Image: Festival de otoño. Obras

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Teatro

Festival de otoño. Obras

Comienza el XVIII Festival de Otoño con fuerte presencia española y alemana

17 octubre, 2001 02:00

Con un presupuesto de 500 millones y nueve estrenos absolutos -tres más que el año pasado- es llamativo el equilibrio en esta edición del Festival de Otoño entre la presencia de compañías españolas-30 en total- y extranjeras-29-y la ausencia de grandes estrenos a cargo de compañías españolas -si exceptuamos Sigue la tormenta de Un Teatro y MeYea de Michael Cacoyannis con Nuria Espert, que ya han sido estrenadas fuera de Madrid-. A nombres como Hanna Shygulla, Robert Le page o Jean Luis Trintignan, presentes en la pasada edición, se anteponen este año el de Bob Wilson -un asiduo a este festival-. Menos nombres de figuras de relumbrón y más compañías de trayectoria impecable-como el renovado Berliner Ensemble o la Volksböhne de la Plaza Rosa Luxemburgo,- colocan el listón de la presencia internacional a la altura exigible a un director como Ariel Goldenberg, gran conocedor del teatro europeo a través de su gestión en el Deutsches Theatre de Munich y el Teatro Nacional de Chaillot.


En esta XVIII edición, la presencia española se materializa en 23 estrenos en Madrid -cantidad ligeramente superior respecto al año pasado- y en estrenos absolutos de producciones de pequeño formato como La música, de Marguerite Duras, dirigido por Jorge Eines, MiguelHernández, de la compañía Meridional o Trastornos. Diálogos, de Cambaleo. El argentino Ariel Goldenberg, director por segundo año consecutivo del certamen, señala una continuidad en los criterios de selección de compañías respecto al año pasado, un criterio que se basa ,,en lo posible, teniendo en cuenta, sobre todo, la infraestructura de espacios escénicos. Nuestro compromiso-comenta Goldenberg-se sitúa en el apoyo a proyectos que se verán por primera vez en el festival. También me parece importante que se destaquen aspectos humanistas y que las obras inviten a una reflexión sobre la sociedad en la que vivimos". El director, que califica el cartel de este año de un singular y equilibrado eclecticismo y con "contenidos ambiciosos", ha apostado por el teatro español "con grandes dosis de originalidad y en el que priman los textos contemporáneos, y que no hayan sido estrenados en Madrid". El interés de Goldenberg por el teatro alternativo ha cristalizado en una "fructífera colaboración", como queda reflejado en la programación de esta edición del Festival de Otoño. A los mencionados Eines, Cambaleo o Meridional se suman compañías ya asentadas como La Zaranda, que presenta La puerta estrecha, o Zampanó, con El condenado por desconfiado. La variedad en las formas también la aportan compañías como La Tartana con su revisión del mito de Fausto desde los títeres o la vida de Kavafis llevada al teatro por Manuel de Benito un curioso ejemplo de teatro biográfico. De la representación extranjera este año destaca la presencia de Bob Wilson, que no es un extraño en el Festival, y que presenta un Woyzeck musical con Tom Waits como responsable de la partitura. Compañías como la Berliner Ensamble, el Royal Court Theatre o la Moscow Theatre Tehb cumplen, además, una importante función, asegura Goldenberg. "No solamente se sitúan en la vanguardia del teatro actual sino que analizan aspectos contemporáneos, tienen un compromiso con la actualidad". Esta edición del Festival de Otoño se realiza en 15 es pacios de la capital y 34 de los municipios un aspecto a destacar teniendo en cuenta que el propio director del teatro acusa una falta de espacios escénicos y de infraestructuras que condicionan la programación. "El Festival de Otoño tiene una singularidad muy condicionada a la infraestructura, los escenarios no son los suficientemente grandes. Aunque esto, desgraciadamente, también es común en otros países".

