El maestro Sabicas

Viajando hacia el norte, a las orillas del río Arga se edifica Pamplona, capital de Navarra. Un lugar para el arte, para la gastronomía. Un sitio para la cultura en general. La ciudad, de la que la leyenda cuenta que fue construida por el general romano Pompeyo en el año 47 a.C., ha visto nacer a personalidades como Alfredo Landa o Pedro Osinaga. Pero también a un gran maestro del arte flamenco: Sabicas, ilustre guitarrista que propulsó la internacionalización de este arte. Y a su ciudad natal le faltaba un festival de flamenco que honrara su figura. Por eso, desde este martes y hasta el próximo sábado se celebran las primeras Jornadas sobre Arte Flamenco de Pamplona con Sabicas como eje central y donde se ahondará en las figuras de artistas como Carmen Amaya, Paco de Lucía, Morente y Camarón con conciertos, mesas redondas y talleres. Sara Baras abre las actuaciones del martes con Medusa.

Las jornadas han sido organizadas por la Federación de Asociaciones Gitanas de Navarra Gaz Kaló y han elaborado un programa para acercar el arte del maestro Sabicas a todo el público. Las actividades que se llevarán a cabo tienen dos sedes distinguidas, por un lado el Baluarte y, por otro, la Ciudadela de Pamplona. La idea de viajar a Navarra con un festival surge hace años debido a que "se daba el hecho de que Sabicas nació en Pamplona y que en el norte hay cultura de flamenco pero no hay ningún evento sobre ello", comenta Miguel Morán, director del Festival.

Pero, ¿quién fue Sabicas? Agustín Castellón Campos (su nombre de pila) nació en Pamplona en el año 1912 y ya con cinco años comenzó a tocar la guitarra de una manera autodidacta. "Cuando estalla la Guerra Civil - explica Morán - se va junto a Carmen Amaya a América. Tras unos años con ella y después de grabar películas, se instala de manera permanente en Nueva York". El maestro Sabicas comienza a ofrecer los primeros conciertos como solista de guitarra, algo innovador en su momento debido a que la guitarra "se concebía como acompañamiento para el cante o el baile". Así es como el artista internacionaliza el instrumento.

Además de honrar la figura de este artista también habrá una conferencia dedicada a Carmen Amaya y proyecciones sobre Paco de Lucía, Camarón y Enrique Morente. Todos ellos figuras que han dotado al flamenco de un prestigio fuera de nuestro país. Incluso hay representaciones y conciertos de artistas como Niña Pastori, Kiko Veneno o Soleá Morente y los Evangelistas. Pero no solo eso, sino que se amplía con la exposición Enrique, donde mana la fuente, guiño, a su vez, a un poema de San Juan de la Cruz. 25 de fotografías del periodista Manuel Montaño en la que se muestra la vida y la creación de Enrique Morente desde 1990 hasta 2010.

Incluso le pidieron al artista Mon Montoya la tarea de crear una pintura que expresara la filosofía del festival, que tiene como lema El flamenco viaja hacia el norte. El propio Montoya describe así la tarea: "Me propuse concebir una obra en la que yo realizara mi Pamplona soñada gráficamente. Unir Pamplona como concepto esencial y Flamenco no es tarea en principio fácil ni baladí". De esta manera se pueden observar lugares emblemáticos de la ciudad, al propio Sabicas o incluso imágenes en las que se intercalan algunos poemas y versos que Federico García Lorca ideó para el cante hondo.

Pero eso no es todo. Pamplona y la gastronomía se dan la mano en esta primera edición. "La idea surgió en septiembre del año pasado y a partir de octubre empezamos a trabajar con Baluarte y con Javier Lacunza. Después hablamos con los artistas para cerrar el cartel pero hay un contenido más amplio que los conciertos", explica el director del Festival. La Asociación Hostelera Navarra se ha unido a esta iniciativa de apostar por el flamenco y de rememorar la figura de su pamplonica más internacional con la Ruta de Pinchos Sabicas. 49 son los locales que se han unido a la iniciativa de crear un pincho que evoque al artista. Pequeños bocados que llevarán el nombre del maestro. El Flamenco es baile, es arte, es toque. El legado de Sabicas pasa por la renovación de la guitarra, 60 discos y ahora un pequeño deleite del paladar. El maridaje perfecto entre cultura, gastronomía y tradición se da en Pamplona.