Image: Estrena en la Bienal de Valencia La navaja en el ojo

Image: Estrena en la Bienal de Valencia "La navaja en el ojo"

Teatro

Estrena en la Bienal de Valencia "La navaja en el ojo"

La Fura dinamita la escena

6 junio, 2001 02:00


La Fura despierta pasiones en Valencia. El próximo domingo el grupo catalán inaugurará con su habitual pirotecnia tecnológica la primera edición de su Bienal de las artes presentando La navaja en el ojo, un montaje con resonancias buñuelianas pensado para la estructura de L’Hemisfèric, el edificio multidisciplinar diseñado por Calatrava cuyo tejado-pupila se convertirá en improvisada pantalla. Más de un centenar de actores darán su particular versión sobre el mundo de la moda en torno al lago que preside el recinto con la ayuda de modistos como Valentino, Versace, Arzuaga, Dior y Gaultier. La navaja en el ojo forma parte del registro que la compañía utiliza para los grandes eventos, con un despliegue monumental de utilería en el que no faltarán grúas, agua y paredes inclinadas. Además, el director Bob Wilson habla con EL CULTURAL sobre la relación entre teatro y creación plástica con motivo de la exposición Russian madness, que también se mostrará en la Bienal.

La Fura dels Baus inaugurará la Bienal de Valencia con La navaja en el ojo, un espectáculo en el que participarán más de un centenar de personas y cuyo título de evocaciones buñuelianas resume sus propósitos: "Romper con lo que hasta ahora se ha hecho sobre el mundo de la moda, encontrar nuestro propio estilo, nuestro ‘lenguaje furero’, como hacemos siempre", explica Carles Padrissa, codirector del espectáculo junto con álex Ollé. Y contar una historia, también, que no es ajena al mundo de las pasarelas: una revisitación del mito de Narciso y Eco que el grupo equipara a los misterios medievales. En la edición de este año el tema central de la Bienal son las pasiones. Algo de lo que los "fureros" pueden hablar largo y tendido. Y el pretexto para hablar de ellos no podía ser mejor y tampoco más extraño a la trayectoria del grupo: el mundo de la moda.

El origen del montaje

La elección de este tema no debe sorprender teniendo en cuenta la trayectoria de la formación. Desde que en los 90 la compañía extendió sus proyectos al teatro de texto, los miembros de La Fura -en la que actualmente conviven seis directores, cada cual con sus proyectos personales y colectivos- han ido abriendo diversos caminos. Así, han extendido su interés a campos tan dispares como el teatro de texto -con Fausto versión 3.0 u Ombra-, el teatro digital -Faust Shadow, Fmol o B.O.M-, el teatro de calle -Furamòvil, Inana & Sons- la puesta en escena de música contemporánea -White Foam-, la ópera -Don Quijote en Barcelona- o grandes espectáculos corporativos.

Las grandes acciones de La Fura, sin embargo, tienen su referente en aquella inauguración de Los Juegos Olímpicos de Barcelona en los que convirtieron en mar el Estadio de Montjuïch. En aquel espectáculo, y en otros muchos que han ido surgiendo con el paso de los años y las inquietudes, cabe encontrar el origen de este La navaja en el ojo. Y es que, como dice Padrissa: "No hacemos más que aplicar a nuestro trabajo todos los conocimientos que hemos ido adquiriendo en estos años y que ya alcanzan a muchos tipos de artes escénicas. En este caso, trabajamos con nuestros elementos -grúas, agua, paredes inclinadas…- pero lo aplicamos al mundo de los desfiles de moda. La gente va a ver que evolucionamos, pero también va a reconocer su ‘lenguaje furero’ de toda la vida, el que nos inventamos nosotros".

¿Evolución? Esta es una de las principales preocupaciones del grupo catalán. Lo explica álex Ollé: "Somos seres creadores y, para suerte nuestra, no hemos tenido nunca como grupo un proceso endogámico. Al contrario, somos culos de mal asiento, y tenemos inquietudes que plasmamos en el trabajo con creadores diversos, desde arquitectos a escultores. Es importante rodearte de gente que te provea de otros lenguajes y abrirte a ellos. Cuando te abres a lo nuevo empiezan a pasar cosas. La transgresión de un lenguaje artístico se encuentra por ese camino". Y Padrissa puntualiza: "Llega un momento que las cosas te cansan, por mucho que las hayas inventado tú, y tienes que abrirte a otras nuevas, conocer otra gente. Eso es lo que estamos haciendo, probar cosas nuevas. En este caso, a partir de la leyenda de Narciso y Eco. En nuestra versión, claro".

¿Qué historia cuenta La navaja en el ojo? La petición de los responsables de la Bienal giraba en torno a los siete pecados capitales. De entre todos ellos, los dos directores escogieron el que más cerca les parecía del mundo de las pasarelas: la soberbia. O lo que es igual, "la vanidad", por utilizar sus propias palabras. Decidieron revisitar el mito de un famoso vanidoso: Narciso.

