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Música

Palmas fuera

Clasicismo y vanguardia en la Bienal de los Países Bajos

23 octubre, 2008 02:00

Andrés Marín en un momento de El cielo de tu boca. Foto: Luis Castilla

A partir del domingo, Diego Poveda, Miguel Carrasco, Niño Josele, Isabel Bayón y Andrés Marín (que dará cuerpo a los repiques de Llorenç Barber) exportarán el mejor flamenco a Utrecht, Rotterdam y ámsterdam.

El flamenco, en su onda expansiva, sigue extendiéndose imparable hasta llegar a los más insólitos rincones. Y, además, viaja acompañado de esa deslumbrante diversidad con la que hoy despliega sus recursos musicales y dancísticos. La Bienal de Flamenco de los Países Bajos, en su segunda edición, es una prueba de ello: el clasicismo y las vanguardias se van a dar la mano sin complejos desde el domingo al 2 de noviembre en Utrecht, Rotterdam y ámsterdam, ciudades donde existe una afición entusiasta, practicando y estudiando un género que cada vez ratifica con argumentos más concluyentes su universalidad. "Yo soy un poco el Don Quijote holandés, con la misión de persuadir de la importancia del flamenco como gran arte, con un lenguaje profundo que llega a todos los seres humanos", dice su directora, Ernestina van de Noort.

Conferencias, cursos, ciclos de cine y televisión, clases magistrales y exposiciones completan una programación que recorre los variados registros que identifican al flamenco actual: Miguel Poveda y Sin frontera; Diego Carrasco y El tiempo del diablo; un recital del guitarrista almeriense Niño Josele con la cantante bereber Cherifa Kersit y otros de El Pele, Chicuelo y del guitarrista local Tino van der Sman.

Tres puertas
A Isabel Bayón la veremos en La puerta abierta. "En realidad son tres puertas -matiza la protagonista-: la que no se puede explicar con palabras, la que se abre a mis sentimientos y la del escenario, la que produce tanto miedo, pero que es el sitio de la libertad". Despierta una considerable expectación El cielo de tu boca, el nuevo espectáculo del bailaor sevillano Andrés Marín en colaboración con Llorenç Barber. "Cuando lo conocí me pareció que era lo que estaba buscando", manifiesta Andrés. "él improvisa y lanza una serie de notas creando un paladar auditivo, que yo traduzco al ámbito visual y sonoro, ya que el baile es también percusión. Siempre a partir de la libertad gestual y de los movimientos, sin estar sujeto a las coreografías uniformes". A Llorenç, el músico de las campanas, la aventura le resulta fascinante: "Mi relación con los artistas flamencos es hija de una admiración y un respeto mutuos, por eso nos coordinamos con enorme facilidad. Es un encuentro de naturalidades: frente a la fusión, nosotros proponemos la música ficción, por ardor más que por amalgama".

"En Holanda", concluye Van de Noort, "apenas existe música tradicional y hemos adoptado el flamenco, la salsa, los sones del Caribe y el tango, transformándolos en un valor patrimonial de nuestra cultura. El flamenco es una manifestación artística con la que nos identificamos cada vez más. Intento ofrecer su vertiente contemporánea, capaz de absorber otras influencias".