Teatro

Teresa Nieto & Cia

Penélope en danza

10 enero, 1999 01:00

En su obra anterior, "Mirada", la coreógrafa Teresa Nieto pintaba una situación de alejamiento de la pareja, de muerte de una parte de sí misma. Su último montaje, "Isla", que se representa en La Fundición, de Bilbao, del 15 al 17 de enero, es una búsqueda del equilibrio perdido.

Teresa Nieto es una Penélope moderna, que teje una túnica interminable día a día y la desteje noche a noche. Y es que para esta coreógrafa y bailarina la vida de la mujer es una larga espera, una sucesión de puntadas invisibles que ella plasma en el escenario por medio de la danza. Su último montaje, "Isla", es una reflexión sobre el paso del tiempo y la manera en que este fenómeno influye en el hombre y la mujer. El tiempo que nunca se agota, que gira sobre sí mismo; el tiempo circular que Milcho Manchevski atrapó en su película "Antes de la lluvia" y frente al que la directora se siente como una "Isla": "El nombre fue lo que condicionó el resto del espectáculo -comenta Teresa Nieto-. La idea de una isla es una proyección de mi situación actual. Simboliza centro, unidad, soledad; es la sensación de estar anclada permanentemente dentro de mí, pero a la vez empapada de todo lo que me rodea".
La obra está estructurada en tres partes: "Pasado", "Hombre" y "Mujer". La primera de ellas es una mirada atrás, una reconciliación con la soledad y con los viejos fantasmas. Para este exorcismo particular, Teresa Nieto ha elegido las piezas para viola de gamba de Marais (1656-1728) y algunos fragmentos de música precolombina.
En "Hombre", la coreógrafa se recrea en la energía masculina, un mundo que intuye pero que no descifra, un universo oscuro y seductor como la música que acompaña a la danza, un ritual Sufí-Andalusí. El hombre, siempre en movimiento, en busca de algo que le aleja de la mujer. Y una vez más, el mito de Ulises aparece implícito en la danza, que sin pretenderlo recuerda a los versos de Lord Tennyson (1809-1892) acerca del incansable viajero: "No encuentro descanso al no viajar; quiero beber/la vida hasta las heces... /¡Qué fastidio es detenerse, terminar, /oxidarse sin brillo, no resplandecer con el ejercicio! /Como si respirar fuera la vida".

Contemplación femenina
Es en la tercera parte donde la coreógrafa ahonda en su "Yo". "Es una contemplación de la vida desde la mujer que soy ahora, tan cercana siempre y sin embargo tan inaccesible". Las sublimes Suites para Violonchelo de Bach acompañan esta exaltación de la feminidad en la que Teresa Nieto juega con la idea de la maternidad y la relación entre madre e hija. Unos versos de Gioconda Belli "...Y Dios me hizo mujer/ y me cavó por dentro/ me hizo un taller de seres humanos..." inspiran este tercer acto.
"En ‘Isla’ me he apartado de lo que había creado anteriormente -explica la directora-. He trabajado en un lenguaje propio, íntimo, alejado de las tendencias preestablecidas". Para ello ha contado con la colaboración de seis intérpretes (todas mujeres), con dos de las cuales, Lourdes Mas y Claudia Faci, ya había trabajado en el pasado. "Con Lourdes he colaborado siempre -afirma Teresa-, es mi actriz fetiche, una prolongación de mí misma".
Gloria Montesinos se ha encargado de la iluminación y Elisa Sanz de la escenografía.
Con respecto a la situación de la danza en nuestro país, Teresa Nieto no es muy optimista y afirma que el momento actual es difícil para los profesionales: "Es prácticamente imposible vivir de esto si no se trabaja simultáneamente en la televisión o impartiendo clases. Además, a la hora de la verdad, estamos los mismos de siempre y se necesitan nuevas ideas, gente joven que nos eche a patadas del escenario".