Melinda on the rocks de Manuel Dueso Almirall.

Hace poco subrayábamos en estas mismas páginas la valentía del Festival Grec y de determinadas salas alternativas al programar montajes que se escapan mucho de eso que a veces se entiende por "espectáculo para toda la familia". "Melinda on the rocks" es uno de estos maravillosos casos: un texto difícil, casi opaco, de Manuel Dueso -que el año pasado ya estrenó en este mismo escenario su "Estriptis"-, en clave de reflexión sobre la felicidad y el modo que los humanos tenemos de lograrla; una sugerente escenografía de Xavier García, que casi invade el reducido espacio de la sala; y el trabajo de una tríada de intérpretes puestos en el brete de actuar a un palmo de la primera fila de espectadores. Este no es un espectáculo redondo: el texto a veces se lo pone tan difícil al público que es inevitable perderse en sus meandros. Aunque esa es la escuela de Dueso: la de Sanchis Sinisterra, que ha dado discípulos tan poco complacientes con su público como Lluïsa Cunillé. Es, mejor no olvidarlo, un teatro para teatrómanos. Tal vez sea necesario pulir aristas en la interpretación de Xavier Ruano, y dotar de algo más de ritmo a las entradas y salidas de los personajes. Por encima de todo ello, destaca el trabajo de Anna Azcona, especialmente en los momentos de mayor intensidad dramática. Después de ver a la actriz en la piel de Melinda lo único que cabe lamentar es que no frecuente más los escenarios. Seguro que después de unas semanas de rodaje, este espectáculo será mucho más redondo.