Los contacuentos, cape-rucitoloxía.
La tradición oral, el cuento, tiene un extraordinario peso en la cultura gallega. Contar un cuento puede ser, en gallego, además de relatar una ficción, narrar un sucedido, algo que verdaderamente pasó. Siglos de gente "botando contos" -contando cuentos- en tantas cocinas de tantas aldeas no podían pasar en balde. Quizá sea por eso que la mayor parte de los mejores literatos gallegos cultivaron con mayor gloria la narrativa corta que la novela. Y quizá sea por eso que las veladas de cuenta cuentos que desde hace algunos años se organizan en los pubs son cada vez más exitosas. La fórmula ya se ha trasladado a la televisión y a la radio. En este marco surge un espectáculo teatral de pequeño formato, "Caperucitoloxía", que traslada la actividad puramente narradora a un escenario y, durante cuatro viernes consecutivos, se convierte en un éxito de público. Cuatro cuenta cuentos, con una "narradora entrometida", establecen un hilo de progresión discursiva alrededor del cuento de Caperucita. Unas sillas, unas mesas, unas gorras y una buena dosis de humor es todo lo que los actores-contadores suben a escena. Las pequeñas bajadas de ritmo e interés del espectáculo no hacen al público perder entusiasmo, no evitan que el espectador disfrute de nuevo con Caperucita y el Lobo Feroz.
