Teatro

Final de trayecto

"¿Qué? Nada"

27 febrero, 2000 01:00

La compañía madrileña El Canto de la Cabra presenta en La Alternativa de Madrid su último montaje: ¿Qué? Nada, un texto del dramaturgo y dibujante Federico del Barrio en el que reflexiona sobre la muerte en un tono poético y con una buena dosis de humor. Ideado como un viaje en tren, el texto concede a la palabra la misma importancia que a los silencios, lo que exige a los actores un gran trabajo interpretativo. Se estrena el día 29, en la sala El Canto de la Cabra, de Madrid.

Uno nace, se ilusiona consigo mismo, con el mundo entero y, de pronto, al mirarse un día en el espejo, descubre a un niño, a un niño muy viejo, muy viejo y muy cansado... que se apaga".

De la vejez, de este último tramo de la vida y de la dificultad humana para aceptar la muerte como destino habla ¿Qué? Nada, el último montaje de la compañía madrileña El Canto de la Cabra. Una vez más, el grupo sube a escena un texto de Federico del Barrio, que presenta el día 29 de febrero dentro del XI Festival Alternativo de Teatro, Música y Danza de Madrid.

Con un escenario casi desnudo (sólo hay una silla), la historia se concibe como un viaje en tren, lleno de simbolismos, a través del cual se cuenta la relación de pareja de dos personas mayores: Serafín y Amparo. "La idea surgió mientras estaba sentado en un tren de cercanías frente a dos ancianos. Miras por la ventanilla y disimuladamente les observas y escuchas lo que dicen. La obra es un viaje a ninguna parte, el último viaje, pero no hemos querido recrearlo por medio de la escenografía. Es suficiente con lo que los actores evocan", apunta Federico del Barrio.

La compañía madrileña aborda el tema desde una visión fresca, teatralmente pura, sin artificios. Los dos personajes de la obra se comportan de forma distinta frente al mismo destino. Según el autor, Amparo es un personaje casi beckettiano, que lucha hasta el fin y representa la parte positiva y vitalista de la obra, mientras Serafín es un hombre que se cree una especie de ángel, eterno y con delirios de grandeza, pero que al final se deja arrastrar por la vida.

La elección de sus nombres no es arbitraria, sino que los definen y los sitúan en un mundo al que se aferran como pueden, obsesionados con dejar su huella en él. "Los humanos nos empeñamos en intervenir, aunque conozcamos la inutilidad de cualquier intervención, y en permanecer, aunque sepamos que nada permanece", añade el dramaturgo.

Morir es reflexivo

De este final de trayecto, Del Barrio habla casi desde un punto de vista semiótico: "En castellano el verbo morir es reflexivo, algo que no ocurre en otras lenguas: morirse, uno siempre se muere, es como si en nuestra lengua el término estuviera poseído por el espíritu quijotesco y le dotara de una dimensión individualista".

De ahí la pequeñez del ser humano y el deseo de aprovechar la vida en su sentido más profundo. Serafín no quiere morirse por más que comprenda que su vida no ha servido de nada. "Al principio se cree un héroe, mientras que en la segunda parte pierde ese sentimiento de poder".

Pero tal vez lo más interesante sea la reflexión final dentro de una obra que, a pesar de que a primera vista pueda parecer nihilista, apuesta por la esperanza en su sentido más amplio. "En esta pieza no se pretende pensar en lo que viene después, sólo en lo que ocurre cuando se acerca ese momento, un instante que no se vive de forma traumática, sino lúcida y tranquila. Por eso, dejamos muy claro que todo son teorías", medita el autor.

Con esta pieza la compañía El Canto de la Cabra, fundada por Elisa Gálvez y Juan úbeda (directores y actores), mantiene su interés por un teatro literario pero cuyo protagonismo lo tiene el intérprete. Desde su profesionalización en 1993 y la creación y gestión de una sala de teatro alternativo (El Canto de la Cabra), la pareja se ha decantado por la puesta en escena de dos obras de Beckett (Esperando a Godot y Los días felices), que dicen mucho de sus gustos e intereses. También el trabajo continuado que han mantenido con el dramaturgo Federico del Barrio, que ha participado desde sus inicios con Viaje al tártaro, en el que se reflejaba la miseria material con una propuesta de teatro-danza, y Caín, un recorrido por las zonas oscuras del género humano; piezas ambas que abordan los límites del sentimiento y la complejidad de su definición.

Con ¿Qué? Nada, apuestan por la sencillez, abandonando el juego metateatral y acercándose al espectador por medio de un texto irónico y lleno de sarcasmo. El mismo que Federico del Barrio plasma junto a Felipe Hernández Caba en las viñetas que a diario publican en "La Razón" bajo el seudónimo de Caín.

¿Que? Nada, interpretado y dirigido por Elisa Gálvez y Juan úbeda, cuenta con la participación de Giovanni Rosso y viene avalado por las buenas críticas que obtuvieron el pasado octubre en Barcelona, en la sala Nou Tantarantana.