Image: La Unión abre nuevas vetas

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Música

La Unión abre nuevas vetas

Chano Lobato, en el Cante de las Minas

26 julio, 2007 02:00

El cantaor gaditano chano lobato, en 2005. Foto: Javier Adan

Grandes figuras del flamenco como Enrique Morente, Sara Baras, El Cabrero y Mercé se dan cita desde el próximo jueves en el Festival del Cante de las Minas. El certamen, que cuenta este año con numerosas novedades, homenajeará al celebrado maestro gaditano Chano Lobato.

El actual director del Festival Internacional del Cante de las Minas, Manuel Navarro, ha preparado con minuciosidad la XLVII edición del certamen, que comienza el próximo jueves en el restaurado Antiguo Mercado Público. El elemento básico de esta cita, cuyos carteles han sido firmados a lo largo del tiempo por Ramón Gaya, Chillida, Canogar, Tàpies o Saura, es el concurso, "donde los aspirantes a los premios han de pasar rigurosos controles y varias pruebas antes de la gran final: una sucesión de filtros que dejan un solo candidato por cada especialidad", indica Navarro.

"El más valorado será el que interprete el mejor cante por mineras, erigiéndose como ganador de la codiciada Lámpara Minera", una distinción que han obtenido, entre otros, Luis de Córdoba, Miguel Poveda, Mayte Martín, Paco del Pozo y Curro Piñana. Además, existen distintos y jugosos premios para baile y guitarra -Niño de Pura, Vicente Amigo o Carlos Piñana fueron algunos de los galardonados-, más el honorífico de la Convocatoria Cultural para periodismo, libros o discos.

Los organizadores viajan cada mes a dos o tres ciudades europeas, americanas o asiáticas para promocionar una coyuntura flamenca distinguida con el título de Interés Turístico Internacional y que ha adquirido una notable repercusión en el extranjero, congregando hasta el 11 de agosto a un público entusiasta que acude de cualquier rincón del mundo. "De todas formas, e independientemente de la programación, aquí llegan con la garantía que les supone el Festival Internacional del Cante de las Minas, que es una marca de calidad artística".

Este año se encontrarán con grandes sorpresas, como la gala final, homenaje al maestro gaditano Chano Lobato, que aún se mueve por los escenarios con arte, dignidad y mucha gracia, a pesar de haber cumplido 80 años, así como con actuaciones de Carmen Cortés, Enrique Morente, El Cabrero, Sara Baras, Manuel Liñán, Mercé y Gerardo Núñez. "Hemos intentado conjugar juventud y veteranía, desde las renovadoras propuestas dancísticas de Israel Galván en La edad de oro, una obra de marcado acento contemporáneo, hasta los tradicionales sonidos del jerezano barrio de Santiago en la voz de Luis el Zambo o en el baile clásico de bulería de Dieguito de la Margara".

Del fandango a las tarantas. Todo comenzó a mediados del siglo XIX al descubrirse grandes yacimientos de plomo y cinc, enriquecidos con galena y blenda, en los territorios murcianos de Cartagena y La Unión. Hasta allí se desplazaban, en un trasiego incesante, cuya intensidad dependía del hallazgo de nuevas vetas, obreros venidos de Granada, Jaén y Almería, comarcas estas dos últimas que estaban explotando sus recursos mineros. Una dinámica de reciprocidad social que desembocó en pautas de expresión artística, sustentada en el intercambio musical a partir de los primitivos fandangos almerienses. El Rojo el Alpargatero, uno de los adelantados, se avecindó en La Unión y fue el aglutinador de viejas tonadas hasta dar forma a las inaugurales tarantas. Su amigo Don Antonio Chacón, llegado a esas tierras desérticas en busca de recientes vetas, no de mineral sino de cantes, terminó de poner en pie el repertorio de los estilos mineros.

Muchos años después, y a punto de extinguirse y olvidarse, Esteban Bernal, alcalde de La Unión y cantaor aficionado, tuvo la feliz idea de crear en 1961 un festival para recuperar y divulgar tarantas, mineras, cartageneras y levanticas, "que son el espejo donde nos miramos, nuestro pasado y referente, que evoca el esplendor de la minería y constituye la máxima representación de nuestro patrimonio cultural", concluye Manuel Navarro.