Teatro

"¡Haberos quedado en casa...

30 enero, 2000 01:00

Siguiendo con la continua búsqueda de nuevos formatos y contenidos que caracteriza el trabajo de La Carnicería Teatro, Rodrigo García nos invita en su última propuesta a pasearnos por un puñado de espacios no-teatrales en los que, más que ficciones, nos encontraremos ante un conjunto de incidentes con ánimo de serial alternativo. Teatro visual, provocación, reflexión en voz alta y un sentido del humor muy particular son algunos de los ingredientes.

A juzgar por las últimas creaciones de García, el texto se ha convertido en el esqueleto principal de su ideario teatral. Ha dejado de ser un elemento de caos que luchaba por un sitio con los demás elementos escénicos para convertirse en la batuta de sus piezas.

En ¡Haberos quedado en casa, capullos! coloca a sus actores en espacios reales en los que el texto, una serie de cinco monólogos sin relación entre ellos, será el único punto de enganche en unas localizaciones inusuales: una galería de arte, un sex shop, un escaparate de un centro comercial, la Casa de América y el Círculo de Bellas Artes. En cada uno de estos encuentros, un personaje realizará un monólogo con un único elemento en común: estar acompañado de un niño, testigo y parte de todo lo que ocurre. Además de una misteriosa pecera con un animal distinto en cada incidente, una de las claves de la serie, que acabará deparando alguna sorpresa no apta para todos los públicos.

"¿Qué pasa cuando la historia no surge exactamente de la cabeza del autor, ni de los gestos de los actores, sino del espacio donde transcurre el acontecimiento?", se pregunta el autor y director. "¿Y qué pasa si hoy presenciamos un incidente en un sex shop, mañana en una galería...? ¿Cómo se construirá la narración? Por eso esta caprichosa idea de no actuar por una vez en salas de teatro y de hacerlo en representaciones únicas que no se vuelvan a repetir. Para ver cómo influye el lugar y la idea de serie en la organización narrativa".

Testigo mudo

La presencia del niño permite imaginar al propio autor metiéndose en la mirada de ese testigo, a veces mudo, y gancho del espectador. Algo ya presente en Conocer Gente, Comer Mierda. "Me gusta meter niños", dice este dramaturgo, "me gusta lo que un niño tiene que ver, escuchar, y que sea una especie de llamada de atención. Pero en esta ocasión creo que tiene más un rollo casi minimal...". De hecho, si uno se atiene a los elementos de todo buen serial, hay siempre un montón de pistas falsas, repartidas a propósito para confundir al espectador.
Por eso conviene estar atentos a lo que se cuenta en estos monólogos. Sobre todo, por el agudo sentido del humor de García y los zarpazos con los que llama la atención. "El discurso tiene que decir cosas importantes, y cada uno será independiente... Los monólogos serán agresivos, con humor, como fotografías en las que te encuentras a un tío en un escaparate, con un niño, que habla, y habla, o en el peep show, mientras que los espectadores se meten en las cabinas...". Estos son los espacios seleccionados por el autor y su percepción de ellos:

22 de febrero. 23 horas. Galería Salvador Díaz. "¿Qué hacen estos tipos allí, si el arte no les interesa en absoluto?.
25 de febrero. 21 horas. Círculo de Bellas Artes. "La Sala de Columnas es el espacio indicado para un funeral".
28 de febrero. 23 horas. Escaparate del Mercado de Fuencarral. "El sueño de cualquier consumidor: estar encerrado de noche en un mercado a reventar de tiendas".
2 de marzo. 21 horas. Casa de América. "No me interesan los espacios que están abiertos al público, sino un salón magnífico..."
5 de marzo. 23 horas. Sex Shop Mundo Fantástico. Calle Atocha. "Cuando se abran los ventanucos de las cabinas privadas donde estará el público..., quién sabe qué se encontrará. Si algo horrible o algo estimulante.... Es un entretenimiento al que estais invitados".

Michel ROLLAND