Elena López Riera estrena el corto que enamoró a Cannes: bodas que revelan un pasado de temores y sumisión
- 'Las novias del sur' pone el foco en la experiencia del matrimonio y las relaciones sexoafectivas de las generaciones de mujeres que precedieron a la directora.
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Tras su debut en el largometraje, con El agua (2022), la valenciana Elena López Riera (Oriola, 1982) regresa al formato corto –en el que fraguó su heterodoxa aproximación al cine de lo real– para componer, en clave confesional, una meditación sobre la asimilación y la renuncia a una cierta herencia familiar.
Así, después del autorretrato indirecto de Pueblo (2014), la antropología poética de Las vísceras (2016) y la zambullida en el misterio de la otredad de Los que desean (2018), López Riera prosigue, en Las novias del sur, su particular senda creativa, basada en la conjunción de la expresión lírica, el testimonio personal y la constatación de una fuerte conciencia histórica.
En este caso, la cineasta pone el foco en la experiencia del matrimonio y las relaciones sexoafectivas de las generaciones de mujeres que la precedieron, tomando como referente vehicular un conjunto de fotografías de bodas, tanto de su madre como de otras novias.
El estudio del vínculo entre lo personal y lo colectivo centra el interés de López Riera, que inaugura esta película de 38 minutos mostrando fragmentos de su archivo fotográfico familiar y admitiendo, con su propia voz, desde el off sonoro, un interés por perseguir la experiencia de su madre “en todos los cuerpos, en todas las voces, en todas las madres”.
Esta búsqueda remite a los magníficos documentales españoles El gran vuelo (2014) y My Mexican Bretzel (2019), en los que Carolina Astudillo Muñoz y Nuria Giménez Lorang utilizaron imágenes de archivo para explorar, respectivamente, el legado inconformista de las mujeres que lucharon contra la dictadura franquista y la memoria trágica de las que sufrieron el yugo patriarcal a mediados del siglo XX.
Por su parte, López Riera aprovecha su inclinación a hibridar diferentes registros para poner en diálogo las fotografías y vídeos domésticos de múltiples bodas con unos emocionantes testimonios orales de otras tantas mujeres: crónicas de la opresión, pero también de la emancipación y el descubrimiento tardío del amor.
En El agua, López Riera construyó una fábula sobre un linaje femenino tocado por una cierta fatalidad sentimental. Ahora, en Las novias del sur, la cineasta recoge un conjunto de experiencias en las que la tradición y las convenciones alumbran un pasado de temores y sumisión.
Por ejemplo, una mujer relata cómo conservó una toalla con la sangre procedente de su primera relación sexual, consumada tras el matrimonio, para celebrar su dignidad y honrar a su madre. Un testimonio revestido de atavismo que López Riera observa con fascinación e inquietud, consciente de que su rol en el mosaico femenino que perfila el filme apunta a la ruptura insurgente.
“La novia no soy yo. Yo siempre fui como esas mujeres que miran desde el margen de la fotografía. Una no novia. Una no madre”. Y ahí es donde Las novias del sur encuentra su cénit expresivo, en el retrato del vértigo que se experimenta al romper con una cadena maternofilial que ha sostenido, durante generaciones, una idea retrógrada de orden social.
Las novias del sur
Dirección y guion: Elena López Riera.
Año: 2024.
Estreno: 10 de enero.