
Una sesión de fotos promocional de la gira de la OST. Foto: IGOR STUDIO
El día D de la Orquesta Sinfónica de Tenerife: desembarca en la península 15 años después
La orquesta actúa este fin de semana en el festival Musika·Música Bilbao. Conversamos con sus miembros sobre el rumbo y los retos de la organización.
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Cuando uno escucha a la Orquesta Sinfónica de Tenerife (OST) en su moderno auditorio junto al mar, es fácil olvidar las dificultades que esta agrupación pionera ha afrontado en sus 90 años de historia. No solo porque para que se atendiesen sus necesidades de movilidad, financiación, plantilla y liderazgo ha tenido que lidiar con la parsimonia de una administración que delega en su excelencia, sino también por carecer de una sede adecuada.
Durante casi siete décadas, la orquesta ensayó donde pudo: en el Parlamento Regional, en la Casa de Cultura que hoy ocupa la Filmoteca Canaria y, en un giro que parece sacado de una película de Fellini, en un tanatorio, “donde, el día que había muerto, no se podía ensayar”, como recuerda Enrique Rojas, primer gerente de la orquesta e impulsor del Auditorio diseñado por Santiago Calatrava que es su sede desde 2003.
Tras 15 años sin actuar en la Península, la orquesta regresa este fin de semana (8 y 9 de marzo) al festival Musika·Música Bilbao. Con motivo de esta gira, El Cultural conversa con sus miembros sobre el rumbo y los retos de este buque insignia de la música clásica canaria que hoy cumple 90 años.
“Con este viaje a Bilbao queremos volver a posicionar en el mapa a la Sinfónica de Tenerife, una orquesta brillante y consolidada, pero que llevaba quince años sin pisar la Península, en parte por el reto logístico y organizativo que supone”, explica su director técnico, Daniel Broncano, que se incorporó a sus filas en febrero de 2024. “Que haya este nivel de música clásica en Canarias me sigue pareciendo un milagro un año después”, añade. En esta ocasión dirigirá a la orquesta el francés Fabien Gabel y al piano despuntará el asturiano Martín García García, que ya tocó con ella el año pasado.
Los pequeños cambios que ha puesto en marcha el nuevo responsable ya están dando sus frutos. Dos rutas de guaguas gratuitas facilitan la llegada del público y el ciclo de cámara “está teniendo mucho tirón”, incluso entre los músicos de la orquesta que lo viven “como un soplo de aire fresco”, según la violinista solista Irina Peña.
Nuevos formatos dan variedad a una actividad marcada por el ciclo de abono y la temporada de Ópera de Tenerife, como “A fuLL con la Sinfónica”, que tiende puentes con otras disciplinas, por ejemplo, la historia del arte de la mano de Sara Rubayo —La Gata Verde en YouTube, con 100.000 seguidores—, o el concierto de Navidad, que se retransmite en directo en La 2 y atrae a 15.000 personas al Puerto de Santa Cruz de Tenerife. “La idea es seguir añadiendo pequeñas trufas para que la actividad de la OST tenga variedad”, explica Broncano, fundador de Música en Segura y exgerente de la Orquesta de Córdoba.
Creada en 1935, bajo el auspicio del Conservatorio Provincial, la orquesta es desde 1981 un proyecto del Cabildo, y su historia tiene el poso de siete directores titulares. Entre ellos son muy recordados Santiago Sabina, que mantuvo un número estable de conciertos por año; Armando Alfonso, que sacó partido a su desigual plantilla ampliando su repertorio y fijando el plan semanal de trabajo que se mantiene hasta hoy; Edmon Colomer, más drástico, que suspendió temporalmente la actividad de la formación y convocó pruebas en el extranjero para seleccionar a nuevos músicos, casi una orquesta entera...
Definir el proyecto, lograr una mayor repercusión y nombrar un nuevo titular son los retos a los que se enfrenta la OST
Pero fue Víctor Pablo Pérez, su director entre 1988 y 2006 que estaba también al frente de la Orquesta Sinfónica de Galicia, quien llevó a ambas orquestas a lo más alto: creó los puestos de co-solista, propició giras nacionales e internacionales y aumentó su presencia discográfica. También trajo a músicos del máximo nivel. “No solo para que tocaran en la orquesta, sino para que enseñaran. Se hicieron pruebas por todo el mundo, y con esa amalgama de nacionalidades empezamos a configurar la nueva formación”, contaba él mismo.
Ingrid Rebstock, que llegó a la isla hace 25 años, considera Tenerife su segunda casa. “Había estado en Estados Unidos y en China y quería regresar a Europa. No hablaba ni una palabra de español, pero gané la plaza, la naturaleza era increíble y la orquesta sonaba tan bien... Me sentí tan acogida y respetada desde el primer momento que me quedé”. Gracias a eso tuvo la oportunidad de tocar “todas las sinfonías de Mahler, de Bruckner, las grandes obras de Strauss, Prokofiev y Shostakóvich que las trompetistas amamos y nos desafían”.
Aunque la insularidad tiene sus retos: “Vivimos en un estado de bienestar permanente, pero no nos contaminamos de cultura como en Europa”, explica Peña. “Para tocar fuera tengo que pedir un permiso, pero lo hago porque salir es importante”, añade Rebstock.
Hoy la orquesta está en un proceso de renovación, “con muchos nuevos jóvenes colegas, lo que es muy inspirador”, dice la trompeta solista alemana. Al conjunto, cumplir 90 años no le ha traído más achaques que los que le ha dejado una dirección titular y gerencia intermitentes, salvada en varias ocasiones por su secretaria técnica, Carmen Kemper. La clave para Broncano es “que tanto el equipo de gestión como el artístico tengan un proyecto más definido y con una mayor proyección nacional e internacional”.
A eso se suma la intención de nombrar un nuevo director titular para la próxima temporada. Algo “que la orquesta necesita como el comer”, como declaró Antonio Méndez, su director principal hasta 2022. Rojas suma a esos retos el de cubrir la plaza de concertino, y afirma que “no creo que la OST esté en el momento de poder prescindir de director”. Peña coincide: “Es necesario tener un director titular. Necesitamos a alguien que aúne criterios y tome decisiones”. Víctor Pablo Pérez ha sido fundamental en esa cohesión interna y en todas esas horas de vuelo. Con ese pasado brillante, “¿qué personalidad artística debe tener la orquesta?”, se pregunta el director técnico. Pronto lo sabremos.