Paolo Conte
Ya soy un clásico
24 julio, 2008 02:00Paolo Conte. FOTO: D. Zedda
Más que una voz, Paolo Conte (Asti, 1937) es una ideología rota, a la deriva. Su canción nace de la memoria musical francesa, italiana y americana, y sobrevive en unas maneras más propias de los decadentes cafés-cantantes. Sin embargo, hay una vitalidad extraña en el repertorio venerable de este italiano universal, quizás por sus constantes imágenes surrealistas y poéticas, y no menos sentido de la contestación. Ahora regresa a los escenarios españoles para resumirnos, junto a su habitual orquesta, clásicos de ayer y hoy "más dos temas inéditos". El de Piamonte se presenta mañana en Madrid dentro del programa Veranos de La Villa.Músico, poeta y pintor, abogado retirado, Paolo Conte ahora nos visita acompañado de una merecida aureola intelectual que él define a El Cultural escuetamente: "Soy una confusión mental de fin de siglo". También acude rodeado de todas esas canciones que ya son banda sonora, no sólo de las sociedad europea, sino de la comunidad europea y en algún caso internacional: La coppia più bella del mondo, Come di, Via con me, Genova per noi, Sotto le stelle del jazz, Azurro y Gelato al limón, el tema que le abriera todas las puertas de la música en 1979. "Mi inspiración es francesa, americana, latina y napolitana, aunque realmente es algo secreto para mí. Realmente no sé cómo entra en mi casa, ya que no acostumbra a llamar y viene por rachas, aunque siempre procuro que me visite cuando estoy sentado frente al piano". A pesar de ser una de las voces más brillantes y agudas de la cultura italiana, extrañamente el cantante sigue sin pronunciarse sobre los tiempos convulsos que vivimos, ni siquiera cuando se le concretan las preguntas sobre la gestión gubernamental de Berlusconi: "No hablo de política, perdóneme, no entiendo nada, de verdad, no tengo ni idea de política". Asunto bien distinto es cuando el cuestionario se acerca al ámbito musical: "Hoy día se venden demasiado discos, porque la música ha entrado en una era de usar y tirar. Durante meses se puede hablar mucho de un artista, pero después desaparece. Afortunadamente a mí esto me afecta muy poco, porque se puede decir que ya soy un clásico".
A las evidentes conexiones con la cultura de posguerra y la música teatral y de cabaret, Paolo Conte no oculta su fascinación por el jazz y la canción francesa: "Brel, Brassens… la escuela francesa ha marcado a todos los cantautores de mi generación. En mi caso también el jazz, que supuso un mazazo de libertad y creatividad en unos tiempos oscuros. Luego me he convertido en un gran coleccionista de discos y siempre en mis canciones hay una huella del jazz. ¿Jazz americano o europeo? Los dos me valen, pero los americanos llevan el jazz en la sangre".
Los conciertos del italiano son una experiencia única por la pulcritud y elegancia musicales, y por la intensidad emocional, que muchos de sus aficionados disfrutan gracias a los numerosos discos en directo que publica cada poco tiempo. En este sentido, entre sus registros más recientes se recomienda el editado hace tres años, Live Arena di Verona. O, para quienes prefieran su canción resumida, los recopilatorios The best of Paolo Conte (1996), Reveries (2003) o Wonderful (2006). Por último, igualmente aconsejable es el libro de Joan Riambau La reconstrucción de Mocambo y otras canciones, donde el aficionado descubrirá la historia -e historias- de este peculiar cantante.