Teatro

Fermín Cabal reinventa el mito clásico de "Medea"

La máscara de la venganza

2 mayo, 1999 02:00

Las compañías Arán Dramática y Karlik Danza-Teatro, dirigidas por Eugenio Amaya, presentan en el Teatro Goya de Barcelona, del 4 al 9 de mayo, una versión revisada de la "Medea" de Eurípides y Séneca en la que se funden las diferentes artes escénicas. Se trata de una adaptación de Fermín Cabal que revela la vigencia del mito.

Hace algún tiempo, el director de "Medea" tropezó con una mujer casi calva, envuelta en harapos y con un carro de la compra como único hogar. Eugenio Amaya adivinó en ella el desamparo y la locura. Años más tarde supo que su marido la había abandonado por otra. "‘Medea’ representa la desesperación que produce el abandono, los desengaños de la vida y lo vulnerables que nos dejan", afirma.
La versión de Fermín Cabal conserva de la tragedia de Séneca y Eurípides la desnudez de las pasiones y la brutalidad de los sentimientos primarios. En el texto original, que a su vez retoma el mito, Medea traiciona a su pueblo y mata a su propio hermano en un acto de entrega sin límites al extranjero rey Jasón que, a cambio, le promete llevarla junto a él y le jura por todos los dioses del Olimpo eterna fidelidad. Sin embargo, tras diez años de próspero reinado en éfira, Jasón la abandona por Glauce, hija del rey Creonte y la condena al exilio. Desde su destierro, la amante repudiada, en son de paz, envía a Glauce una túnica como regalo de boda. Pero las falsas intenciones están empapadas de veneno y al cubrirse con el peplo, la novia muere. Medea consuma su venganza con el asesinato de sus propios hijos e impide así al monarca prolongar su estirpe. Después, abandona Corinto en compañía de las mujeres colquidenses con las que vagará eternamente. El mito muestra la existencia como una sucesión de desengaños que culminan con un acto de venganza que impide reinventar la vida, como se pone de manifiesto con la aniquilación de la descendencia.
"Hemos querido comunicar el espíritu de Eurípides y Séneca y ser respetuosos al mismo tiempo con la evolución del lenguaje escénico, explica Amaya. Fermín Cabal ha construido una estructura narrativa compacta e inteligible que habla de la condición humana en términos comprensibles para el público actual". Así, el texto de Cabal aborda problemas tan vigentes como el desarraigo, la xenofobia y las tensiones y contradicciones entre sexos.
En la producción, que se presentó con gran éxito en el último Festival de Teatro Clásico de Mérida, se combinan con maestría teatro, danza y música: las intervenciones del coro se funden con la acción para enriquecer el discurso narrativo y la música realza la emotividad del texto.
María Luisa Borruel aborda el difícil papel protagonista. "Era fundamental encontrar a una persona que preservase la grandeza épica de la obra pero que al mismo tiempo la hiciese verosímil, comenta Amaya. Buscábamos un equilibrio entre la precisión textual y la sinfonía de pasiones que María Luisa hace posible con su actuación". Por su parte, Miguel Gallardo interpreta el papel del ambicioso rey Jasón.
La escenografía, obra de Helena Kriúkova, busca el contraste entre un escenario desnudo y un vestuario y un maquillaje muy acentuados; rostros teñidos de blanco que imitan a las máscaras clásicas produciendo un efecto sobrecogedor acorde con el dramatismo de la obra. Con la locura y el rencor pintados en la cara Medea exclama: "Mujeres de Corinto, ¿por qué murmuráis? La desgracia ajena es siempre una victoria".