Paloma O’Shea
En España ya se puede vivir de la música de cámara
20 mayo, 2004 02:00Paloma O’Shea. Foto: M. Rodríguez
El 24 de mayo la Fundación Albéniz presenta en Santander el IV ‘Encuentro de Música y Academia’ que durante el mes de julio convertirá a la ciudad cántabra en capital europea de la música y en el que ochenta jóvenes talentos trabajarán y convivirán junto a importantes maestros. El Cultural ha hablado con su directora, Paloma O’Shea
-¿Cuál es el fin del ‘Encuentro’?
-Formar de manera diferente a la de todos los días ya que los estudiantes trabajan durante el año de manera ordenada y gradual. Aquí les proponemos un trabajo complementario en el que buena parte del beneficio formativo viene del contacto directo con el público y compartir el escenario con sus maestros.
-¿En qué ha intentado mejorar la propuesta de este año?
-Hemos procurado aumentar la presencia de la música española, aunque a las instituciones educativas como la nuestra, con 770.000 euros dedicados al proyecto, no nos es fácil afrontar el pago de derechos que esa música conlleva. Espero poder compartir con la SGAE una reflexión abierta y serena sobre esta cuestión. En todo caso, tenemos mucha ilusión en el Retablo de Falla.
-¿En qué medida afectan los derechos de autor?
-En el estricto ámbito del aula, los derechos de autor no representan un problema, porque la SGAE no pretende recaudar allí. La dificultad comienza cuando un centro de estudio expone a sus alumnos ante el público, que es una parte fundamental del proceso formativo. Hasta ahora, la SGAE no ha reconocido el carácter pedagógico de estos conciertos. Es una pena, porque programar en ellos música española y contemporánea es sembrar en los jóvenes más receptivos y de mayor talento el amor por ese repertorio. Es muy difícil abordar con presupuestos de escuela unos derechos de autor que están pensados para su explotación con carácter comercial.
-El ‘Encuentro’ apuesta por la música de cámara.
-En lo que tenga que ver con la formación de los artistas de mañana, la música de cámara es insustituible. Tocar en grupo obliga a desarrollar el oído y a ejercer el máximo control para buscar el empaste con el conjunto. En los grupos de cámara, sus integrantes no se pierden en el fondo, sino que se hacen oír uno a uno, con lo que eso conlleva de desarrollo de la responsabilidad artística individual. Hoy existen fenómenos inauditos, como el Cuarteto Casals, que nació en la Escuela Reina Sofía y que está haciendo una gran carrera como cuarteto profesional. Puede parecer increíble, pero es la primera vez que en nuestro país ocurre algo así. Hoy sí puede cuajar un cuarteto profesional, porque ya empieza a existir un público, y por lo tanto un mercado, para este género. En ese sentido, ha sido ejemplar la labor del Liceo de Cámara de la Fundación Caja Madrid.
-¿Cómo debe ser la relación del ‘Encuentro’ con nuestro patrimonio?
-Además del aforo de sus conciertos propios, todo lo que se programe en el ‘Encuentro’ ha de considerarse multiplicado por mil en públicos futuros, porque si estos jóvenes talentos aprenden aquí en Santander a tocar la música española, luego, a lo largo de sus carreras, tenderán a programarla y a difundirla.
-¿Sueña convertir el ‘Encuentro’ en un ‘Tanglewood español’?
-Creo que vamos bien encaminados y que, si seguimos trabajando con tenacidad, dentro de diez años habremos avanzado mucho. En cuanto a Tanglewood, el ‘Encuentro’ de Santander tiene su propia razón de ser y no pretende alcanzar a nadie. En todo caso, le diré que la historia de Tanglewood es impresionante, que tiene muchos logros en su haber y que su encuentro es más grande que el nuestro, pero puestos a comparar calidades, si ponemos juntos su hoy y el nuestro, si cotejamos las tablas de participantes, sinceramente no sé quién saldría mejor librado.