Image: Hurgar en vidas ajenas

Image: Hurgar en vidas ajenas

Teatro

Hurgar en vidas ajenas

El Centro Dramático Gallego presenta Los espectros, de Ibsen el día 29

27 febrero, 2002 01:00

Un ensayo de la obra con los actores Mónica García y Miguel López varela (izquierda) y Antonio Durán "Morris" (Derecha)

El director portugués Rui Madeira estrena el próximo viernes Os Espectros (Los espectros) de Ibsen, en Santiago. La obra es un viaje al interior del ser humano y un retrato de las convulsiones sociales de principios del siglo XX. Coproducida por el Centro Dramático Gallego y varios municipios lusos, el montaje recorrerá Galicia y Portugal.

Proclama el director del Centro Dramático Gallego (CDG), Manuel Guede: "Ibsen, como líquido inflamable". Y después dice Rui Madeira, hombre portugués de la escena, director y también actor, responsable artístico de la nueva producción del CDG, que aspira a que el espectador se plantee, durante la puesta en escena de "Os Espectros (Los espectros), si "debe de continuar mirando lo que sucede sobre las tablas". Que el espectador reflexione qué hace contemplando cómo discurren las vidas de los demás, si no habrá llegado la hora de dejar de hurgar en ellas.

Rui Madeira podrá comprobar la reacción que Os Espectros produce en el público el próximo viernes. Cinco actores gallegos se subirán al escenario del Salón Teatro -en Santiago- para encarnar a los cinco personajes que zozobran en medio del naufragio que Ibsen retrató en el texto. Sinopsis: la viuda del chambelán Alving prepara la ceremonia de inauguración del orfanato que ha hecho construir. Su hijo acaba de llegar de París cargado de modernidad, dudas y penas. La viuda Alving no necesitó ir tan lejos para llegar a conclusiones no muy diferentes a las del hijo, para sentir repulsión por el corsé que la sociedad le impuso. La arrastró un pasado prolijo en curvas. Una de esas curvas es Regina, la joven sirvienta que la familia adoptó años antes. El padre de Regina y un sacerdote amigo de la familia también se pasean por el antes, el durante y el después de la acción que Ibsen ideó.

Se trata de Ibsen: retrato y posicionamiento en las convulsiones sociales de la época; también viaje al interior del ser humano. Es en esto último donde Madeira ha hecho reposar el peso de la puesta en escena. El director, responsable de la compañía de la Cámara Municipal de Braga (Portugal) desembarcó en Santiago a principios de año con su equipo técnico. Está trabajando en el programa de colaboración escénica luso-gallega Camiños Teatrais-Caminos Teatrales. Durante cuatro años, el CDG abordará otras tantas coproducciones con tres compañías del norte de Portugal, todas ellas públicas. El segundo fruto de esta colaboración es Os Espectros. La práctica totalidad del equipo técnico es portugués pero el elenco es gallego. La versión del texto en gallego la realizó Manuel Guede.

Espectáculo de actores
Repite Rui Madeira que ha querido hacer "un espectáculo de actores", que ha intentando llevar las tensiones de cada uno de los personajes de Os Espectros al "punto neutro" en el que son similares a las tensiones de las personas de hoy. Según los cálculos de Madeira, si el espectáculo funciona sucederá que quien mira sentirá que está asistiendo al viaje de un grupo de personas hacia el origen de sus problemas. Y será entonces cuando quizás se sienta fuera de lugar.

Toda la trama se desarrolla en el interior de una casa. "Es una casa de mujeres, de mujeres enfrentadas", subraya el director. Sólo la viuda y su sirvienta viven allí permanentemente. "Todo lo que escribió Ibsen -estima Madeira- gravita sobre el yo y sobre el nosotros". Y dice la señora Alving, durante la obra, que siente que hay en su interior "algo" de lo que no se ha "librado". Dice que es como "un mundo de espectros". Ahí habla de su vida la señora Alving. Más adelante se dirige a la sociedad que la rodea: "Tengo la impresión de que todo mi país está poblado por espectros". En esta versión, la señora Alving pulula por un escenario nada naturalista, cuarteado por una serie de planchas de transparencia opaca que los actores desplazan según las necesidades de la acción. De fondo, el ir y venir de una ambientación sonora pensada para dar mayor tensión a una historia desgarradora.