Citas obligadas
GREC2000, Festival d´Estiu de Teatre, Dansa y Música
21 junio, 2000 02:00
I Festival Grec es la cita de las artes escénicas más ambiciosa y variada de nuestro país, con una dimensión internacional y experimental que convierte a Barcelona en una de las capitales culturales europeas del verano. No sólo justifica su apelativo de internacional con la presencia de compañías extranjeras, sino que implica a la profesión catalana y a sus teatros y empresas productoras (colaboran 41 escenarios y 10 ciudades del cinturón metropolitano). Y es que, como expresa su director, Borja Sitjá, "todo es posible y todo ha de ser posible en el Grec".
Tradición y vanguardia
Pero, ¿qué es el Grec? Grec es la marca del festival que en 1976 puso en marcha un grupo de dramaturgos, actores y técnicos en el anfiteatro griego -de ahí grec- de Montjúic, una de las construcciones más destacadas de la remodelación de la Exposición Internacional de 1929. Concebida en sus orígenes como espacio para escenificar tragedias griegas, desde 1976 es el lugar elegido para representar creaciones vanguardistas a nivel internacional.
Además, el Grec contribuye a financiar espectáculos: este año 26 producciones. Con un presupuesto de 1.200 millones, ha programado un total de 90 espectáculos que en esta edición se reducen considerablemente (el verano pasado fueron 170, una cifra disparatada) para aumentar, sin embargo, el número de funciones -en catalán, y subtituladas, en el caso de las producciones extranjeras-.
El Festival, simbolizado con el rostro de un fauno, se inaugura con A little hight music, una compleja reflexión sobre el amor, los sentimientos y sus misterios en forma de musical. Compuesto por Stephen Sondheim e inspirado en la película de Ingmar Bergman, Smiles of a Summer Night, está dirigido por Mario Gas, que vuelve a hacer un Sondheim después de Sweeney Todd. Recomendables son, asimismo, Txevengur, una coproducción del Maly Drama Teatro de San Petersburgo y el Kunstfest Weimar basada en la novela de Platánov, una magnífica parábola sobre la utopía; el musical de Sergi Belbel y óscar Roig, El temps de Planck; ájax-Philoctéte, de L'Odéon y Théátre de I'Europe; el montaje del Noutantarantana, Por menjarse ánima; El tiet Vánia, del Teatre de Calaix; Novecento: El pianista del océano, de Bariocco, que llevará a escena Tanttaka Teatroa; y Tartuf o l'impostor, el clásico de Moliére que en este siglo XXI nos recuerda que, más que nunca, debemos estar alerta ante los traficantes de palabras.
Asimismo, la presencia italiana destaca en esta edición, en la que Nápoles es la ciudad invitada, con la puesta en escena de La Gatta Cenerentola, de Roberto Simone, Pulcinella y Babilonia, de Maurizio Scaparro y Raso¡, del joven dramaturgo Enzo Moscato.
Del mismo modo, también participará uno de los grandes directores de la escena europea, Carlo Cecchi, que estrenará Misura per misura, la tercera obra de la trilogía shakesperiana que ha montado el Teatro Garibaldi de Palermo y el Teatro d'Europa.
Además, a través de la palabra y la música, ocho confesiones nocturnas de Patrice Chéreau, Caries Santos, Lluís Homar, Adolfo Marsillach, José Luis Gómez, Vicky Peña, Mario Gas y Jordi Dauder; y espectáculos de danza tan peculiares como Paradise, de Tomás Aragay y General Eléctrica, los últimos montajes de It Dansa o Event, del creador de la danza moderna, Merce Cunningham.
Tradición y vanguardia
Pero, ¿qué es el Grec? Grec es la marca del festival que en 1976 puso en marcha un grupo de dramaturgos, actores y técnicos en el anfiteatro griego -de ahí grec- de Montjúic, una de las construcciones más destacadas de la remodelación de la Exposición Internacional de 1929. Concebida en sus orígenes como espacio para escenificar tragedias griegas, desde 1976 es el lugar elegido para representar creaciones vanguardistas a nivel internacional.
Además, el Grec contribuye a financiar espectáculos: este año 26 producciones. Con un presupuesto de 1.200 millones, ha programado un total de 90 espectáculos que en esta edición se reducen considerablemente (el verano pasado fueron 170, una cifra disparatada) para aumentar, sin embargo, el número de funciones -en catalán, y subtituladas, en el caso de las producciones extranjeras-.
El Festival, simbolizado con el rostro de un fauno, se inaugura con A little hight music, una compleja reflexión sobre el amor, los sentimientos y sus misterios en forma de musical. Compuesto por Stephen Sondheim e inspirado en la película de Ingmar Bergman, Smiles of a Summer Night, está dirigido por Mario Gas, que vuelve a hacer un Sondheim después de Sweeney Todd. Recomendables son, asimismo, Txevengur, una coproducción del Maly Drama Teatro de San Petersburgo y el Kunstfest Weimar basada en la novela de Platánov, una magnífica parábola sobre la utopía; el musical de Sergi Belbel y óscar Roig, El temps de Planck; ájax-Philoctéte, de L'Odéon y Théátre de I'Europe; el montaje del Noutantarantana, Por menjarse ánima; El tiet Vánia, del Teatre de Calaix; Novecento: El pianista del océano, de Bariocco, que llevará a escena Tanttaka Teatroa; y Tartuf o l'impostor, el clásico de Moliére que en este siglo XXI nos recuerda que, más que nunca, debemos estar alerta ante los traficantes de palabras.
Asimismo, la presencia italiana destaca en esta edición, en la que Nápoles es la ciudad invitada, con la puesta en escena de La Gatta Cenerentola, de Roberto Simone, Pulcinella y Babilonia, de Maurizio Scaparro y Raso¡, del joven dramaturgo Enzo Moscato.
Del mismo modo, también participará uno de los grandes directores de la escena europea, Carlo Cecchi, que estrenará Misura per misura, la tercera obra de la trilogía shakesperiana que ha montado el Teatro Garibaldi de Palermo y el Teatro d'Europa.
Además, a través de la palabra y la música, ocho confesiones nocturnas de Patrice Chéreau, Caries Santos, Lluís Homar, Adolfo Marsillach, José Luis Gómez, Vicky Peña, Mario Gas y Jordi Dauder; y espectáculos de danza tan peculiares como Paradise, de Tomás Aragay y General Eléctrica, los últimos montajes de It Dansa o Event, del creador de la danza moderna, Merce Cunningham.
