En su tradicional concierto para la paz que recuerda y rinde homenaje al profesor Tomás y Valiente, la Universidad Autónoma de Madrid recibe al Orfeón Donostiarra, uno de los conjuntos corales más importantes de nuestro país que rige en la actualidad, y desde hace ya varios lustros, el camaleónico y dispuesto José Antonio Sainz Alfaro, artista de estricta formación, que se ha preocupado de modernizar y flexibilizar al conjunto dándole un aire más europeo en busca de nuevos repertorios.

Tres composiciones poco conocidas abren la sesión del próximo jueves, 11. La primera es el Opus 15 de Rajmáninov para piano y voces femeninas: Seis coros: Glorioso, Noche, El pino, Las olas comenzaron a dormir, Cautividad y El ángel. Música directa, de signo popular, refrescante y melódica. La segunda es el magnífico conjunto coral extraído de la inacabada ópera Salambó de Musorgski titulado Josué (o Jesús) Navine, que gira en sus secciones extremas sobre un animado tema judío que celebra la Fiesta de los Tabernáculos. La tercera es la algo grandilocuente cantata Zdravista de Prokofiev, de casi veinte minutos, compuesta a la mayor gloria del sanguinario Stalin. Aunque en esta ocasión se servirá una de las versiones alternativas, en donde el texto original tiene un cariz muy distinto. La palabra ‘gloria’ remata la composición, sustituyendo al nombre del dictador.

La segunda mitad de la reunión se centra en conocidos y aplaudidos coros de óperas de Wagner, Bizet, Gounod, Verdi y Mascagni, en los que el Orfeón es especialista llevado de la volandera batuta de su rector musical. Como guinda, la majestuosa fuga final de la Petite Messe Solemnelle de Rossini. Al piano estará el premiado Jon Urdapilleta.