Art. Me alegra mucho, por ello, que el Los Angeles Museum of Contemporary Art haya decidido revisar los orígenes de este movimiento -que se desarrolla con particular fuerza en Estados Unidos- en la exposición Ends of the Earth: Land Art to 1974, inaugurada hace sólo unos días, el 27 de mayo, y comisariada por Philipp Kaiser, Senior Curator del museo, y Miwon Kwon, profesor de Historia del Arte en la Universidad de California. La muestra incluye 250 obras de ochenta artistas en Gran Bretaña, Japón, Israel, Islandia, Este y Norte de Europa, Norteamérica y Suramérica, y pretende mostrar, con una perspectiva renovadora y alejada de los tópicos, cómo esos proyectos integraban el lenguaje, la fotografía y el cine; en palabras de Kaiser, “Interpretar el Land Art sólo como una práctica escultórica es un error. El arte relacionado con la tierra comienza con Fluxus y se sitúa más en un nivel conceptual”.
Sobre el terreno
1 junio, 2012
02:00