La sobriedad de Nicholas Angelich
Conciertos/ El pianista actúa con la ONE en Las Palmas, Castellón y Oviedo
15 noviembre, 2007 01:00El pianista estadounidense, N. Angelich
Tras ganar algunos concursos, ciertos instrumentistas superan las prisas y van elaborando un repertorio y embebiéndose de las numerosas posibilidades expresivas que esconden los pentagramas a poco que se escarbe y se olviden las luces de acercamientos en exceso banales y epidérmicos.Dentro de esos todavía jóvenes, aparece hoy bastante destacado, por su rara madurez, el estadounidense Nicholas Angelich, que vino al mundo en 1970 y que a los siete años ya tocaba el Concierto nº 21 de Mozart. Su formación es, sin duda, europea, ya que a los trece lo encontramos estudiando en el Conservatorio de París con gente como Yvonne Loriod, Aldo Ciccolini y Michel Beroff. Clases magistrales de Leon Fleischer, Dmitri Bashkirov y Maria João Pires completaron una preparación que en seguida dio sus primeros y gratificantes frutos: en 1989 obtuvo el segundo premio en el Concurso Internacional de Piano Robert Casadesus y en 1994 el primero del Gina Bachauer.
Una de las cosas que destacan en el artista es su sobriedad de concepto y de juego pianístico. Lo que se puede apreciar claramente en sus últimos registros dedicados a Brahms publicados por Virgin, en los que da buena cuenta, sin énfasis, con una provechosa lentitud y una exposición de gran nitidez, de obras de la madurez de un músico al que se había acercado promisoriamente junto a dos de sus colaboradores más habituales, los hermanos Capuçon, en soberbias versiones de las Sonatas para violín y los Tríos con piano.
Las Variaciones Paganini, Rapsodias, Baladas, Fantasías y otras piezas del compositor hamburgués nos muestran la solidez de la técnica y la limpia mirada de Angelich que en su imparable carrera, que lo llevará a los más diversos escenarios, va estar los próximos días cerca de nosotros, ya que actúa con la Orquesta Nacional en tres capitales españolas: Las Palmas, donde estuvo ayer, Castellón, donde tocará mañana, y Oviedo, que lo verá el próximo 27 de noviembre. En atriles un "pezzo di bravura" como es el Concierto nº 5, Emperador, de Beethoven. Pons, se situará en el podio, completa el programa con otra obra bastante contundente, la Sinfonía nº 5 de Mahler.