Teatro

Shakespeare en Itaca

Valencia acoge el VII congreso mundial del autor

18 abril, 2001 02:00

El dramaturgo inglés centrará toda la atención del VII Congreso Mundial sobre Shakespeare que inaugura hoy en Valencia el Príncipe de Asturias y que termina el 23 de abril, fecha en que se conmemora su muerte. Además Miguel Narros, Calixto Bieito -que estrenará Macbeth el próximo 28 de julio en el Festival de Salzburgo-, Denis Rafter -que presentará Noche de Reyes en mayo-, Emilio Hernández, álex Rigola y Laila Ripoll escriben para EL CULTURAL sobre su relación con la obra del autor inglés y adelantan sus próximos proyectos.

Berta Riaza será la encargada de abrir hoy la sesión inaugural de este congreso organizado por la Fundación Shakespeare en España y la Universidad de Valencia, que reúne a las máximas autoridades en materia shakespereana de todo el mundo. Catedráticos de Cambridge, Harvard, Yale o Sapienza se reúnen en la ciudad mediterránea para intentar arrojar más luz sobre aspectos desconocidos de la vida y obra del poeta de Stratford. Con un presupuesto de 75 millones, la VII edición de este congreso- que se realiza cada lustro- ha convocado este año a 400 congresistas, la mayoría críticos, traductores, autores, directores teatrales, y catedráticos de más de 40 países y de 250 universidades, algunas tan dispares como la de Heiddeberg o la de Sierra Leona. En estos cinco días, las instalaciones de la Universidad de Valencia y del Palau de la Música serán sede de 32 seminarios y clases magistrales.

El autor y el Mediterráneo
A la larga y completa lista de actividades académicas hay que añadir un calendario cultural que abarca desde el teatro -ocho montajes-, y el cine -junto al estreno de Titus, con Anthony Hopkins y Jessica Lange, se rendirá un homenaje a sir John Guielgud y se exhibirán otros títulos basado en la obra del dramaturgo- hasta exposiciones bibliófilas. La edición de este año, que por primera vez se desarrolla en un país no anglófono - "todo un honor para España", comentan los organizadores-, tiene como tema principal la relación de Shakespeare con el Mediterráneo.

Para el profesor Vicente Forés, director del congreso, la relación del autor con el Mediterráneo está presente en gran parte de sus obras, como Romeo y Julieta, El mercader de Venecia o El sueño de una noche de verano, y en estos días se pretende indagar en el origen de esa relación y su significado dentro de su producción. "El Mediterráneo es un elemento importantísimo en la creación de Shakespeare. Representa la utopía, los valores positivos y acciones vitales. El mar, el bosque, los viajes en barco, la inspiración de la cultura griega marcan los textos de corte no histórico", explica Forés. Cómo pudo Shakespeare escribir sobre Verona o Venecia sin haber salido nunca de su país, es otro de los temas a debatir en este congreso, en el que también se hablará de la relación de Shakespeare con las drogas. "Estuvo en la corte isabelina, relacionándose con embajadores de lugares dispares, y es posible que incluso tuviera acceso a la coca o la marihuana".

Otro de los objetivos de este congreso es crear un puente de intercambio cultural entre Latinoamérica y Europa y conseguir una mayor accesibilidad a los estudios relacionados con el autor a través de internet. Porque lo que parece claro es que Shakespeare cada día está más cercano de los nuevos lenguajes y de los mensajes que guían a la sociedad actual. Como señala Manuel A. Conejero, presidente de la Fundación Shakespeare en España, "los anuncios publicitarios y las modas rescatan la estética andrógina, de mujeres que tienden a adoptar un aspecto masculino, como sucede con algunas heroínas de Shakespeare. La borrachera adolescente del fin de semana en una discoteca es similar a la ensoñación del El sueño de una noche de verano.... Los jóvenes tienen crisis de identidad, son Hamlets en potencia".

