Scorsese regresa con 'Los asesinos de la luna': la demencia soterrada de América
Ni el noir, ni la épica histórica, ni el turbio melodrama, se acercan con tanta precisión al espíritu de Los asesinos de la luna como lo hace el wéstern.
20 octubre, 2023 02:31Desde su atalaya visceral y cinéfila, el cine de Scorsese se ha dedicado en gran medida a mostrarnos la otra América, aquella que se oculta en las sombras de la Historia y revela su rostro más perturbador. Se ha dedicado, en definitiva, con un sentido narrativo poseído por un talento descomunal, a revelar los pliegues más sórdidos del mito americano.
Si estableciéramos un díptico entre Gangs of New York (2002) y Los asesinos de la luna (2023), entenderíamos que los cimientos del capitalismo se fundan en el crimen y la violencia, sea en los espacios urbanos o rurales, y que el proyecto de una todopoderosa nación fundada en el melting pot de culturas no deja de ser una entelequia que los libros de historia se han empeñado en imprimir como leyenda, del mismo modo que el wéstern se erige sobre las cenizas de un exterminio durante años silenciado en la gran pantalla.
Ha tenido Scorsese que cruzar la edad octogenaria para filmar su primer wéstern. No lo es en el sentido convencional, pero ni el noir, ni la épica histórica, ni el turbio melodrama (aunque de todo ello se alimenta la película), se acercan con tanta precisión al espíritu de Los asesinos de la luna como lo hace el wéstern.
El filme, que narra los asesinatos cometidos por la población blanca para expoliar los pozos petrolíferos hallados en el territorio de los indios Osage (Oklahoma), destapa sin tapujos, con sereno activismo político y conciencia revisionista, la fiebre del oro negro como la raíz de esa poderosa alianza que ha forjado Estados Unidos: el poder, el dinero y la violencia más abyecta.
Diríamos que Avaricia (1924, Erich von Stroheim), con su equivalente monumentalidad y demencia, emerge como semilla de esa tradición en la que se inscribe Scorsese, la de las épicas narrativas que encuentran en la usura el germen de la identidad norteamericana, incluyendo La puerta del cielo (1980), de Michael Cimino o Pozos de ambición (2007), de Paul Thomas Anderson.
Es mucho más compleja la película de lo que su apariencia indica. Ciertamente, en la historia hay dos núcleos de relaciones. Una es la que establecen el poderoso William Hale (Robert de Niro), representante del establishment blanco que se gana la confianza de los indios para poner en marcha sus oscuros planes, con su sobrino, el veterano de guerra Ernest Burkhart (Leo de Caprio), cuya amoralidad la define su estupidez, casi como si fuera un personaje de los hermanos Coen.
La otra es la esquiva relación sentimental de Ernest con Mollie Kyle (Lily Gladstone), el gran hallazgo del filme. Bajo una creciente desesperación para ejercer el expolio y la desaparición de los nativos, la sutileza da paso al estallido de violencia y deriva en los asesinatos múltiples que instauraron el Reino del Terror en Pawhuska. Todo lo que se ve busca la precisión histórica de los hechos, algo que Scorsese y su coguionista Eric Roth dejan bien claro en el prólogo.
A partir de un sangriento tapiz de amoralidad y crímenes, el filme pone en escena un corolario de intrigas familiares y asesinatos sin castigo que conducen a la posterior investigación del FBI de Edgar Hoover. Acaso lo más sorprendente del filme, tratándose de Scrosese, es su apariencia formal. Aunque sometida a múltiples capas y digresiones narrativas, no hallamos en Los asesinos de la luna rastros del vértigo, la espectacularidad y los fuegos de artificio formal que han caracterizado el ímpetu cinemático del autor de Uno de los nuestros y El lobo de Wall Street.
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Su demencia discurre por un pathos sereno, sin estridencias, confiado en la maestría de un cineasta que, sobrado de madurez, no quiere gritar para hacerse oír ni exhibirse para hacerse ver. El montaje de Thelma Shoonmaker está al servicio de una energía soterrada y la tragedia de un hombre atrapado entre dos familias crece orgánicamente sin inyecciones de adrenalina. Así, el relato obedece más bien a un clasicismo de otra era, cociéndose a fuego lento, tomándose su tiempo hasta que coloca todas las piezas en su sitio.
Scorsese se hará plenamente visible, sin embargo, en un espectacular, inesperado epílogo, que nos da la medida de su implicación ética con la tragedia a la que hemos asistido. Pero sobre todo con el personaje de Mollie, en cuya mirada, hurtada a su marido y al espectador en un momento decisivo de la película, parece descansar toda la dignidad de un pueblo ultrajado en los silencios de la historia oficial.
Los asesinos de la luna
Dirección: Martin Scorsese.
Guion: Eric Roth, Martin Scorsese.
Intérpretes: Leonardo DiCaprio, Robert De Niro, Lily Gladstone.
Estreno: 20 de octubre.
Año: 2023