"Decouflerías" en Madrid

Shazam!, uno de los espectáculos más esperados del Festival de Otoño, llega mañana al Teatro Madrid. Esta sorprendente mezcla de danza, magia y técnica es, en palabras de su creador, el prestigioso coreógrafo Decouflé, "una fantasmagoría ambigua para abuelas frágiles y niños sin edad, una suite inacabada, un espectáculo totalmente improbable".

Ya las siglas delatan que la Compañía DCA (Decouflé et Complices Associés) dirigida por el coreógrafo francés Philippe Decouflé, no es una formación de danza al uso. Desde su sede La Chaufferie, una antigua planta térmica en Saint-Denis, en París, este creador ecléctico de treinta y nueve años conjura una magia especial y su peculiar habilidad para mezclar la danza con los elementos más diversos.

Decouflé es un ejemplo soberbio de cómo los estímulos más diversos pueden calar en un alma y un cerebro fecundo para obrar transformaciones increíbles. Su primera formación fue en la Escuela del Circo de París. También estudió mimo con Marcel Marceau para luego incorporarse en un trío de payasos en 1980. A continuación ingresó en la escuela del Centro Nacional de Danza Contemporánea de Angers, un centro clave para toda una generación de coreógrafos franceses donde la danza estadounidense tuvo una repercusión especial durante los años 80.

A Decouflé le tocó en Angers la época del genial coreógrafo americano Alwin Nikolais, un verdadero maestro del multimedia y el limpio lenguaje corporal de Merce Cunningham fue otra influencia primordial. Comenta Decouflé que "Nikolais me enseñó la importancia de la luz y del vestuario, la seguridad de que todo se puede mezclar. En cuanto a la técnica de danza, Cunningham es el que más me ha formado. En Nueva York yo iba a los talleres de vídeo que él impartía. Eran apasionantes. Aprendí a dominar la distancia y la geometría, las reglas básicas de óptica y movimiento". Decouflé formó DCA en 1983. Su primera coreografía le valió un premio en el prestigioso concurso coreográfico de Bagnolet y desde entonces no ha parado de investigar y dar rienda suelta a su imaginación. Video-danza, cine, coreografías para espacios escénicos, para spots publicitarios, videoclips para grupos de rock, hasta la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno de Albertville en 1992, donde tenía 1.500 intérpretes a su servicio.

Circo, imagen y danza

Decouflé ha hecho de todo, incluso se ha acuñado un nuevo término, "decouflerías", para describir el encuentro insólito entre el mundo del circo, de la imagen y de la danza. Shazam! palabra que anuncia el feliz desenlace de un efecto de magia, reúne nueve bailarines y a los cuatro músicos del grupo La Trabant, de Sébastian Libolt. En marzo de 1997 el coreógrafo fue invitado por Gilles Jacob para preparar la ceremonia del 50 aniversario del Festival de Cine de Cannes. Tal reto le llevó a investigar en el mundo de la imagen, de los espejos, las perspectivas, los trucados y efectos especiales. Y surgió Marguerite, anterior espectáculo y fuente de inspiración de Shazam! En palabras de su creador Shazam! es una "fantasmagoría ambigua para abuelas frágiles y niños sin edad, una suite inacabada para orquesta de pies...una reflexión sobre la duda y la magia...un concierto para rodillas y nariz...un espectáculo improbable...una transversal desplazada que bien pueda ayudarnos a soñar, abrir los ojos o cerrarlos... dejar sueltos los sentidos...".