Durante este congreso, ocho montajes teatrales serán exhibidos como muestra de la variedad de enfoques y estilos con que se aborda a Shakespeare desde la escena internacional.

Los montajes
El Mercader de Venecia de Hansgönter Heyme -hoy-, La Fura dels Baus con su Honoria in ciberspazio -el próximo día 20-, Faustus, de Theatre Nomad -el día 22-, Ausias March, de Rafael Cruz -el día 21-, Much Ado About Nothing, de John Sanderson -mañana- y No soy el Rey Lear, de Sergio Macías -del 18 al 23- darán una idea de hasta dónde puede llegar la experimentación y la variedad de lecturas sobre la obra shakespereana. La Fura, que ya sorprendió con su visión particular de Macbeth en Obs, presenta en Valencia un montaje "vivo e interactivo en el que se utilizan pantallas y programadores", y en el que participarán cerca de 15 alumnos matriculados en los talleres que ofrece el congreso. Pep Gatell, director y miembro de la compañía, asegura que a pesar de los 400 años que separan su creación de nuestro días "las obras de Shakespeare se prestan como ninguna a la investigación. Además de su perfecta estructura dramática -comenta-, sus temas universales permiten muchas lecturas. La televisión de hoy en día son las brujas de Macbeth, lady Macbeth es una streaper y el oráculo es un programa de televisión. En esencia todo sigue igual, aunque nosotros ahora sustituyamos los personajes de carne y hueso por personajes virtuales". Sergio Macías, que dirige un No soy el Rey Lear "sobrio en el que el protagonismo lo tiene la palabra", destaca la necesidad de fomentar las producciones desde estilos "tan distintos como el que imprime el CDN o el que ofrece una sala alternativa. Con los clásicos -comenta- sucede que el público ya tiene una imagen prefijada aunque jamás haya visto o leído la obra, y eso puede ser una ventaja o un inconveniente. Como público, tendríamos que quitarle solemnidad, ir al teatro a disfrutar. Shakespeare puede ser lo más sublime y lo más soez".

Aunque Shakespeare nunca ha dejado de llevarse a escena, sí es cierto que tras una escasez de montajes en los años 70, el dramaturgo inglés vuelve a ser, desde los 80, parada obligatoria en el repertorio de compañías clásicas o alternativas. Otelo, el moro, de Emilio Hernández, El Macbeth que prepara Calixto Bieito, Como gustéis, de Adrian Daumas, el Mercader de Venecia de Heyme y Noche de Reyes, que Denis Rafter estrenará en mayo son sólo algunos ejemplos de la proliferación de montajes sobre Shakespeare.
En la memoria todavía quedan recuerdos de los trabajos de Miguel Narros, o de Helena Pimenta con Ur Teatro que marcaron un antes y un después en la libertad de lectura de Shakespeare en la escena española. También la labor traductora ha hecho que las compañías dispongan de versiones de las obras respetando el verso, algo que no sucedía antes, cuando eran traducciones literales en prosa.

Falta de técnica

Eusebio Lázaro, actor, director, traductor, y una de las personas que más y mejor han hecho Shakespeare en nuestro país, especialmente a comienzos de los 80, cree que "se ha avanzado mucho en cuanto a la calidad de los montajes y en la preparación actoral, aunque todavía queda mucho por hacer. A nivel interpretativo nos falta base técnica. Un director honesto que quiera montar a Shakespeare -dice Lázaro- tiene que saber mucho de interpretación y dedicar parte de los ensayos a dotar a los actores con herramientas como la voz o la dicción. Si el director no conoce esas técnica mejor que coja a otro autor. Muchos directores, una vez percatados de su importancia pero sin capacidad poética, se han apuntado a hacer Shakespeare pensando adquirir así prestigio". El director Emilio Hernández,que presentará en Madrid dentro de dos semanas su Otelo, cree que Shakespeare es, además, la mejor fórmula para utilizar cuando se quiere crear público: "No es el único pero, ¿cómo privarse del mejor, del más rico, del más complejo, del más contemporáneo de nuestros clásicos?"
Itziar de Francisco

Un círculo sin salida

Para la importancia de este gran autor universal que tanto significa en el teatro de siempre, desde su aparición en la vida pública, creo que se representa poco en nuestro país. En estos momentos hay alrededor de media docena de montajes sobre Shakespeare hechos por la iniciativa de jóvenes grupos que intentan dar a conocer una visión muy personal del universo shakespereano, y que tropiezan con grandes dificultades en la distribución. Estamos en un círculo sin salida. Cuesta mucho asumir el riesgo por un producto que todavía supone un interrogante.

