Acaso como ocurre con Río Bravo (Hawks) o Un, dos, tres (Wilder), El gran Lebowski es de esas películas en las que podemos entrar una y otra vez, porque lo que fascina no es precisamente lo que nos cuenta (una enrevesada trama en torno a un falso secuestro), sino la fascinante personalidad de sus criaturas. El Nota (Jeff Bridges) es un hippie trasnochado en Los ángeles, un adicto a la marihuana, a los cócteles White Russian y a los bolos que se ve envuelto, junto a su compinche Walter (John Goodman), en un caso de extorsión y chantaje al ser confundido con un multimillonario discapacitado con el que comparte nombre y apellido, Jeff Lebowski. Todo empieza cuando un chino orina en la alfombra de su apartamento reclamándole un dinero que no tiene. Decidido a recuperar su alfombra, El Nota pide una nueva al verdadero Lebowski, quien le contrata para investigar el secuestro de su esposa desaparecida. En las hilarantes tribulaciones de El Nota, que se somete a una estricta dieta de drogas y alcohol, se dan cita las alucinaciones lisérgicas, el arte conceptual, el cine porno, las drogas y el sexo. La desbordante imaginación de los Coen trabajó en plena forma en esta bizarra y disparatada comedia, realizada justo después de Fargo, de diálogos trazados con maestría y en la que asistimos al gran desfile de freaks del último cine norteamericano, personajes peculiares y entrañables, casi realistas a fuerza de ser caricaturescos, encarnados por actores de la talla de Philip Seymour Hoffman, Steve Buscemi, Sam Elliot, Ben Gazzara y Juliane Moore.

Como alimento para su leyenda de película de culto, los extras de esta Edición Especial incluyen una divertida introducción de la película a cargo de Mortimer Young, un guiño de los hermanos Coen condescendientemente freakie para los fans del filme, que no se puede dejar de ver sin una sonrisa en la cara. Además, incluye una entrevista de más de treinta minutos a los hermanos Joel y Ethan Coen, especialmente charlatanes, en la que nos revelan que "El Nota" está inspirado en un conocido suyo, el distribuidor y productor Jeff Dowd, al que por su talento para la improvisación y su imposibilidad para organizarse, decidieron arrastrar al centro de una trama detectivesca propia de Raymond Chandler. Completa el material extra una serie de fotografías de rodaje, en blanco y negro, realizadas por el propio Jeff Bridges.