Las circunstancias eran propicias: no sólo Narciso se hubiera sentido muy cómodo en el mundo de la moda actual, también contaban con el magnífico elemento escenográfico del gran lago que rodea el edificio de Calatrava, L’Hemisfèric. "Al utilizar nuestra utilería de siempre, imaginamos que este mito se emparenta con las más arcaicas representaciones medievales. Es nuestro particular misterio de Elche, sólo que en lugar de hacerlo frente a una catedral al uso, nosotros lo representamos frente a esta catedral de la modernidad que diseñó Calatrava", argumenta Padrissa. La versión -no tan libre- de la leyenda clásica arranca en el momento en que Narciso camina sobre las aguas de un lago y descubre su propio reflejo, del que se enamora hasta la obsesión. A su vez, la musa Eco se enamora de él, tratando de llamar sin éxito su atención. En ese instante ambos emprenden un recorrido que les lleva a visitar los siete pecados capitales -representados por los diseños para este montaje de Valentino, Christian Dior, Christian Lacroix,Versace, Dolce & Gabbana, Gaultier, Miyake y Amaya Arzuaga, entre otros-, hasta que alcanzan la vanidad y con ella, la muerte de Narciso, que se hunde en el lago. Sólo después surge de las aguas la flor que lleva su nombre.

Moda y lenguaje furero

Seguramente los muy devotos del grupo catalán se estén preguntando de qué modo va a integrarse la estética del mundo de la moda con la de estos transgresores de todos los lenguajes. álex Ollé: "Pienso que la pureza como lenguaje la mantienes en otro tipo de espectáculos, en los que haces lo que deseas sin interferencias de ninguna clase. Todos sabemos que la inauguración de una Bienal es otra cosa, este tipo de macroespectáculos huyen un poco de tu trabajo y se plantean como algo muy lúdico y para todos los públicos. Lo que aquí es interesante es que la moda, que tanto nos condiciona socialmente, forme parte de una Bienal por primera vez".

De todos modos, tampoco hablan los directores del montaje de una estética completamente distinta a la que en ellos es habitual. "Se trata de lo mismo -dice Padrissa- sólo que los actores, en lugar de ir con un mono gris, llevarán un traje que vale cuatro millones de pesetas". Ollé va un poco más lejos: "¿Decepcionar a nuestro público? No creo. ¿Cuál es nuestro público? Ya no hay uno solo. ¿Se decepcionaron los espectadores de la inauguración de los Juegos Olímpicos? Nuestro público ya son muchos públicos. Están los que ven nuestro teatro, que saben muy bien a qué vienen; los que han visto nuestra ópera y los que sólo nos conocen por este tipo de macromontajes. Todos son el mismo".

Ambos creadores coinciden en señalar que, sin duda, lo mejor de esta inmensa puesta en escena va a ser la utilización de L’Hemisfèric. "No hemos podido utilizarlo como nos habría gustado a causa de los condicionantes técnicos -explica Ollé- porque el techo no puede pisarse, y nos hemos limitado a convertir la enorme pupila en una pantalla gigante y a llevarnos parte de la acción al lago. Es un espacio alucinante, pero que también impone mucho, sobre todo por sus dimensiones".

L’Hemisfèric se integra en la Ciutat de les Arts i les Ciències. Es un espacio que destaca por su espectacular diseño en forma de ojo. Un ojo entornado del cual el tejado forma el párpado y que se proyecta sobre un lago.
El buñueliano título también estuvo claro desde el principio. "Contábamos con un ojo de cien metros de alto. El ojo de Narciso, mirándose a sí mismo en el lago. Es como un enorme juego de espejos. El ojo vendría a simbolizar el mundo de la moda. La navaja somos nosotros, La Fura, que planteamos un modelo distinto para lo que lleva años haciéndose igual. Ya no se trata de pasear por una pasarela. Paseemos por una pared vertical, por ejemplo. Quién sabe, igual algo así ayude a la industria", dice Padrissa.

Espectáculo mediterráneo


El grupo ni se plantea la desazón de crear un espectáculo único, representable sólo una vez. Todo lo contrario. En palabras de Padrissa: "A este tipo de representaciones suele venir en un día la misma cantidad de público que viene al teatro en un mes. Además, lo mismo podría hacerse frente a otros edificios. Es un espectáculo mediterráneo, que funcionaría también muy bien frente a la torre Eiffel".

¿Y ahora qué? El "lenguaje furero" busca nuevos caminos para continuar explorando y sorprendiendo. Antes de que termine el año, el grupo estrenará su primera película, Faust 5.0, tercera parte de la trilogía que empezó con música y teatro. Suma y sigue.