Todos los que hemos montado las obras de Shakespeare, intentamos busca la mayor calidad a nuestro trabajo, tratamos de poner al día y con la mayor claridad todo lo sobre lo que Shakespeare quiso reflexionar, sobre la existencia y conflictos del ser humano. El teatro del dramaturgo inglés es excelente en sí sobre todo porque sigue planteando problemas tan interesantes como que hombres y mujeres se vean sometidos al poder o anhelen llegar a conseguirlo. En definitiva, el constante problema del ser humano con todas sus contradicciones; el amor, la ambición, el odio... que mueven y justifican la realidad del hombre.

Toda su obra está llena de dificultades, ya que cada una de sus obras plantean muchos caminos a seguir para poner al día el pensamiento y la filosofía shakespereana. Su universo es una constante lección sobre la vida y las trampas que el destino pone al hombre, para hacerle cometer los mismo o parecidos errores.

En mi trayectoria teatral me he enfrentado varias veces con Shakespeare; de su Rey Lear he llegado a hacer tres montajes que me llevaron a plantearme tres maneras diferentes de ver el problema de Lear. He montado también El sueño de una noche de verano y Medida por medida. Y es cierto que en cada una de estas obras me he encontrado con diferentes dificultades, todas con un mismo fin: que todo y todos estamos sometidos al poder de los demás, una fuerza superior de la que te defiendes, y luchas por conseguir la libertad.
Miguel Narros

Un mundo confuso
El problema no es que se haga mucho o poco Shakespeare, sino que se hacen pocos clásicos españoles, creo. Aunque no conozco todo lo que hay en cartel cada montaje responde a una personalidad, a unos criterios estéticos y artísticos distintos. Ahora me voy a adentrar en el mundo de Macbeth, con un montaje que estrenaré en el Festival de Salzburgo en verano. Estéticamente es muy contemporánea, de hecho está ambientada en el 2001, y abarca tanto el contexto español como el inglés. La compañía es de actores de primera fila alemanes y la producción será sencilla, aunque no de espacio vacío. Estará ambientada en una Galicia cocainómana en la que las brujas de Macbeth tendrán aspecto de modelos anoréxicas. En conjunto va a ser una reflexión sobre la maldad, sobre el asesinato y el mal por el mal, sobre el inconsciente y la violencia. Va a ser un Shakespeare distinto, porque quiero que además de esa Galicia de drogas recuerde a una gran fiesta en Caracas, por ejemplo -yo pienso en imágenes muy concretas-. No habrá batallas, como en la versión clásica, sino fiestas y drogas. Y también espero conseguir crear una especie de confusión entre la estética de la mafia y la de los gangsters. Será interesante.
Calixto Beitio

Caer del barranco
Muchos me dicen que estoy majara por haber iniciado mi carrera con grandes autores (Shakespeare, Kafka, Tabori, Möller, Mamet, Böchner...), me dicen: "Àlex, estás loco! Te van a destrozar!". Es verdad que si la "cagas" no estás tropezando en medio de la calle. Caes del barranco mas alto y con muchos ojos conocedores observando, con lo que la hostia que te pegas aún es más grande. Pero puedo asegurar que lo único que hacen estos autores (y especialmente Shakespeare como padre de la familia), es tomarte de la mano y ayudarte a andar, a correr. Lo que le hace único entre los clásicos es que sus obras de mayor envergadura tienen una variedad infinita de lecturas. Cada vez que se representa una de estas obras se puede descubrir una nueva visión de la pieza, una nueva dramaturgia, un tratamiento diferente de los personajes y sus intenciones sin contradecir la propia obra. De lo que se hace actualmente, solo un tanto por ciento bajísimo me agrada, pero siempre puedes dedicarte a escuchar un gran texto. Lo que nos ayudaría a enfrentarnos con Shakespeare y con el resto de los clásicos es un mayor dominio de la expresión oral y del verso.
Alex Rigola

