Intérpretes: James Stewart, Farely Granger, John Dall. Guión: Arthur Laurents (a partir de la obra de teatro de Patrick Hamilton). Fotografía: Joseph Valentine (c). Sello: Universal. Duración: 77 minutos
Alfred Hitckcock podía ser al mismo tiempo el director más comercial y también el más experimental. En él, la autoría y el espectáculo cinematográfico no estaban reñidos. La soga es un claro ejemplo de hasta qué punto el maestro del suspense se arriesgó creativamente, sobre todo en un momento de su carrera en el que no tenía necesidad de tomar riesgos. Inspirada en una historia real, es el relato de cómo dos jóvenes estudiantes asesinan a un compañero por puro placer estético e intelectual, siguiendo la teorías de Nietzsche del superhombre inculcada por uno de sus profesores, quien finalmente descubrirá todo el entramado. Con un subtexto claramente homosexual, que en su época pasó casi desapercibido, la gran apuesta de Hitchcock fue la de rodar esta adaptación de una obra de teatro en un único plano secuencia, pues toda la acción de la película transcurre en el interior de una casa. Como la duración de las bobinas impedían el rodaje continuado por más de diez minutos, Hitchcock tomó soluciones de continuidad (algunas más naturales que otras) de gran ingenio para conseguir la ilusión de que el plano nunca se corta. Macabro, inteligente, espeluznante, este largometraje es más moderno con los años, a pesar de los casi sesenta otoños que han llovido desde entonces.
Extras: La modernidad de la película alcanza al trailer de promoción, que debe ser el único en la historia que no incluye ni una sola escena de la película, sino que es un corto en sí mismo contando los últimos minutos de la víctima con su novia. Aparte del trailer, los contenidos extras incluyen un documental "Cómo se hizo", en el que algunos intérpretes, la hija del director y el guionista, recuerdan ahora los métodos de trabajo de Hitchcock y algunas anécdotas del rodaje. De especial interés son los argumentos que esgrime Laurents de por qué la película no alcanzó el éxito deseado y cómo podría haber mejorado.
Escena clave: El rápido movimiento de cámara que termina en el rostro en pánico de Phillip (Farley Granger), que acaba de romper su copa, cuando el profesor Rupert Cadell llega a la fiesta.