Woyzeck

Robert Wilson es un habitual de este festival. Hace dos años presentó The days before: Death, Destruction & Detroit III", basado en el libro de Umberto Eco La isla del día anterior. En esta edición el director americano comparece con una ópera, género en el que se ha volcado en los últimos años (de hecho ha colaborado en varias ocasiones con el Teatro Real) y que le permite alcanzar ese aspecto tan ceremonioso e integral que presentan sus montajes. La elegida para esta ocasión es la célebre ópera de Georg Böchner, Woyzeck, que tiene el atractivo añadido de ser Tom Waits quien firma la música. La ópera, escrita entre 1836 y 1837 y una de las piezas dramáticas más interesantes de la literatura alemana, está representada por una compañía pública, de origen danés, que goza de gran reputación y prestigio en los países escandinavos, Betty Nansen Teatre. Esta es su primera visita a España. (Teatro de la Zarzuela, 2, 3 y 4 noviembre).

Artaud

Dos compañías alemanas de sólido prestigio y con una larga historia de rivalidad, el Berliner Ensemble y la Volksböhne de la plaza de Rosa Luxemburgo, son de lo más atractivo del cartel . La primera llega con un montaje muy aclamado por la crítica de su país: Artaud recuerda a Hitler y el Romanische Café, y ha formado parte de la programación del renovado Berliner que dirige el provocador Claus Peymann. Un Berliner que, en manos de Peymann, aspira a acoger el teatro más radical de la escena alemana y alejarlo de la sombra de Brecht . El montaje que presentan en la capital está inspirado en el fundador del teatro de la crueldad, Antonin Artaud. Se trata de un monólogo, interpretado por uno de los grandes actores centreoeuropeos, Martin Wuttke (en la imagen), cuyo trabajo es, al parecer, realmente asombroso. La obra ha sido escrita por Tom Peukert y dirigida por Paul Plamper y está inspirada en una supuesta carta que el escritor francés dirigió a Hitler desde la institución psiquiátrica de Rodez, donde estuvo ingresado Artaud. Wuttke ofrece su monólogo desde una jaula y, como si se tratase de un enfermo en observación clínica habla del desprecio que siente hacia el mundo y hacia la burguesía. (La Abadía, 31octubre-3 noviembre). Por su parte, la Volksböhne presenta Un tranvía llamado América, una versión de la obra de Tenesse Williams. "Los personajes de Williams", dice la compañía, "se encuentran entre el miedo a ser desposeídos y la megalomanía...La obra es una muestra de lo que es la enfermedad para quienes no son capaces de diferenciar entre sanos y enfermos. Sin embargo, en su semántica y su estructura, la obra rebosa salud". (Pavón, 15-18 noviembre).

Rey d’Olanda

Orkater es una compañía holandesa que gusta de reinterpretar textos y hasta la propia Historia. Es el caso del montaje que presentan en Madrid: Rey d’Olanda, que en holandés es Coninjn van Olland, tal y como pronunciaba Luis Napoleón su título y que dicho así suena como "conejo de Holanda". El espectáculo recrea el reinado del monarca, hermano pequeño del emperador Napoleón y al parecer un excéntrico de campeonato pero también una figura conmovedora. La comedia está servida con música. (La Abadía, 6-10 noviembre).

Sigue la tormenta


Uno de los regresos más esperados a la cartelera teatral es el de la compañía Ur Teatro después de casi tres años de silencio. Después de poner punto y final a la trilogía shakespeareana con Trabajos de amor perdido, Sueño de una noche de verano y Romeo y Julieta la compañía que dirige Helena Pimenta cambia de autor y se olvidan del dramaturgo inglés para adentrarse en el peculiar mundo dramático del contemporáneo francés Enzo Cormann y su impactante Sigue la tormenta. Estrenada este año en San Sebastián, la obra llega a Madrid con toda la carga de un texto basado en el histórico campo de concentración de Terezin para judíos artistas. La reflexión entre arte y violencia da paso a un juego metateatral, con una puesta en escena muy cinematográfica, en la que resplandece la magnífica interpretación del actor Walter Vidarte. (Sala Cuarta Pared. A partir del 27 de octubre).