Tantos sueños
En España hay un interés especial por Shakespeare, y se tiene el mismo respeto por el bardo de Stratford que los propios británicos. Recuerdo que hace unos años había varias versiones de El sueño de una noche de verano llenando los teatros, y cada uno era muy distinto. No existen demasiados Shakespeares, como también es cierto que no todo lo que se ve tiene calidad. En España es difícil encontrar una buena traducción de los textos del dramaturgo, y sí es fácil encontrarse con muchas en las que pierde bastante calidad. Una notable excepción son los sonetos traducidos por Agustín García Calvo. Pero no hay que olvidar que una de las mayores grandezas de Shakespeare es su gran entendimiento de lo que significa el teatro para el público, y la calidad de la estructura dramática de sus obras, que hechiza con una acción continua y sorprendente.Pero sin duda, su mayor valor es que todavía después de tanto tiempo sus obras siguen haciéndonos sentir. Y eso hoy en día es más necesario que nunca. Autores de todos los tiempos y de todo el mundo hacen Shakespeare porque, de entrada, sus obras te dan una libertad total.

La grandeza está en su belleza y genialidad, que es debida al entendimiento del ser humano, a la fuerza de sus textos y la estructura dramática de sus obras.
Denis Rafter

Un conflicto próximo
Creo que no se debe entrar en este material tan rico como es el de Shakespeare con ideas prefijadas, ni se debe pensar que funciona por sí solo. Una de sus dificultades es saber traducir su lenguaje escénico descubriendo lo esencial, desnudándolo, transportándolo a sangre hasta el lector de hoy. En mi caso, entro en Shakespeare por la puerta de Otelo. Por la puerta de un conflicto muy próximo que si bien el autor situaba en Venecia, mi lectura aborda sin más localización que la mediterránea. He intentado subrayar su enorme potencial social y político que se vale de la anécdota de los celos como un vehículo para el acoso y derribo de "el diferente", después de haberlo utilizado para beneficio de un determinado sistema económico. Es mi primer Shakespeare, y la identificación con este material escénico me hace poder llegar a los actores primero, y a los espectadores después, con una propuesta que resume mi impulso teatral de hoy. Es el primero de una serie que tendrá, quizás, continuidad en los próximos años.
Emilio Hernández

Sin excesivas reverencias

La cuestión no es la cantidad de veces que se ponga en escena un texto de Shakespeare, sino que siempre se representan las mismas obras. Lo bueno de que se le representa tanto es que hay de todo, puedes seleccionar y separar lo que te gusta de lo que no. Se pueden ver espectáculos extraordinarios y otros insoportables. Para mí Shakespeare es el teatro con mayúsculas. Es difícil describir el alma humana con tanta lucidez, con tanta precisión y con tanta poesía. Resulta muy difícil, por no decir imposible, añadir algo que Shakespeare no haya dicho ya antes. Sin embargo, la mayor dificultad se encuentra en el lenguaje, en las traducciones para ser exactos. Pero no se debe abordar Shakespeare con una reverencia excesiva y convertirlo en una especie de momia de museo. Su obra es genial precisamente porque es intemporal, moderna, llena de carne, de vida, de contemporaneidad. Conseguir comunicar todo ese mundo es la gran recompensa, pero precisamente por todo ello no resulta fácil. Dirigí Macbeth hace años,aunque ya vendrán más montajes porque es como un amigo al que siempre se regresa.
Laila Ripoll