Teatro

Tricicle celebra su XX aniversario

El concepto Tri

3 octubre, 1999 02:00

"Tricicle 20" es el espectáculo con el que la mítica compañía catalana celebra su vigésimo aniversario. Se estrena el próximo 8 de octubre en el teatro Victoria de Barcelona y en él el trío recupera los 20 mejores "sketches" que ha creado a lo largo de estos años. Es la vuelta a los escenarios de esta formación cuyo teatro sin palabras, marcado por la pantomima y la gestualidad y matizadamente crítico, ha gozado de gran popularidad. Joan Lluís Bozzo, director de Dagoll Dagom, desvela en este artículo las claves del éxito de Joan Gracia, Carles Sans y Paco Mir que, en su opinión, se resume en lo que denomina el misterioso "concepto tri".

Podían haber sido un dúo y llamarse La Bicicleta, o un cuarterto y bautizarse con el nombre de EL Monopatín, pero no. Resulta que son tres y se llaman, obviamente, El Tricicle. Desde un lejano Día de Todos los Santos del año 1979, en Breda, en el Montseny, en que dieron su primera actuación, animando esforzadamente una "castanyada" popular, vestidos de bufones cascabeleros, hasta el día de hoy, en que cumplen sus primeros veinte años de existencia, han pasado -en un suspiro- millones de espectadores, han recorrido los teatros de medio mundo, temporadas existosas en todas las grandes ciudades, series de televisión, películas, hasta una marca de ropa.

Fenómeno para estudiosos

Mucho se ha hablado (de ellos, que nunca hablan), y mucho se ha escrito acerca de su éxito arrollador, no siempre bien digerido por algunos compañeros de farándula, pero la fórmula de su éxito sigue siendo un secreto que nadie, ni siquiera ellos mismos, han estudiado a fondo. Es un trabajo que merecería la atención de los estudiosos, entre los que me cuento, pero, de todos modos, voy a intentar encontrar algunas pistas que nos expliquen cómo es posible que hayan llegado tan lejos en su travesía.

El humor directo y contundente, un poquitín tocado de surrealismo, la eficacia de sus gestos y expresiones, la risa liberadora que generan, les ha dado un público amplísimo en el que se reencuentran las edades y las clases. Eso me parece fundamental. El Tricicle es de las pocas compañías de este país que han podido trascender el público habitual del teatro, tan minoritario, y acceder a lo que podríamos denominar "el gran público", una frontera que muy pocos han logrado traspasar.

Por otra parte, el ejercicio del gesto, la no utilización de lenguaje hablado, les ha proporcionado una dimensión universal que el teatro de texto difícilmente puede conseguir, por excelente que sea.

La maestría expresiva que han adquirido a lo largo de estos veinte años y cuyas raíces elementales se podrían buscar en los grandes clásicos del cine mudo, de Chaplin a Jacques Tati, y también en la nómina de excelentes introductores del teatro de gesto en nuestro país y en nuestros días: Els Joglars, Anton Font, Albert Vidal, Jango Edwards (no es casualidad que el número más celebrado de toda la trayectoria artística de El Tricicle se titule, precisamente, "Jango").Y un largo etcétera en el que no deberíamos olvidar la magnífica pléyade de maestros polacos de pantomima, que a principios de los setenta se instalaron en Barcelona y de los cuales los componentes de El Tricicle fueron muy buenos alumnos y muy buenos amigos; estoy hablando de gentes desconocidas quizás para el gran público, pero que han tenido una enorme y positiva influencia en la formación de varias generaciones de actores y directores del actual teatro catalán; estoy hablando de grandes maestros como Andreus Leparski, Pavel Rouba, Lescek Czarnota... todos ellos han influido sin duda en que aquel Tricicle formado por tres alumnos del Institut del Teatre de Barcelona, sección Mimo y Pantomima, para que llegara rondando a toda velocidad, viento en popa a toda vela, a cumplir sus espléndidos veinte años.

Equilibrio

Se dice que para que un objeto se mantenga en un buen equilibrio no puede tener dos patas porque se cae, ni cuatro porque las irregularidades del terreno hacen que haya siempre una pata sin apoyo, trastabilleando. De ahí el magnífico invento del trípode, cuyas patas siempre están bien apoyadas en el suelo, el triángulo, cuyos tres vértices encierran todo un universo esotérico de perfecciones y que son la imagen, ni más ni menos, que de Dios, ahí es nada, y puestos ya a hablar de dioses y triángulos, ahí tienen ustedes la Santísima Trinidad, otra formación de tres personas dentro de una misma idea que ha dado mucho que hablar a lo largo de la historia del mundo; y para los viejos marxistas, también disponemos de una metáfora "tri" largamente meditada en los análisis de la realidad histórica: me refiero al trío mágico formado por la "tesis", la "antítesis" y la "síntesis"...

Si seguimos explorando el concepto "tri", nos encontramos enseguida con el triángulo amoroso o el eterno lío entre el marido, la mujer y el amante, que tantos placeres ha ocasionado y tantas lágrimas ha hecho verter desde que el mundo es mundo, y tantos argumentos de comedia ligera ha proporcionado a tantos escritores, y también, en el mismo plano amoroso, pero visto desde un punto de vista algo más corporal, podemos mencionar el triangulito que forma el bello vello púbico femenino, y que es una pequeña forma geométrica que está en el origen de todos nuestros quebraderos de cabeza, empezando por la propia vida que de allí viene a nacer. Bueno, pues nada, mis amigos del Tricicle, quizás sin saberlo, forman también parte de este mundo creativo dominado por el concepto "tri". Creo que ésta, y no otra, ha sido la clave de su éxito.

Y si fuera poco, el concepto "tri" subyacente en su misma identidad, lo elevaron al cubo, en el año 1987, al formar la sociedad "Tres per tres" con las gentes de Dagoll Dagom y Anexa, para gestionar, dirigir y programar los teatros Victoria y Poliorama de Barcelona. Se corte por donde se corte, en su baraja sale siempre el número tres.
Tres personas y un solo gesto, tres patas y un solo equilibrio, tres gardenias para ti, tres ruedas, Joan, Carles y Paco, para este Tricicle del año 2.000; un Tricicle en 3-D.

Joan Lluís BOZZO