Teatro

" La danza en España está muy sola"

María Ribot habla sobre la gira "Still Distinguished" tras el premio nacional

3 enero, 2001 01:00

La punta de un gran iceberg. Eso es María Ribot. La Ribot. Puede decirse que la danza española contemporánea se "desvía" con su trabajo, con un talento reconocido hace muy poco con el Premio Nacional. Recién estrenado el 2001, recién abierto el nuevo milenio, La Ribot conversa con EL CULTURAL en su casa de Londres para hablarnos del futuro de la danza, de su futuro, que pasa inevitablemente por la gira Still distinguished.

La bailarina y coreógrafa María Ribot, más conocida como La Ribot, ha sido galardonanda recientemente con el Premio Nacional de Danza aunque no lo parezca. Su vestimenta informal y la sencillez con la que trata el arte que practica facilita el acercamiento. Recibe a El CULTURAL en Londres, en su residencia, donde crea y trabaja con entera libertad.

-¿Se ha "recuperado" ya del impacto del Premio Nacional?

-Sí, aunque creo que es un reconocimiento a una trayectoria, a muchísimos años de trabajo, no solamente a mí, sino a todo un grupo de gente (de Madrid especialmente) dedicado a la danza que empezó en los años 90 haciendo un trabajo más marginal. Un trabajo basado en el formato de baile de solos y dúos.

-¿Cómo explica esta tendencia?

-Tiene muchos matices. Primero porque era una forma de buscar un lenguaje, y segundo porque teníamos una situación muy precaria desde un punto de vista económico. Y es que hasta ahora se ha tenido muy poca consideración a este tipo de danza, aunque en este sentido he tenido más apoyo. Por decirlo de algún modo, soy un poco como la punta de un gran iceberg, a lo mejor la más internacional, la que ha hecho más trabajo. El Ministerio me da un millón todos los años, no es que dé para mucho, pero también es cierto que sin ello no hubiese hecho ni la mitad.

-Volvamos al premio. ¿Lo considera algo aislado?

- No creo que se trate de una cosa puntual, sino que realmente han empezado a reconocer mi trabajo, no sólo el mío, sino el de muchas otras personas que están intentando renovar la danza contemporánea. Y es que todavía existen muchas compañías como Diez y Diez que llevan años luchando. Mantener una compañía de muchos bailarines es duro si no tienes ningún apoyo. Esta es la razón por la que la gente trabaja en dúos, para eludir el "problema" de la compañía, y es que...¡no hay apoyo, no hay apoyo!

-¿Puede decir que la falta de medios supedita el tipo de forma artística?

-En mi caso, como en el de otros compañeros, mi trabajo artístico nunca ha estado aislado de mi situación económica. Por ejemplo la serie Piezas Distinguidas, que empecé en el año 93, o incluso el Strip-tease que empecé en el 91, todo responde a una búsqueda por encontrar la estructura que no tengo. En el caso de Piezas Distinguidas se trata de un trabajo conceptual. Son unas piezas que tenían que venderse como si fueran obras de arte, por lo tanto reducía el tiempo, las creaba yo sola, las interpretaba yo sola, y las vendía yo sola, de manera que me convertía en mi propia galerista, y si vendía alguna me permitía producirme a mí misma. Todo esto no se me ocurrió solamente por un problema artístico, sino también por una situación de falta de medios. Y es que todavía la gente de la danza en España estamos, bueno, están, porque yo ya me siento fuera, están muy solos, la gente trabaja sola, es muy grave, no hay dinero.

-¿Ha sido ésta una de las causas principales por las que se trasladó a Londres?

-Pues sí, es una pena, pero sí. En el año 97 yo acababa de tener un hijo y se me presentó la oportunidad de venirme a Londres, intentar buscarme la vida en otro lugar y no lo dudé, porque pensé que si mi hijo crecía en Madrid me iba a ser mucho más difícil moverme. Gilles [el coreógrafo Gilles Jobin es su actual pareja y padre de su hijo Pablo] se había mudado a vivir conmigo a Madrid y estaba muy desilusionado con la falta de estructuras y de ayudas.

-La presencia de Blanca Calvo ha sido una constante en su vida profesional. ¿Cómo definiría esta relación tan importante?

-La verdad es que Blanca es la persona con la que he hecho los mejores trabajos y los más importantes empezando con Bocanada, que trató de reunir a todos nuestros amigos bailarines, músicos etc, algo que tuvo su importancia en Madrid. Y lo cierto es que aunque lo que se hacía no era tan genial, sí que en aquel contexto creó una plataforma para que saliesen artistas, coreógrafos, compañías, en fin, que fue un impulso que mucha gente siguió.

»Por ejemplo, Diez y Diez, se formó después de Bocanada. Tras aquello, en 1995, nos reunimos seis coreógrafas: Ana Buitrago, Blanca Calvo, Elena Córdoba, Olga Mesa, Mónica Buitrago y yo, y creamos la UVI, que era un grupo de investigación capaz de organizar talleres gratuitos para poder tener bailarines con los que trabajar luego. Todo se hizo de una manera muy bohemia. Pero como Blanca y yo éramos las menos bohemias de aquel grupo decidimos que, a parte de UVI, teníamos que sacar adelante una programación que pudiera mostrar aquellos trabajos. Y entonces, en 1997, decidimos hacer Desviaciones, que se acabó convirtiendo en un festival que remueve y renueva los cimientos de la danza contemporánea en Madrid. Era un sitio donde no solamente se acepta la danza bailada, que toma el cuerpo como imagen, sino que también hay cabida para la que habla del no-movimiento. Y ahora llevamos cuatro años con el festival.

