Gustav Mahler
Sinfonía nº 2
1 junio, 2006 02:00Descubrimos, no obstante, pasajes en los que la batuta llega dar realce a glisandos, básicos en el discurso del compositor; y momentos con inesperados toques poéticos, fraseos muy medidos y mágicos reguladores, así en ese sutilísimo final de un nada edulcorado Andante moderato, bien que los pianísimos nunca sean exagerados. Proverbial en el estilo del francés es la implacable lección de rítmica del primer y tercer tiempos. Hemos oído antes climas más misteriosos que el conseguido en Urlicht, donde canta, de manera algo plana y timbre mate, Michelle De Young. El desarrollo sinfónico del último movimiento, con la ascensión postrera al gran himno, es magnífico. Como la lírica intervención de Christine Schäfer. Los conjuntos vieneses, Amigos de la Música y Filarmónica, dan su mejor rendimiento en un cierre espectacular, en el que nada se desmanda.
Lo discutible de la impresionante versión puede radicar en la falta de ese sabor postromántico, de esa sonoridad ácida, de esa mirada expresionista, de esa amplitud que directores del pasado, como Klemperer, acertaban a sugerir. Curiosamente, en esta visión no hallamos en la misma medida los rasgos que apuntan a una descomposición de la forma.