La música

La música (en la imagen) de Marguerite Duras es la última aventura teatral del argentino residente en España Jorge Eines. Con su particular rigor en la dirección de actores, Eines profundiza en las complejas relaciones entre hombre y mujer que propone este texto muy en la línea de obras como Hiroshima mon amour y El amante. El montaje, cuya versión teatral firma el propio director, es una buena oportunidad para asomarse a la particular concepción teatral de Eines, un hombre dedicado enteramente al teatro como demostró en su país natal y como lleva demostrando en España desde 1988, cuando creó Ensayo 100. El análisis de la complejidad y de la pasión que existe en el vínculo que une a una madura pareja es el hilo temático de esta obra. (A partir del 24 de octubre. Sala Ensayo 100). Por su parte, el director Juan Carlos Corazza ofrece La señorita Julia, de Strindberg, un duelo interpretativo entre Alicia Borrachero y Javier Albalá. (21 de noviembre. Círculo de Bellas Artes).

Medea

Medea es el mito de la mujer vengativa por antonomasia. El clásico personaje de Eurípides es el que más veces ha interpretado la actriz Nuria Espert, quien vuelve a meterse en la piel de esposa despechada y pasional. Lo hace en un montaje que dirige el griego Michael Cacoyannis, director de la premiada Zorba el Griego, donde recupera el coro griego y hace una lectura acorde con los tiempos que corren. Esta Medea es, pues, más pasional que nunca, más luchadora, más "feminista". Representa, a su vez, el drama de miles de personas que se han visto obligadas a dejar su hogar en un exilio forzoso que los apartan de familiares y amigos. La incomprensión y el aislamiento son algunos de los temas sobre los que reflexiona este montaje, que cuenta con una Nuria Espert que conoce muy bien los secretos interpretativos de esta personaje. (Teatro Albéniz. A partir del 21 de noviembre).

La puerta estrecha

La Zaranda es una de esas compañías que siempre tienen algo interesante que contar y que no conviene perder de vista. Su director, Paco de La Zaranda, que siempre ha mantenido un interesante equilibrio entre compromiso vital, nuevas propuestas escénicas y depuradísimos textos, vuelve a sorprender con un montaje que contiene la concepción del teatro como rito que ha marcado a la compañía. Los gaditanos presentan en Madrid su esperada La puerta estrecha (en la imagen), un montaje "místico" firmado por Eusebio Calonge en el que la abstracción de conceptos lo convierten en un espectáculo intelectualizado y que demanda reflexión por parte del espectador. (A partir del 3 de noviembre. Teatro José María Rodero).

Con una concepción del teatro totalmente distinta, pero con una consolidada trayectoria y una contribución a la escena en términos equitativos a los de La Zaranda, destaca la compañía Zampanó. El condenado por desconfiado de Tirso de Molina es la propuesta de Amaya Curieres y José Maya, que llevan desde 1981 comprometidos con la producción y exhibición del teatro del Siglo de Oro. La obra se estrena en el nuevo espacio del Teatro Pavón que regenta la compañía. (Teatro Pavón. A partir del 11 de noviembre).

Bufaplanetes

Con una trayectoria de ocho años de éxito a sus espaldas, Bufaplanetes ha sabido conjugar las mágicas figuras de las pompas de jabón con la improvisación sobre el escenario, lo que ha convertido a cada espectáculo en un montaje irrepetible. El resultado es un espectáculo imprevisible y sorprendente que ha triunfado en los escenarios de todo el mundo. Las técnicas de Pep Bou -quien ha contado con la colaboración de Lluís Pasqual- han llamado la atención de realizadores de televisión y publicistas. Bufaplanetes ha conseguido numerosos premios internacionales, pero sobre todo tiene el mérito de colocar a un espectáculo de sus características en este Festival. (A partir del 11 de noviembre. Tres Cantos).