Image: Pasión en Jerez

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Danza

Pasión en Jerez

Arranca la más importante cita internacional de danza flamenca

26 febrero, 2010 01:00

Andrés Marín estrena La pasión según se mire

Hoy abre el XIV Festival de Jerez, el gran acontecimiento de la danza flamenca al que acuden los artistas a estrenar sus espectáculos. Fernando Romero, Andrés Marín, Olga Pericet con Belén Maya o Matsumura con Canales. Todos están invitados.

En su décimocuarta edición, el Festival de Jerez se abre a un torrente de ofertas de variada especie, eclécticas y experimentales, tradicionales y de vanguardia, reflexivas o transgresoras. Es, al fin y al cabo, la grandeza de la búsqueda en estado puro, ese abismo que supera la imaginación y el vértigo para elevar el baile flamenco al grado de máxima expresión artística.

El Festival de Jerez, atento a lo que se está produciendo, "parte de la creatividad de las propias figuras de su programación. El objetivo es lograr un diseño equilibrado donde tenga cabida un variado número de espectáculos y conciertos", dice su directora, Isamay Benavente. En tiempos de crisis no hay nada más sensato que olvidar los protagonismos y construir sobre conceptos participativos, así que todos los grandes nombres se han apuntado al inteligente modelo colectivo con el fin de asegurar su presencia en el mayor acontecimiento de danza flamenca y española con repercusión internacional.

"Esa es mi pasión, el flamenco libre y profundo, rescatándolo de la frialdad académica e indagando en su estado genuino y palpitante", afirma Andrés Marín, el bailaor sevillano que estrena La pasión según se mire, un canto a la manifestación musical y dancística, "pero sin trivializarla ni llevarla al terreno vacío de la mediocridad".

Marín, figura de El Greco.
Andrés Marín ejecuta un baile radicalmente austero como fórmula plástica para representar su danza desnuda acompañada del exclusivo soporte de las voces de José de la Tomasa y Lole Montoya y el contrapunto ardoroso de Concha Vargas. Con el rostro severo de un místico pintado por El Greco pero con los perfiles picassianos del cubismo más contundente, Andrés Marín indaga en la esencialidad "como una reflexión sobre mí mismo. Me voy despojando de elementos que tú realmente consideras que no son necesarios y bailas desde dentro porque lo que tienes que contar es tu propia historia. No busco el efectismo ni estoy supeditado a los dictámenes de la moda que, posiblemente, sea lo que el público demande. Pero hay que sacrificar esos aspectos y mostrarse como uno es".

Andrés Marín piensa que ser consecuente y honesto tanto en el arte como en la forma de entender la vida, es lo que va a quedar en el futuro. "En este espectáculo no me refiero a la pasión en términos generales, sino a la pasión de cada uno de los personajes en el escenario".

Pasión es la que pone también Fernando Romero, que estrena Historia de un soldado con música de Stravinsky. Después de recibir primeros premios en los más exigentes certámenes y haber permanecido cinco años en el Ballet Nacional de España, Fernando Romero regresa a los escenarios como director, coreógrafo y bailaor. "Stravinsky nunca pensó que su obra llegase a ser interpretada en el contexto flamenco. Pero, aunque se trata de una partitura intrincada y técnicamente difícil, en las variantes armónicas y las estructuras rítmicas existe un espíritu común que identifica a ambos lenguajes".

De las distintas versiones de Historia de un soldado, Romero ha escogido la suite para clarinete, violín y piano que, siendo la más cercana a los conceptos minimalistas, el bailaor de Écija la interpreta como un conjunto poliédrico y abierto a otras posibilidades, donde sus compases se mezclan con la vivacidad de los musicales de Fred Astaire y Ginger Rogers, con la danza contemporánea, la música electrónica y, claro está, con el flamenco.

Bailes alegres para personas tristes es la propuesta que en esta ocasión lleva Belén Maya a Jerez, junto a otra bailaora de renombre, Olga Pericet. Un juego dinámico de interrelaciones para romper el aislamiento y participar ambas del escenario, teniendo como base la presencia de un grupo de músicos de categoría que con su potencial sonoro influyen en la puesta en escena del espectáculo.

En esa articulación cambiante de las dos jóvenes bailaoras se establecen espacios creativos, donde la danza se renueva en una espiral sin fin en colaboración con los guitarristas y cantaores. Según Belén Maya, Bailes alegres... es un trabajo de investigación, de colaboración, donde el lenguaje se pueda compartir y desarrollar".

Matsumura con Canales.
A pesar de su ascendencia clásica y de su formación musical en las más destacadas escuelas de su país y de Estados Unidos, la pianista Mie Matsumura se siente más flamenca que nadie y acude a Jerez para estrenar la nueva versión de Serenata andaluza junto al baile de Antonio Canales y Leonor Leal, el cante de José Valencia, las guitarras de Eugenio Iglesias y Juan Requena y las palmas del inefable Bobote, maestro del compás.

Fue precisamente Canales quien el año pasado, después de una actuación de Mie en Suma Flamenca, de Madrid, se acercó a ella para pedirle bailar lo que había tocado y unirse al proyecto. "Lo que queremos mostrar", declara Mie Matsumura, "es un caleidoscopio donde siete solistas giramos en torno a la música de Albéniz, Falla y Granados utilizando códigos absolutamente flamencos. No se trata de un concierto, sino de un encuentro entre el baile, el cante , la guitarra, las palmas y el piano".

1050 estudiantes de flamenco.

Uno de los pilares del Festival de Jerez es la enseñanza de los distintos estilos, técnicas y coreografías del baile. Este año se han agotado las 1.050 plazas ofertadas para 42 cursos y talleres. La convocatoria ha resultado, como siempre, un éxito, y han llegado alumnos de 40 países, siendo los más numerosos los de Japón, Alemania, Estados Unidos y Canadá, aunque también acuden de lugares más lejanos, como Australia. Matilde Coral, Manolo Marín, Merche Esmeralda, Angelita Gómez, Javier Latorre o Manolete son algunos de los grandes maestros de proyección internacional, que antes pisaron como artistas los escenarios del mundo y ahora dan las diferentes clases con un atractivo programa didáctico adaptado a los niveles básico, medio y de perfeccionamiento: estilo y coreografía de la seguiriya con bata de cola, técnica de la bulería de Jerez, coreografía de los tangos de Cádiz o taller de coreografía y técnica del taranto, especialidades impartidas también por profesores jóvenes como Antonio el Pipa, Belén Maya, Isabel Bayón o Manuel Liñán. Un reclamo lo suficientemente poderoso como para reunir ese número de aspirantes a practicar una danza que la mayoría conoce, dada la repercusión del flamenco fuera de España.