Image: Una noche de ópera... bufa

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Teatro

Una noche de ópera... bufa

La Cubana da su particular versión de "Aida"

6 junio, 2001 02:00

Con la clásica Aida como telón de fondo, La Cubana vuelve a mostrar los entresijos del teatro, esta vez desde su "catedral", la ópera. El "humor de la sencillez" se enreda con el vodevil para intentar convertir el escenario del Tívoli en el Gran Teatro de la ópera. Y, como siempre, con sorpresa incluida...

La "poética mentira" del teatro, esa con la que juega la compañía catalana La Cubana en todos su montajes, vuelve al panorama escénico con el propósito de acercar al público esa "gran desconocida" que es la ópera. Será el Teatro Tívoli de Barcelona el escenario que acogerá, desde el próximo día 12, Una noche de ópera, el último montaje de la compañía catalana. Jordi Milán, director de la compañía, explica que "La Cubana habla siempre del teatro desde dentro; si Cegada de amor supuso el acercamiento al teatro desde el cine, Una noche de ópera lo hace desde la catedral del teatro".

"La mentira desde la diversión" es el eje que articula toda la historia, partiendo de la creación de una asociación al estilo de una ONG operística, "ópera al alcance", que pretende hacer llegar a un público virgen en la materia las grandes piezas líricas de todos los tiempos. Esta ficticia organización decide comenzar con la Aida de Verdi, coincidiendo con el centenario del autor, ya que el "Gran Teatro de la ópera" la tiene programada y, por el "módico precio" de una entrada de teatro, ofrece un montaje de ópera, representativa y de corte clásico.
Para Milán, el reto radica en hacer que la gente se dé cuenta de que la ópera no es aburrida: "La ópera es un arte que debe disfrutarse en directo, no sirven las referencias ni la televisión, en televisión todo es aburrido", así como conseguir que una compañía teatral lleve a las tablas un montaje operístico. "Parece evidente que La Cubana no puede hacer ópera, pero sí puede fabricar magia a partir de la mentira y si partimos de que la vida es un vodevil... entonces, La Cubana sí es capaz de hacer una ópera".

Humor con sorpresa

Los personajes de Una noche de ópera conforman un grupo heterogéneo compuesto por el elenco de la ópera, los miembros de la asociación "ópera al alcance" y aquellos que representan a los trabajadores propios de un teatro, maquilladores, maquinistas... y si bien cada uno es un mundo en sí mismo, todos comparten el sentido del humor y la normalidad. Milán apunta al respecto que "se trata de representar a gente normal, no a arquetipos lejanos".

La sencillez del humor cotidiano es el vehículo que transporta a las tablas las historias de personajes sacados de la vida real. Milán matiza que "una de las funciones principales del teatro es retratar y a la gente parece que le gusta identificarse, pero sobre todo identificar a la gente que conoce, por eso trasladamos la vida normal a escena, añadiéndole un punto de parodia".

Una de las diferencias con respecto a los trabajos anteriores de la compañía es la menor participación del público, aunque Milán se guarda algunas sorpresas en la manga para asegurar el juego: "Partimos de un planteamiento en el que la ópera se propone al espectador como un juego, por lo que la intervención del público es muy importante, si bien en este montaje hemos primado la plástica, que es la que imprime toques poéticos, creando una atmósfera de magia".

La escenografía del monatje está en gran medida condicionada por la caracterización de los personajes. Los miembros de la ONG son gente conservadora, a la que no le gustan las estridencias ni los montajes de teatro moderno y, así, Aida está planteada dentro de los cánones clásicos, sin olvidar algunas incorporaciones "made La Cubana".

Para Milán, Una noche de ópera es un montaje sencillo sólo en su planteamiento: "Los condicionantes complicaron la puesta en escena, pero lo hemos hecho con mucha ilusión y con mucho amor, esperamos que guste pero, sobre todo, y esto es lo más importante, sentirnos satisfechos con el resultado".