Image: Denis Rafter

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Cine

Denis Rafter

Escuchando el "canto de cisne" de El artista y la modelo

30 agosto, 2015 02:00

Noche, oscuridad, calor. Cine de verano en la plaza del pueblo. Una de tiros, de amores prohibidos, de aventuras míticas... De Jamón, Jamón a Lawrence de Arabia, escritores, artistas, cineastas, músicos, actores y directores teatrales recuerdan aquí aquella película que vieron en plena ola de calor.

A menudo las buenas cosas de la vida llegan por sorpresa y sin esfuerzo ni coste. Una puesta del sol, una luna llena, un riachuelo escondido en el bosque o una bella mujer en una parada de autobuses. Y de repente uno se siente feliz, lleno de vida y esperanza. Tengo la misma sensación cuando veo una obra de arte por primera vez. Si, soy un romántico.

Hace unas semanas, durante el rodaje de una película en las minas de Asturias, volví al hotel cansado pero sin ganas de dormir. Puse la television, una pelicula de Fernando Trueba, El artista y la modelo. Una obra de arte, blanco y negro, con gran belleza en cada imagen. Demostraba el cuerpo humano y la naturaleza de la mujer en la plena flor de la vida.

Un escultor (el gran actor frances, Jean Rochefort) en el crepusculo de su vida intenta captar la esencia de una joven modelo ( la actriz española, Aida Folch). Es el cuento del último respiro creativo de un artista, su canto de cisne. No hay mucho mas acción que los movimientos lentos en su estudio donde la modelo cambia de postura de vez en cuando. Desde una relación casi indiferente, solo concentrada en la escultura, la relación entre los dos, artista y modelo, va cambiando. Se convierte en la relación entre la vejez y la juventud, el principio y el final, un sol en declive y una plena luna.

Solo a traves de miradas se transmiten las emociones mas profundas. Amor, deseo, tristeza, resignación, esperanza. Las arrugas de su cara y de sus manos nos cuentan la vida del artista y las curvas del cuerpo de la modelo nos muestra la eterna juventud de una diosa. La búsqueda por parte del hombre de un imposible. Un deseo de vida contra la inevitabilidad de la muerte. Los actores son magnificos y están dirigidos con gran sutileza. Demuestran su libertad artística y a la vez una confianza absoluta en Trueba. El guión de Jean Claude Carrière está afinado con la perfección de una sonata de Mozart.

Después de ver esta obra maestra de Fernando Trueba me sentí vivo y con el deseo de seguir buscando la belleza de la vida.

Irlandés de nacimiento, Denis Rafter (Dublín, 1942) vive en España desde la década de los 60. Su vinculación al mundo del teatro parte de su infancia. Se formó en el Abbey Theatre, teatro nacional de Irlanda, y en la prestigiosa Escuela de Música y Drama Guildhall de Londres, en la que obtuvo su título de profesor de voz y drama. Destacada personalidad en el mundo teatral, tanto en su faceta de actor, como en su actual función de director actoral; Rafter es además, escritor, director de escena, profesor y ha dirigido numerosas obras teatrales y musicales. El año pasado clausuró el Festival de Mérida con una versión de Edipo Rey, y este año ha estrenado la obra Teresa, la jardinera de la luz, un trabajo que ante todo busca homenajear a Santa Teresa como ser humano y como mujer, con ocasión de su V Centenario.