Extinction, la vida tras el apocalipsis
Fotograma de la película Extinction
Miguel Ángel Vivas estrena Extinction, un drama posapocalíptico basado en la novela Y pese a todo, del escritor Juan de Dios Garduño. La película, rodada en inglés, cuenta en el reparto con los estadounidenses Matthew Fox y Jeffrey Donovan y con la española Clara Lago.
El filme narra la lucha por sobrevivir de Jack y su hija Lu nueve años después de que una infección convirtiese a la mayoría de los humanos en zombis. Padre e hija resisten en Harmony, un lugar apartado y casi inaccesible por las constantes nevadas. Además de ellos, también ha sobrevivido Patrick, un vecino que mantiene con Jack una tensa y complicada relación fruto de hechos ocurridos en un pasado anterior a la infección, disputas que tendrán que dejar de lado cuando los infectados reaparecen...
"Yo estaba a punto de publicar otra novela de zombis, pero mucho más tópica", relata Garduño, que había llevado su novela a la editorial Dólmen, donde le dijeron que les gustaba pero que habría de esperar a ver como funcionaban otras apuestas similares que acababan de publicar. "Mientras esperaba a que la editorial me diera el visto bueno me decidí a escribir otra novela que se saliera mucho de los tópicos habituales" y en dos meses tenía lista Y pese a todo, que decidió publicar antes que su novela original. Fue todo un acierto. Pese a ser publicada en verano, no tardaron en llegar reseñas muy positivas y en dispararse las ventas. "La historia siempre la defino como un drama, una historia de amistad, de odio, nunca la defino como una historia de zombis", afirma Garduño. "Es una novela muy intimista, con muy pocos personajes y muy pocos zombis que no anulan la historia de unos personajes tratando de sobrevivir".
Esta combinación de historia personal y de terror zombi fue lo que atrajo la atención del director Miguel Ángel Vivas, que llevaba una buena temporada leyendo guiones para su próxima película, sin que ninguno llegase a convencerle. "Me interesó porque era un historia que aunaba todos los elementos del genero, como los monstruos o el ambiente posapocalíptico, pero los utilizaba para contar otra historia". Y esa otra historia es la que ha querido que se viese potenciada en el filme "una historia muy humana con la que podemos identificarnos a pesar de desarrollarse en un entorno donde es muy difícil vernos implicados".
Esta nueva vuelta de tuerca al género de terror viene a confirmar la tendencia al alza que éste vive en España. A nivel literario, Garduño cuenta que ahora el terror existe ya como un género con entidad propia, al contrario de lo que sucedía en su infancia, y lo achaca a un cambio generacional: "cuando yo era pequeño, apenas había escritores españoles que escribieran terror o fueran publicados por las grandes editoriales". En el ámbito cinematográfico, Vivas asegura que en España siempre se ha hecho muy buen cine de terror desde los años 60 y 70, y que últimamente está llegando incluso a tener gran reconocimiento fuera de nuestras fronteras. "Cuando viajé con Secuestrados al Fantastic Film Fest de Austin, fue la primera que vendió todas las entradas. No sabia como era posible, porque a mí no me conocía nadie". Los organizadores le contestaron que su película era española y de terror, lo que en Estados Unidos es símbolo de garantía. "Es una percepción que en España no tenemos de nuestro cine", asegura.
Una de las cosas que más llama la atención es la elección del inglés como idioma de rodaje. La novela está ambientada en Estados Unidos, en el pueblo de Bangor (Maine), en lo que Garduño reconoce que es un claro homenaje a Stephen King, maestro del género, que reside casi todo el año en una localidad homónima. "Stephen King fue el primero que me acercó al género, y de pequeño siempre he leído a los grandes del terror anglosajón porque en España era muy raro que algún escritor tocará el género". Más allá de estas razones, Vivas asegura que la ha rodado en inglés porque desde el principio le costaba mucho creérsela rodada en español, ya que cada historia tiene su propio idioma. "Tampoco quise ambientarla en Maine, no enseño banderas ni nada que aluda a un país concreto porque es una historia que puede haber sucedido en cualquier parte. Es universal".
Sobre como ha abordado la adaptación, Vivas afirma que no ha adaptado la historia al pie de la letra. "He plasmado mi punto de vista, las sensaciones que me transmitió la novela, la historia de unos personajes en la que el terror esta para apoyar las decisiones que deben tomar en el día a día". La novela se centraba mucho más en la historia de los dos hombres, pero el director ha querido poner el foco sobre el personaje de la niña (interpretada por Quinn McColgan) y los problemas que surgen de la paternidad. Así lo ve también Garduño "yo me centre más en las cuentas pendientes entre los dos vecinos, en que a pesar de haber llegado el fin del mundo siguen odiándose en lugar de dejar de lado las rencillas". Sin embargo, afirma estar contento porque "la esencia, el alma de la novela, está ahí perfectamente visible".
Pero, a pesar de lo dicho, que el publico no crea que no es una película de terror. "Lo que es la parte de terror sigue funcionando de maravilla, porque yo creo que aunque estemos ofreciendo algo más, la historia de los personajes, la parte del terror no puede defraudar de ninguna manera". Así, conviven en la película el drama de los personajes con ese terror que se presupone y acecha en todo momento a veces en forma de píldora que mantiene el ritmo y otras veces de forma absoluta. "Los momentos de susto y los saltos en el sillón puedo asegurar que están garantizados", dice Vivas, rotundo.
Tanto escritor como director están ahora dedicándose a otros proyectos. Vivas está rodando el remake americano de una película francesa, pero de momento no puede revelar el título "en un mes se sabrá algo más, de momento es muy pronto". Garduño, por su parte sigue escribiendo, y ya está embarcado en una novela radicalmente diferente que "relata la vida de un piloto de barcos de vapor en el río Mississippi, y supone un homenaje a Mark Twain". Aunque no ha abandonado el género de terror, pues asegura tener lista la segunda parte de Y pese a todo, que se llamará Cenizas, así que es posible que volvamos a ser testigos de una nueva colaboración entre los dos creadores.