Difícil clasificación
-Su danza ha sido incluida en otras disciplinas, como por ejemplo el mimo,por el que recibió el premio Mimos 99 en Francia, ¿cómo definiría sus referentes?

-La verdad es que este ejemplo de Mimos es muy ilustrativo porque fue la primera vez que pensé que era muy bueno el no poder ser clasificada. Yo hasta ahora he jugado a eso, a no definirme porque es lo que me interesa, me gusta esa ambigöedad... Pero en cambio otras veo que para la danza contemporánea es importante que se me defina como tal porque creo que políticamente es esencial que me consideren danza. Por eso este premio es vital. Respecto a lo del mimo, en el momento de conseguir el premio me hizo gracia, pero cuando me reivindican como artista de mimo, eso ya no me gusta. En cambio sí que juego a que me recuperen los mundos que mueven la danza.

Teatro visual
»Aunque a fin de cuentas todas estas clasificaciones de teatro, mimo, danza, música , empiezan a desaparecer, y todo se convierte en teatro visual, teatro danza, arte visual performance, artes escénicas... Me parece que empiezan a ser más flexibles con el término danza, algo que me parece definitivo para este arte.

-¿En estas nuevas tendencias, en esta forma transgresora de ver el movimiento, se considera una pionera en España?

-No. Me parece que ocupo el mismo lugar que mucha otra gente, como por ejemplo Olga Mesa, Mónica Valenciano, etc, en definitiva la mayoría de personas que han pasado por Desviaciones.

-Su trabajo en Piezas distinguidas está lleno de ironía, humor, y en ocasiones es chocante, brutal... ¿Existe una intención o mensaje detrás de todo ello?

-En general no puedo explicar las piezas, aunque en algunas lo pueda hacer más que en otras. Se trata de un trabajo de asociación, de collage, de músicas, visiones, movimientos, de objetos, textos, etc, todo a un mismo nivel.

-¿Cómo sigue el proceso de creación de la serie completa de 100 piezas?

-Bueno, pues ahora estoy haciendo la tercera serie de piezas, que se llaman Still Distiguished, y en concreto la número 34, que se llama Pa amb tomaquet, en la que he quebrado muchas de las reglas establecidas. En principio eran piezas de entre 30 segundos y 7 minutos. Primera excepción: la pieza 34 dura 12 minutos, yo no estoy de cuerpo presente ya que se trata de un vídeo. Segunda excepción: existen cuatro versiones diferentes, o sea que de hecho no debería ser una pieza distinguida, aunque sí que lo es. Lo curioso es que en esta tercera serie me doy cuenta de que estoy empezando a madurar y empiezo a entender el trabajo de otra forma. Si en un principio se trataba de una negación de la danza (era un trabajo muy estático) ahora empiezo a no negar tanto al movimiento y eso me gusta, porque me parece que es como si estuviese completando algo. En esta última serie es mucho más escultural. El problema es que con Pa amb tomaquet por primera vez me enfrento a una pieza distinguida tangible y eso me ha tocado muchos resortes internos.

-Me gustaría que nos explicase cual es la idea de utilizar el cuerpo desnudo como una constante en su trabajo.

-La verdad es que no sé la razón, o es que quizás hay muchas. En primer lugar, si yo empiezo a negar el movimiento lo que me da más peso como bailarina es el cuerpo, el cuerpo como medio, y si quiero negarle algunas cosas tengo que desnudarlo, tengo que neutralizar la base sobre la que trabajar. Por ello me parecía que con el desnudo no tengo ninguna connotación, no hay colores, es un lienzo neutro. El cuerpo también es muy político, tiene muchos significados, da mucho más juego un cuerpo desnudo que vestido. El cuerpo de una mujer desnuda habla y significa muchísimo.

Lo más distinguido
-¿Qué proyectos tiene para este 2001?

-Pues en principio tenía muchos proyectos, uno de ellos era hacer Los Juanes, con Juan Loriente y Juan Domínguez, que son con las dos personas que he trabajado mejor en escena. Y por ello un día pensé que tendríamos que hacer algo juntos, y en principio lo íbamos a hacer en 2001, pero la verdad es que siento una necesidad horrible de parar un poco, de bajar el ritmo de trabajo. Y estoy cansada, necesito leer, alimentarme un poco más, y es que además con Still Distinguished y El gran game he llegado a comprender algo, no me preguntes el qué, pero he llegado a comprender algo.

»Es como si todo un proyecto lanzado a principio de los noventa estuviese cerrándose o completándose en mi cabeza. Y es como si me hiciesen falta menos cosas, pero más ricas, y por ello creo que necesito parar, pensar un poco. Así que mi idea para el 2001 era simplemente ir de gira con Still distinguished a sitios que me interesasen, y de repende al llegar el premio, me ha dado la garantía absoluta de que voy a poder hacerlo. Desde hace unos años, tengo la sensación de que la vida sonríe, que todo va apareciendo como me viene bien, que solamente es un problema de confianza, y eso me pasa desde que vivo aquí. He ganado seguridad, tengo un trabajo con muchas más estructuras a mi alrededor. En este sentido creo que he conseguido hacerme un hueco.