Enric Benavent y Pablo Casablanc en El arte de la comedia
En 2010 han brillado dos autores en Madrid: el italiano Eduardo de Filippo, que por fin ha sido representado como merece, y Wajdi Mouawad, de origen libanés, que ha actualizado la tragedia con Incendies, además de obra maestra de la puesta en escena. Sin embargo, el jurado de El Cultural, integrado por Rafael Esteban, Ignacio García May, Liz Perales y Javier Villán, ha valorado solo producciones españolas y su selección revela una añada magnífica en trabajos interpretativos.
EL ARTE DE LA COMEDIA
Autor: E. de Filippo. Director: Carles Alfaro. Iintérpretes: Enric Benavent, Pablo Casablanc, Carmen Machi, José Luis Alcobendas, Jesús Barranco... La Abadía.
Este ha sido el año de Eduardo de Filippo (1900-1984), autor y actor muy popular en Italia y del que se han hecho varios espectáculos en España. Uno de ellos, el mejor, ha sido
El arte de la comedia, dirigido por Carles Alfaro y con el que La Abadía celebró sus quince años. La elección del texto no pudo ser más certera: la comedia es un homenaje al oficio de actor y recoge las ideas de De Filippo sobre el teatro. Presenta al director de una compañía que ha perdido su carpa en un incendio y busca la ayuda del gobernador provincial, recién nombrado en el cargo. La producción reunió a intérpretes ligados a La Abadía y pocas veces se ha visto un elenco tan numeroso y tan en estado de gracia: Pedro Casablanc permanece en escena durante toda la función dando vida al gobernador, afable y presuntuoso en el inicio, impotente cuando ve cómo se suceden los acontecimientos y se lleva todas las tortas. Enric Benavent es el director de la compañía, Oreste Campese, alter ego del autor y tipo de héroe defilippiano: fantasioso e idealista, que acaba demostrando que sus ideas no son tan descabelladas. Y luego una docena de personajes que dan más que una pincelada social y humorística de la Italia de posguerra: el médico impetuoso de Jesús Barranco, el cura manipulador de Joaquín Hinojosa, el desdeñoso funcionario de José Luis Alcobendas, la atrabiliaria maestra de Lola Manzano... Maravillosos.
TODOS ERAN MIS HIJOS
Autor: Arthur Miller. Director: Claudio Tolcachir. Intérpretes: Carlos Hipólito, Gloria Muñoz, Fran Perea, Manuela Velasco... T. Español
Un clásico siempre suscita la pregunta de si el público se va a sentir concernido ante el conflicto planteado. En
Todos eran mis hijos Arthur Miller presenta a un matrimonio - el que forman Carlos Hipólito y Gloria Muñoz- que esconde un secreto: él, empresario, se ha lucrado a costa de la guerra fabricando unos repuestos para aviones cuyo mal estado provocaron la muerte de varios pilotos, entre ellos su hijo. Hay también un falso culpable que pagó por ello. El conflicto sigue siendo hoy verosímil, pero lo que hace que la producción sea una de nuestras elegidas es la prodigiosa interpretación de los actores citados y la hermosa puesta en escena de Claudio Tolcachir. Las composiciones de Hipólito como hombre común y de Gloria Muñoz en su complejísimo personaje de ama de casa son simplemente admirables.
LA COLMENA CIENTÍFICA
Autor: JR. Fernández. Director: Ernesto Caballero. Intérpretes: José L. Esteban, David Luque, Lola Manzano, Pedro Ocaña,Paco Ochoa, Iñaki Rikarte. Sala Princesa-CDN.
¿Se puede relatar la vida cotidiana de un grupo de fisiólogos en la España previa a la Guerra Civil y conseguir que resulte un espectáculo fascinante? El dramaturgo José Ramón Fernández y el director Ernesto Caballero lo consiguieron con
La colmena científica o El café de Negrín, insólita propuesta que rescataba un aspecto poco conocido de la Residencia de Estudiantes. Instalada en el espacio íntimo y mínimo de la sala de la Princesa, en apenas 60 minutos de duración y con un magnífico trabajo de interpretación coral basado en la contención y el detalle, esta obra invitaba al espectador a meditar sobre la posibilidad de entender, ¡y de reformar! nuestro país desde modelos más generosos. En tiempos de crispación permanente, los personajes resultan ejemplares y nos devuelven la esperanza en una sociedad mejor, merecedora de espectáculos como este.
EL TESTIGO
Autor: Fernando Quiñones. Director: El Brujo. Intérpretes: Rafael Álvarez El Brujo... Teatro Alcázar
Rafael Álvarez El Brujo siempre actúa en solitario y, salvo contadas ocasiones, lo hace con adaptaciones que él mismo firma.
El Testigo es una de esas extraordinarias producciones en las que se sirvió de un texto del escritor gaditano Fernando Quiñones. Da vida a un amigo de correrías del excéntrico cantaor flamenco, Miguel Pantalón, lo que le sirve para contar sus andanzas. Pantalón es un personaje alucinante, mezcla de caracteres arquetípicos de diversos cantaores; una invención genial y divertida del poeta Quiñones, que reproduce el habla graciosa de Cádiz. La metamorfosis de El Brujo es absoluta, hace tan suyo el lenguaje de Quiñones que no parece que su monólogo sea un texto escrito . Es convincente, divertido, emocionante, transmite un puñado de imágenes de una ciudad y una época que ya no existe, cuando el arte respiraba inocencia.
EL BAILE
Autor: Irene Nemirovski. Director: Sergi Belbel. Intérpretes: Anna Lizaran, Sol Picó, Francesca Piñón, Xaro Campo. Sala Francisco Nieva-CDN.
Es difícil clasificar esta miniatura escénica, delicada y rara, con la que Sergi Belbel sorprendió a los madrileños a principios de año. Del relato autobiográfico
El baile, de Irene Nemirovski (víctima del Holocausto y autora de la póstuma
Suite francesa), el director se inventa una novedosa dramatización que mezcla texto con danza. Anna Lizarán da vida a una madre violenta, sofisticada y egoísta. La coreógrafa y bailarina Sol Picó es su hija, que, víctima de sus desafectos, trama su venganza. Elemento capital del espectáculo es la escenografía de Max Glaenzel y Estel Cristià, orgánica, imprevisible y hermosa.
Lo mejor de Barcelona, por Maria José Ragué
1. American Buffalo de David Mamet, dirigido por Julio Manrique. Espai Lliure.
El protagonista tiene una tienda de variopintos objetos y cuando se da cuenta de que vendió una moneda antigua a un precio muy por debajo de su importe real, se desata la trama. Se habla de dinero y de la violencia que comporta. La interpretación es brillante, eficaz. La música, un buen subrayado de la acción.
2.
-Nadie lo quiere creer,
de La Zaranda. Teatre Salt de Girona.
Último espectáculo de La Zaranda, que mantiene su personal sello estilístico y temático. Con rica estética, muestra una desesperación crítica y solemne, sobria y lacerante imagen que parte de las esencias, moviendo los cadáveres por sendas de macabra y crítica desolación. Ceremonia ritualizada que une la vida a la muerte.
3.
La Venus de Willendorf,
idea y dirección de Iago Pericot. TNC. Sala Gran
Habla de la belleza de la violencia que se asocia al dolor: la violencia latente de nuestras relaciones humanas, de adolescentes que queman a una mujer entre risas y burlas... Un equilibrio entre forma y fondo que termina con un cuadro de seducción sexual y de muerte. Espectáculo que plantea el interrogante del porqué de la violencia.