Image: A media luz en el Galileo

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Escenarios

A media luz en el Galileo

13 julio, 2016 02:00

Fernando Cayo, Pepa Rus y Javi Coll protagonizan A media luz los tres

La terraza del Galileo inicia sus veladas de verano con la representación de la comedia de Miguel Mihura A media luz los tres, dirigida por Fernando Soto y protagonizada por Fernando Cayo, Pepa Rus y Javi Coll.

Con la llegada del verano, la oferta teatral madrileña se esfuma de la capital y se esparce por la gran multitud de festivales que pueblan la geografía española. Es el momento para los espectáculos divertidos y refrescantes que aprovechan las altas temperaturas estivales y los mayores momentos de ocio para ofrecernos una forma diferente de disfrutar del teatro.

Un modelo al que se adscribe cada año con regularidad el Teatro Galileo, en cuya terraza se representa hasta el 31 de agosto la comedia A media luz los tres, de Miguel Mihura (de lunes a sábado a las 20:00) que contará en el reparto con actores de la talla de Fernando Cayo, Pepa Rus y Javi Coll. La función, que ofrece la posibilidad de disfrutar de una cena informal, recupera un poco el espíritu del Siglo de Oro volviendo a los orígenes del teatro, con un espectáculo al aire libre y la gente comiendo y hablando. Algo muy a tener en cuenta a la hora de elegir la obra y plantearla.

"He hecho el espectáculo a medida del lugar, pensando en que la gente estará tomándose su cervecita, fumando un cigarrillo o comiendo unas croquetas. He tratado de hacer algo muy festivo, con mucho ritmo y velocidad, para que el espectador, que va predispuesto a pasar un buen rato, pueda disfrutar y a la vez asimilar los temas presentes en la trama", afirma su director, el también actor Fernando Soto."No me puedo poner excesivamente reflexivo como director porque no es el lugar para eso. Este escenario invita a ver un espectáculo entretenido, fresco y rítmico, que es lo que hemos montado".

A media luz los tres cumple exactamente con esos requisitos, claves en el teatro de un maestro del siglo XX como Miguel Mihura. La obra cuenta las aventuras de Alfredo, un ligón cuyo único objetivo en la vida es saciar su sed de conquista. "La obra es una revisión del Don Juan, pero en zapatillas de andar por casa", explica Soto. "Pretende desbaratar el mito del eterno conquistador". Y es que el comienzo de sucesivas catástrofes amorosas, en comparación con los éxitos de su buen amigo Sebastián, un pobre diablo sin maldad y de aspecto sumiso, provocan una pequeña crisis de fe en Alfredo, que empieza a cuestionar su más que apreciada seguridad y control sobre el terrible arte de la seducción y su relación con el sexo femenino.

Para Soto, la trama de la obra sigue de plena vigencia a día de hoy, más de medio siglo después de su estreno. "La sociedad ha evolucionado en muchos aspectos, pero en estas lides del ligoteo, no hemos cambiado mucho. Ahora, por suerte, la mujer ha tomado las riendas de muchas facetas de su vida, pero sí sigue existiendo esa conciencia del machito español, de la posesión, de la mujer en casa", asegura, "y de todo eso hemos intentado reírnos, hacer que las mujeres se rían, y provocar que ese Don Juan acabe como un corderito".

Y es que esta adaptación de Rubén Tejerina ha intentado "conservar el olor y la esencia de los 50. Hemos hecho una revisión del texto intentando conservar también la estructura y el estilo de las interacciones del teatro del absurdo, pero sí lo hemos acercado un poquito a la forma de hablar de hoy en día", explica Soto. "No lo hemos cargado de chistes actuales, hay un par de nombres localizables, pero no hemos querido llenarlo de referencias a personajes de hoy porque me parece bastante gratuito". De este modo, el director pretende conservar ese humor sólido conectado con el teatro del absurdo que engrandece el concepto de comedia y es tan característico del autor madrileño. "La puesta en escena se acerca mucho al código payasil, a las entradas, las salidas, las piruetas…, hemos intentado homenajear al teatro con los elementos más puros, el trabajo del actor, la música y la risa".

Mihura es un asiduo de la terraza del Galileo, donde triunfó el verano pasado otra obra suya, Milagro en casa de los López, y de estas fechas de verano. ¿Qué tiene este autor que medio siglo después sigue enganchando al público y moviéndonos a la risa? "Creo que engancha a la gente porque hay un público que se crió con esa generación, con esas costumbres. Hay cierta nostalgia, no digo en los contenidos, pero sí en ese estilo", afirma el director. "El teatro de esa generación, de Mihura o Jardiel Poncela, conserva un aroma de algo heredado que induce a conservarlo, potenciarlo y mejorarlo en el sentido de hacerlo nuestro, intentar entender que hoy en día se dan muchas veces las mismas situaciones pero en otro contexto, y eso es lo que tenemos que autocuestionarnos".

Un atractivo más de la representación es que en esta revisión de la obra se ha optado por incluir música en directo que interpretará el dúo Desvariétés Orquestina a través de algunos de los estilos más populares de la época de Mihura, incluyendo swing, mambo, bolero, la música italiana de los 50 y ese querido género conocido sencillamente como "la canción del verano".