Image: Rebelión en alta mar

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Teatro

Rebelión en alta mar

José Martíns lleva al CDG “Mar revolto”, de Vidal Bolaño

13 junio, 2001 02:00

Basada en un hecho real, en el secuestro de un transatlántico por revolucionarios portugueses y gallegos en los años sesenta, Mar revolto (Mar revuelto) es la última producción del Centro Dramático Galego. Escrita por Roberto Vidal Bolaño (Max al mejor texto gallego de 2001) se estrena mañana en el Salón Teatro de Santiago de Compostela bajo la dirección del portugués José Martíns.

Al Santa María se le cruzó en su travesía un puñado de hombres libertarios. Bastaron una docena de portugueses y otros tantos españoles, la mayoría gallegos -miembros todos del Directorio Revolucionario Ibérico de Liberación (DRIL)- para secuestrar un barco que viajaba de Venezuela a Lisboa y Vigo con casi un millar de personas a bordo. Sucedió en enero de 1961, el Santa María era una de las joyas de la navegación civil portuguesa. Aquellos hombres exigían el fin de las dictaduras de Franco y Salazar, y la creación de una confederación de pueblos ibéricos. Tuvieron el barco secuestrado, con 650 pasajeros, durante doce días y lo rebautizaron como Santa Libertade.

La vida en un camarote

A partir de este hecho histórico, El Centro Dramático Galego (CDG) -que acordó el pasado año hacer cuatro coproducciones con tres compañías portuguesas- y la formación portuguesa Teatro do Noroeste llevan ahora la historia a los escenarios con texto del dramaturgo Roberto Vidal Bolaño, premiado en la última edición de los Max. El autor vuelve sobre la historia del Santa María desde la perspectiva de los pasajeros de un camarote de tercera. Son, en total, siete intérpretes: cinco portugueses -José Paredes, Rui Spranger, Rui Barbosa, Rui Jacques y Teresa Mónica- y dos gallegos -el también escenógrafo Antonio Simón, y Mónica Camaño-. La obra, de hecho, está en portugués y en gallego. Y es que las condiciones de producción establecían un elenco reducido: "Además -explica Bolaño- me parecía que así entroncaría mejor con mi recuerdo de lo sucedido". Un camarote será, durante el espectáculo, un hervidero de rumores y de debate político. "Es algo trágico, pero en Portugal tenemos un gran déficit de obras sobre nuestro pasado reciente", comenta el director del espectáculo y de la compañía, José Martíns.

Tono lírico y épico

El portugués, que ya había trabajado con el CDG, ha querido escapar del naturalismo en el espectáculo sin ceder a la tentación de la épica, y ha hecho de Mar Revolto un espectáculo de un cierto tono lírico. "Aunque era un acto revolucionario -dice el director- había baile todas las noches. Se mezclaba tensión y distensión".

Durante el secuestro, el navío se convirtió en un universo cerrado. Por ello ninguno de los miembros del elenco sale de la escena. Ni desaparece el ruido de los motores del barco. El protagonismo musical del bolero es otra constante. Sirve, además, para separar los dos tiempos en los que se divide la narración. Bolaño realizó, por una parte, la discusión y acción de un camarote de tercera. Por otra, el momento en el que ese grupo de pasajeros cuenta a alguien lo sucedido. Y Martíns, con su dirección, estableció en forma de bolero la división entre ambos tiempos. Y también decidió incorporar un personaje al grupo de seis pasajeros descrito por el autor. Se trata de la persona a quien le cuentan la historia, un mozo de carga, un mudo con un cierto aire de homenaje a Harpo Marx encarnado por el portugués Rui Jacques. Silencio y sonido se conjugan en el Santa María, ese barco que un puñado de revolucionarios convirtió en el Santa Libertade.