Música

Merrit

Amor, pop y ópera china

27 abril, 2006 02:00

Stephin Merritt. Foto: Warner Music

En 1999 Stephin Merritt editó de golpe 69 canciones en un triple álbum dedicado al amor. Ahora recopila en Showtunes la música que ha compuesto para tres óperas chinas. ¿Un loco? Puede que el desequilibrio y la desmesura sean necesarios para configurar la personalidad del que se dice que es el mejor escritor de canciones pop de la última década. Si en una mano traes a Abba y en la otra a Dostoievski, es muy probable que al dar una palmada brote una genialidad.

Stephin Merritt (Nueva York, 1966) es un personaje de lo más singular. Lo mismo se cambia las vocales del nombre que forma un grupo a modo de tributo imaginario a sí mismo. Porque en The 6ths, como se llama la formación, las canciones de Merritt no las canta él, sino amigos ilustres como Marc Almond (Soft Cell), Neil Hannon (The Divine Comedy), Gary Numan, Sarah Cracknell o Dominique A. De ahí que no sorprenda que, en conversación telefónica desde Nueva York con El Cultural, impregne la conversación con sentencias del tipo: "No entiendo cómo a los artistas les gusta tanto actuar. A mí no me gusta que la gente me mire".

Esa personalidad extravagante y huraña encuentra el contrapunto en su entrega, por momentos frenética, a la composición de canciones. "Es divertido hacer cosas que se te dan bien. Creo que lo haría incluso aunque no me pagaran, como solía hacer antes", responde Merritt a la pregunta por su prolífica carrera. Una incontinencia creativa que tocó techo en 1999, cuando con el nombre de The Magnetic Fields -su proyecto principal y el más conocido- publicó 69 Love Songs, un triple álbum conceptual en torno al amor. Este brutal caleidoscopio del sentimiento humano sacó a la luz a un compositor abrumador, capaz de dibujar los contornos que envuelven al amor en sus más intensas pasiones sin salirse del patrón melódico de una sencilla canción pop.

Un pop lo-fi (de baja fidelidad), facturado en su propia casa y heredero de la línea invisible que une a Roxy Music, The Human League, Pet Shop Boys… Y Abba: "Mi grupo favorito", reconoce el artista. Bandas todas ellas con un fuerte carácter teatral, donde se confunden los roles de cantante y actor. Eso mismo le ocurre a Merritt, aunque él matice que "cuando canto actúo, pero en el modo que lo hacen los personajes de Robert Bresson: controlan lo que hacen, pero no para imitar la emoción que están trasmitiendo".

De ahí que se perciba como una prolongación natural de su obra estas bandas sonoras para piezas teatrales, recopiladas en el reciente Showtunes (Nonesuch/Dro Atlantic, 2006). "El director, Chen Shi-Zheng, había oído hablar de mí y le gustaba mi música, pero probablemente me eligió por el ambiente teatral de mis canciones con The Magnetic Fields", señala Merritt. Showtunes recoge lo mejor de las tres partituras que escribió para las tres óperas chinas de Shi-Zeng (en iTunes están disponibles completas, por separado). Merritt trabajó mano a mano con el director y los actores, acudiendo a los ensayos en busca de inspiración: "Sólo había hecho una banda sonora para una película, esa era toda mi experiencia en el terreno dramático. Lo que tenía claro es que no quería diálogos en las canciones, como un musical. Ni al director ni a mí nos gustaba eso".

Lo que sí hay son melodías, que acercan este trabajo a un disco convencional de canciones pop donde se remarca la interpretación, se utilizan coros vocales, falsetto y entran en juego muchos personajes: "No es que me gusten las melodías, sino las buenas melodías. Para mí, el hip hop es aburridísimo. Está bien durante 30 segundos, pero después… Las palabras no son suficientes", subraya Merritt.


Quizás el mayor peligro que tuvo que enfrentar Stephin Merritt al elaborar la música de estas tres piezas operísticas fue el de evitar su parecido a un musical de Broadway. De ahí su decisión de no incluir diálogos en las canciones. Dos de las obras están basadas en antiguos cuentos orientales y la tercera es una trama basada en los cuentos de Hans Christian Andersen. Merritt tan solo escribió las partituras y la interpretación corre a cargo de músicos, cantantes y los propios actores.